Durante décadas el sedentarismo se ha afianzado en gran parte de la población, los malos hábitos posturales, una pésima alimentación, el consumo de alcohol y cigarrillo, el estrés diario, el trabajo, las relaciones personales, los distintos tipos de contaminación, la situación económica, la depresión entre otros, conforman un combo letal para hacer sucumbir nuestra salud en cualquier momento de la vida. 

Si a lo antes expuesto le sumamos que no existen las condiciones idóneas para ejecutar las labores en nuestros puestos de trabajo,  bien sea porque el inmobiliario no se ajusta a las distintas demandas o porque sencillamente no realizamos pausas activas que ayuden a bajar la tensión muscular existente, nuestro aparato musculoesquelético estará severamente vulnerable a lesionarse.
Comprobando que la actividad física además de encontrarse en primer lugar en la lista de los diez indicadores más importantes para tener una mejor calidad de vida, tiene influencia directa sobre otros como la obesidad o salud mental, además puede proporcionar una alternativa a otros indicadores como el tabaco y el abuso de sustancias, lesiones y violencia,
Es tan importante fomentar la práctica del ejercicio y la actividad física como también dar a conocer lo que significa la palabra ergonomía, la cual es una disciplina que se encarga de estudiar las capacidades humanas en relación a las demandas de trabajo.
Una postura inadecuada, aunque el individuo no sea consiente de ella, puede producir grandes deformaciones funcionales y con el tiempo grandes alteraciones de tipo estructural a nivel de columna. La postura correcta tiene relación con la salud física, y aunque no exista una postura ideal, esta debe ser caracterizada por la mejor eficacia mecánica, la mejor interferencia en la función orgánica y la menor fatiga posible. 
Esto es posible lograrlo según los ergónomos poniendo en práctica los siguientes principios: todas las actividades profesionales deberían permitir al trabajador adoptar diferentes posturas que sean saludables y seguras, si en el trabajo se debe recurrir a la fuerza muscular esta acción debe ser realizada por los músculos más grandes y apropiados disponibles en ese momento, las actividades profesionales deberían ser realizadas con las articulaciones situadas en la mitad de su rango de movimiento, esto se aplica en especial a la cabeza, tronco y extremidades superiores.

Ydalmis Bravo