Retina | Volver es morir

24/07/2023.- Muchos saben que en sus locales vende drogas ilegales. Algunos dicen que parte de sus negocios es el tráfico de mujeres para la prostitución. Lo saben, no les importa o sienten que es un peligro compartir esa información.

Nadie dijo nada cuando en público propinó palizas a su esposa. Callaron cuando él la obligó a decir que no era una mala mujer delante de los empleados de uno de sus restaurantes. En silencio permanecieron cuando ella dejó de estar en redes sociales y en calles de la ciudad.

La madre de ella llegó desde otro país para denunciar la violencia a la que estaba siendo sometida su hija. Tres veces fue a la policía local, pero allí no hay registro alguno de sus denuncias. Él se jacta de eso. Cuenta que todos esos policías no van a hacer nada en su contra porque son sus amigos. En sus locales de comida esos policías comen siempre gratis.

Solo después de que huyó con sus dos descendientes, algunos comenzaron a escribirle para decir que siempre habían querido apoyarla, pero que no habían podido. Nadie, sin embargo, acepta brindar testimonio de lo que supo o presenció.

La amistad que se expresaba con alegría por la liberación de la huida duró poco, muy poco. Aquel hombre tiene dinero, es enfermizamente histriónico y tiene un burdo talento para la manipulación. Le ayuda mucho el hecho de perpetrar sus crímenes en una sociedad que es muy patriarcal. Mucho más patriarcal que la venezolana nuestra.

Después de la evasión de su víctima, buscó a cada una de las personas con las que suponía que ella mantenía algún tipo de vínculo. Lloroso les pidió que colaboraran para "recuperar a su familia". Sabía que en algunas ocasiones ella había asistido a locales de prédicas evangélicas. A quienes la habían llevado hasta esos ritos, él les pidió que lo ayudaran a encontrar a Dios.

Desaparecieron los muchos mensajes de aliento para que se mantuviese firme en su decisión. De pronto, comenzaron a recomendarle considerar lo importante que es el matrimonio y la familia. No faltó quien le aconsejara buscar un psiquiatra y mucha gente se volvió silencio.

Las estadísticas de víctimas de violencia doméstica han crecido a su alrededor. Ella intuye que volver es morir, hay personas que le dicen que él ya cambió, que ahora que todo el mundo lo sabe no podrá hacerle daño y que, si quisiera, ya la habría dañado donde se encuentra. Todo esto lo plantean sin percatarse de que quieren convencerla con un lenguaje que hace evidente que está bajo amenaza.

 

Freddy Fernández

@filoyborde


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