18/06/2023.- Uno de los trastornos nerviosos extremadamente doloroso que puede llegar a ser incapacitante para la rutina diaria del individuo es la neuralgia del nervio trigémino, dicha afección produce dolor punzante en varias zonas de la cara, a veces suele ser confundido por un dolor tipo dental, pero también puede sentirse la molestia en la región ocular, senos paranasales y hasta la cabeza. Suele ser más común en mujeres adultas, aunque la población joven no se encuentra exenta de padecerla.

Los episodios de dolor pueden ser recurrentes y repetitivos, de aparición espontánea sin ningún desencadenante a identificar, ya que aparecen en actividades tan básicas como: frotarse las mejillas o la frente, hablar, reír, cepillarse los dientes, masticar o tragar.

El diagnóstico se basa fundamentalmente en la sintomatología clínica que relata el paciente, (localización del dolor, inicio del mismo, desencadenantes, intervalos libres de dolor, medicación) y en la exploración física (evaluación sensitiva facial, reflejo corneal, evaluación de músculos masticadores).

En la mayoría de los casos, los estudios de neuroimagen son normales; sin embargo, la resonancia magnética permite observar bucles vasculares y compresiones de vasos sobre el nervio trigémino que en otros estudios radiológicos pueden pasar desapercibidos, pero es importante realizarlos, ya que se pueden descartar tumores, enfermedades desmielinizantes, entre otras patologías.

La primera opción terapéutica para tratar este mal es el farmacológico, algunos anticonvulsivantes como carbamazepina, gabapentina, fenitoína y lamotrigina reducen y controlan el dolor; otras medicaciones, como baclofeno, pimozide, tizanidina, por ejemplo, pueden tener cierta efectividad en algunos casos, mientras que los analgésicos habituales (aspirina, paracetamol, etc) no suelen ser útiles para controlar el dolor.

Desafortunadamente, no siempre es del todo eficaz el fármaco solamente, a veces es necesario combinar con otras opciones terapéuticas. La fisioterapia es una de ellas, ya que brinda alternativas para aliviar el dolor, pero es importante destacar que para ello la evaluación del paciente por parte del fisioterapeuta debe ser minuciosa porque el tratamiento a aplicar es personalizado. Lo empleado para tartar es corrientes analgésicas (TENS), ultrasonido (US) para disminuir la inflamación y aplicación de frío local; la cirugía sería la última opción.

Ydalmis Bravo