Al derecho y al revés | Ingenieros sociales se quitan las caretas
26/07/2023.- En medio del aburrido desempeño de las primarias, en que un día sus jefes anuncian acuerdo con el CNE y después afirman lo contrario, poco a poco, como las infecciones más peligrosas, una nueva clase de venezolanos emerge en el panorama informativo. De no ser porque uno les conoce la soledad que los caracteriza, se podría pensar que alguno de ellos ganará alguna elección donde podrá poner en práctica lo que predican.
El kit que los identifica incluye artículos de prensa y entrevistas con panas en la televisión. También algún cargo representativo que en el pasado perdieron sin pena ni gloria.
En edad, están pasados de los sesenta, pero sin acumular muchas décadas sobre aquella cifra que en otros tiempos sirvió para catalogar como viejo a quien la cumpliera. Quieren seguir viéndose jóvenes, a pesar de que quien los conoce dice que "nacieron viejos".
Esos venezolanos, por comodidad, hay quienes los califican como "ingenieros sociales", palabras que en el fondo son contradictorias. Como ingeniero, pero civil, protesto, ya que mi profesión se basa en la ciencia y no en con cuál pie uno se levanta… que es el caso de estos personajes inventores de ficciones.
Para dar seguimiento a estos ciudadanos, se debe tener la paciencia del bibliotecario, que a menudo tarda en conseguir el libro que le piden, pero lo consigue.
Paciencia para ir etiquetando día a día sus propuestas, porque son más volubles que los bobos vestidos de Barbie.
Un día afirman que Venezuela saldrá de la crisis si se elige al Presidente por el método de la segunda vuelta. Se suponía entonces que formarían grupos en las redes para recoger firmas y luego intentar ganar una Constituyente, pero no es así. Al rato, mondos y lirondos, salen con otra nueva necedad, que puede ir desde que solo voten los graduados en universidades hasta que el voto de sus panas ya viejos valga por dos.
Ahora andan intentando, desde sus columnas y los programas de sus amigos, nada menos que unir al país, pero desde una oposición que lleva lo que va de siglo desuniendo a los venezolanos.
Y como no les gusta la candidata semimantuana —es decir, Mari Cori—, la descalifican, pero no por golpista, sino porque, según dicen, "grita mucho y no rechaza las sanciones".
Bien: en eso de rechazar las sanciones, uno que estuvo entre los primeros en protestar cuando míster Obama las instituyó contra nosotros los acompañó, pero hasta la esquina...
Sucede que estos ingenieros sociales —políticos de toda una vida— pecan de ingenuos cuando, adoradores de cualquier elección, en vez de sacudirse las primarias por la falta de claridad de los organizadores —y también de programas—, los candidatos juran seguir hasta el final y se debaten entre ellos… por dos aspirantes...
Uno es Henrique Capriles, a quien rechazan por estar inhabilitado, y el otro es Manuel Rosales, con quien seguramente están en conversaciones.
De Rosales, dicen que no apoya las sanciones, pero el candidato —que, por cierto, no se inscribió en las primarias— les sigue el guion y declara estar en contra.
Uno, que ha visto tantas rarezas en estos años, anota esta como "otra más". ¿Será que no saben estos señores politiqueros que entre los factores que llevaron a la quiebra a Monómeros estuvo la mano de Manuel Rosales?
¿O que Capriles, si de verdad estuviera en contra de las sanciones ilegales, no habría puesto a una militante del segmento de Primero Justicia (PJ) —que él lidera— a "administrar" los restos del interinato, incluyendo Citgo, empresa de la que pronto no quedará nada?
Los aspirantes de esas primarias, todos, apoyan las sanciones porque en el fondo saben que, una elección, ellos no la ganan. Piensan que entre más penurias pasemos los venezolanos, más chance habrá en tiempos futuros para sus partidos.
Es decir, que todos, aunque no lo digan explícitamente como Mari Cori, siguen la misma política fracasada que, desde el paro petrolero de hace dos décadas, dictan desde el norte y de la que las sanciones son parte vital.
En esas condiciones, no hay ingeniería social que valga, como tampoco consejos de amigo. Politiqueros, al fin, se preparan para hacer lo que Rosales les indique y pronto se quitarán las caretas.
Domingo Alberto Rangel