Caraqueñidad | 29 de julio, Venezuela, olimpismo y sociedad

31/07/2023.- Venezuela, olimpismo y sociedad es el título que mi profesor preferido, tutor de tesis, contertulio salsero y de traguillos, exjefe en el Instituto Nacional de Deportes y en la Federación Venezolana de Deportes de Educación Superior, y amigo, José Fernández Freites, sencillamente "el Negro Cheo", decidió para un libro que nació de mi coautoría con otro amigo de la vida, el veterano colega Orlando Lara.

Eran los días de 2005 cuando salió del horno, con ciertas premuras por unas exigencias que ahora mismo no recuerdo. Lo cierto es que luego de revisar, ver, hurgar y seguir "en la pesquisa", como nos recomendó Cheo, detectamos algunas pifias que debemos enmendar. Listo. No se equivoca quien no hace nada. "Errar es de humanos" y tantas frases y oraciones gastadas vemos por montón para justificar errores, y luego no cambian o no hacen nada por cambiar. Nosotros trataremos de agregar contenido para aportar en aras de la información precisa… Ah, y le anteponemos al título, la fecha, porque nos parece en particular interesante para analizar, ya que conjuga una serie de sucesos que van desde lo social y cultural hasta lo deportivo. También coincide con nuestro concepto de "deporte", al que consideramos un fenómeno social de amplio espectro, que sirve para medir habilidades físicas, motrices, capacidades de respuesta sicológicas, que tienen impacto sobre resultados, desde lo netamente atlético hasta lo referente a la comercialización y lo micro y macroeconómico.

 

¿Debut olímpico?

En todas las efemérides deportivas del país se marca el 29 de julio como debut del ciclista Julio César León, en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Lo cual es cierto. Pero es erróneo decir que ello marca la inauguración del país en la magna cita. Otro ciclista, don Teo Capriles —además destacado como excelente tenor—, gracias a la herencia de seis mil bolívares que le dejó una tía, se presentó por modo propio con su bicicleta en el hombro en los Juegos de Berlín 1936. Cita en la que Jesse Owens, con sus cuatro medallas doradas, le aguó la fiesta al genocida supremacista Adolf Hitler, casualmente ascendido al máximo peldaño del partido nazi alemán el 29 de julio de 1921.

Pero Capriles no pudo representar al país porque no existía el Comité Olímpico Venezolano. Por tanto, el temerario calapedista no tenía representación oficial. Todo eso está recogido en muchos sitios, incluyendo Venezuela, olimpismo y sociedad.

Lo que no está registrado es que el debut oficial de Venezuela en una cita olímpica no fue precisamente en una disciplina deportiva, sino en el campo cultural. Recuérdese que los Juegos Olímpicos son la fase final de cada ciclo olímpico, con duración de cuatro años, en los cuales destacan no solo las habilidades y capacidades atléticas, sino que involucra aspectos organizativos, gerenciales, comercializadores y culturales, entre otros. Es una superfiesta variopinta y milmillonaria, sin dudas.

Así las cosas, sucede que en Los Angeles 32 debutó el venezolano Alberto Egea, pero no como atleta, sino como pintor en el marco del muy promocionado festival cultural de aquella cita norteamericana.

Por aquellas cosas del destino, vea usted, amigo lector, se une la pintura con el olimpismo y con las fechas importantes para el mundo y para Venezuela. Oh, sorpresa, el 29 de julio, pero de 1890, murió el gran pintor europeo Vincent Van Gogh. Y ocho años más tarde, igual infortunio corrió uno de los más destacados pinceles criollos, Arturo Michelena; quien, por si fuera poca casualidad, ingresó el 29 de julio, pero de 1948, al Panteón Nacional.

Queda entonces claro que el debut criollo en JJ. OO. se materializó en la cita de Los Angeles 32. El asunto es tan complejo que mueve, incluso, al mundo diplomático.

Así que cuando la venezolanidad relaciona su historia y sus recuerdos del 29 de julio solo con el terremoto caraqueño, debe agregar el debut de Julio César León, como atleta, en los Juegos de Londres 48, en las modalidades de 200 metros scratch, velocidad y kilómetro contra reloj. Reiteramos, sin embargo, que no es el debut criollo en una cita olímpica, ¿entendido?

León, de 24 años de edad, no solo fungió como atleta, sino como delegado y entrenador, en esta cita que regresó la acción a los escenarios olímpicos luego del lógico paro desde Londres 36 por la Segunda Guerra Mundial.

Viajó a Londres en un bombardero. Fueron casi 36 horas de vuelo y se costeó sus gastos. Poseía los medios porque era director de una de las principales industrias de tejidos del país. Cuando arribó a Londres y dijo que era de Venezuela, muchos le preguntaron que en dónde quedaba eso.1

Declaró León en su momento:

Lamentablemente, el francés Jean Duponi, a la postre ganador de la medalla de oro, me eliminó en los cuartos de final. Al terminar la justa, el embajador de Venezuela en Londres se acercó a saludarme luego de que me había negado el permiso para portar la bandera nacional.

Luego de aquella incursión olímpica, el trujillano-caraqueño viajó a París y en el velódromo de Los Príncipes paró los relojes en 1:08:05 en el kilómetro contra reloj, marca mundial para la época, aunque la Federación Venezolana de Ciclismo carece de esos registros, que, por cierto, sirvieron para calificar a León entre los ocho mejores del mundo.

Un año más tarde, el 22 de junio de 1949, nacería nuestro amado Instituto Nacional de Deportes, parte indisoluble de nuestra vida personal, atlética y profesional.

Como hoy, 29 de julio, también es día del mal de amores. Solo nos queda luchar para visualizarlo como el día de nuestros amores. Acabamos de ver en este repaso histórico, mundial, que todo, absolutamente todo, gira en torno a nuestra pasión, el deporte. He dicho.

 

Luis Martín

 

Referencia:

Lara, O. y Martín, L. (2005). Venezuela, olimpismo y sociedad. Edición limitada. Caracas: IND, p. 38.


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