Arte de Leer | El único refugio son los párpados o las insondables sen
La palabra es el aposento de los sentires y emociones humanas. A través de todo lo pronunciado y plasmado en la escritura, nuestra civilización tiene la posibilidad de registrar
En el caso de la poesía y sus variantes estéticas, los acontecimientos estacionales del espíritu logran ser refrendados en cada carácter del verso:
EQUINOCCIO
Ofrendé mi cuerpo y mi espíritu
por tu paisaje de ensoñación vagabunda.
Luego descubrí
[a destiempo]
que eran semillas
lo que manaba de mí
sobre la palma
de tu nada abierta.
Ahora soy yo quien mendiga
que me devuelvas
la extensión estival de mi leyenda
perdida contigo
y tu conspiración con el invierno.
Son las insondables sensaciones de lo divino la fuente primaria del verbo esencial evocado por la poetisa. Sus letras son voces y látigo, signo y pasión:
ENGENDRO
Me he refugiado en el vientre
de una paloma gris solitaria.
He desistido de mi humanidad
por descansar en sus vísceras inermes.
Presiento cómo la circunferencia de su aviario
más temido me engendra.
Pero tu ausencia,
siempre es más voluptuosa
que todas mis deformidades.