Cívicamente | Lo que está de moda

Creer que está de moda ser estúpido, vulgar e inculto...

13/07/2023.- Noam Chomsky, reconocido politólogo y activista estadounidense, identificó diez estrategias de manipulación mediática. Entre ellas, la que más me llama la atención por su ejemplo constante en redes sociales es aquella que busca estimular al público a ser complaciente con la mediocridad, promoviendo la incultura y la chabacanería, haciendo creer que está de moda ser estúpido, vulgar e inculto.

Y esto lo vemos a diario con personajes —por llamarlos de algún modo— que viralizan sus contenidos por redes sociales y que terminan replicados luego en programas de televisión, donde hacen gala de eso: la estupidez y la chabacanería. Y es que pareciera que no hace falta más para calar en el gusto de las mayorías... o en el mal gusto...

No creo que eso sea fortuito. Es el resultado de décadas de trabajo de la contracultura para lograr en la ciudadanía ese mal gusto. Pero lo preocupante quizás no es que cada quien encuentre sus modos de "entretenerse" o que, en estos tiempos de "libertades", cada quien decida qué consumir y qué no. El peligro está, a mi juicio, en que va en contra del propio individuo, quien termina creyéndose no merecedor de nada, incapaz de defender sus derechos y autolesionando su condición de ciudadano, pero con la fiel creencia de que hace todo lo contrario. Una suerte de mundo al revés.

Son varios los venezolanos que inundan las redes con estos contenidos. Muchos hasta inconscientes de lo que hacen, solo reproducen, no dan como para generar algo distinto. Otros, seguros de sí, más claros, bien patrocinados y con títulos de influencers, saben los efectos que genera en la sociedad su accionar. Venezolanos que se dedican, incluso hasta la saciedad, a exponernos como una especie "rara" de personas en el mundo, burlándose tras máscaras, pelucas y disfraces de nuestra idiosincrasia.

Mientras se alejan más del orden, del respeto a las normas, hasta de lo espiritual, de la esencia del ser humano y el sentido de la justicia y la moral, empiezan a ser espectros que se vislumbran en el infinito, cuando niños y jóvenes intentan imitar estas conductas, convirtiéndose en fieles admiradores de estos influencers, porque lastimosamente lo son. Logran influenciar, negativamente, sí, pero es que nunca se ha delimitado qué tipo de influencia deben ser; entonces, con que influyan es suficiente para ganar esa cualidad.

Como es imposible parar el mundo y bajarnos, la consigna es seguir girando en resistencia, buscando siempre la ofensiva, porque donde se halla conciencia, hay garantía de un mejor futuro.

 

Carlos Manrrique


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