"Hay que pasar de la viveza criolla a la creatividad"
Esta es la última entrevista que Roberto Hernández Montoya le dio a Ciudad CCS en 2019
14/08/23.- Como un homenaje al humorista, licenciado en Letras, escritor y presidente del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), Roberto Hernández Montoya, por su cambio de paisaje este lunes, Ciudad CCS reproduce la entrevista que le hizo Roberto Malaver, quien fue por años su compañero en el programa Como ustedes pueden ver, que se transmitía por el canal 8.
El diálogo se publicó en este medio, el 20 de septiembre de 2019, en la sección Revele su Rollo.
—¿Hacer humor para qué?
—Para qué, no sé, pero intentaré explicar por qué. El humorista se indigna con lo que Shakespeare llamaba “the insolence of office”, “la insolencia del poder". El rey no es un rey sino cuando el bufón se le ríe, como el rey Lear –otra vez Shakespeare–. El poder de Juan Vicente Gómez se apoyaba en humoristas como Leoncio Martínez. La gente llegó a inventarle caricaturas a Leo, como aquella en que aparece un árabe metiéndose un atracón y alguien le dice: “¿Hasta cuándo gómes?”. Revisé todo Fantoches y no hallé esa caricatura. El humorismo no tiene nada que decir sobre la bondad humana.
—¿Por qué si los humoristas siempre atacan al gobierno, aquí hay humoristas que defienden al gobierno?
—Me voy a plagiar a Clodovaldo Hernández. Estamos enfrentando los mayores poderes: Wall Street, el narcotráfico. Los Rastrojos, el PP y el PSOE. Somos como Allende, que tenía el gobierno pero no el poder. Los guionistas de la genial serie South Park declararon que no harían chistes de Trump porque es demasiado fácil. No sé cómo aguantan la tentación. Yo no puedo. De todos modos los chistes sobre Trump se cuentan solos: los portorriqueños atraen los huracanes. ¿Para qué chistes sobre Ismael García si solo nombrarlo da risa? Aunque dicen mis amigas que es sexi. Como Rómulo Betancourt, el favorito de los humoristas, porque además se arrechaba. El sueño dorado de un jodedor es la gente seria, y más si es arrecha. Simular seriedad es fácil, basta poner cara amarrada. Lo que no se puede simular es gracia.
—José Ignacio Cabrujas decía que “La cultura era la guinda de la torta, lo que estaba allí de adorno”. ¿Eso ahora también es así?
—No podemos confundir cultura con bellas artes. Cultura es también y sobre todo lo que hacemos para vivir y últimamente para sobrevivir. Sin cultura no hay vida humana. El poeta Ángel Eduardo Acevedo dice que cultura es todo lo que no es verdor. Es decir, hay que hacerla porque no nace en las matas. Una papa se vuelve cultura cuando la cocinas. Puede haber cultura sin revolución, lo que no puede haber es revolución sin cultura. Toda revolución es cultural, desde la revolución neolítica. Todas las revoluciones han sido obra de intelectuales, como quienes hicieron el 13 de Abril o La Batalla de los Puentes el 23 de febrero pasado. Cuando la Renovación, en la Facultad de Arquitectura de la UCV decían que el mayor monumento es un ladrillo lanzado con mucha fuerza. Una tarea urgente de los trabajadores culturales es transformar la llamada viveza criolla en creatividad criolla. El mismo José Ignacio decía que la viveza criolla es la pendejera más patética porque gracias a ella nos han arruinado siempre. No conozco excepciones. La telenovela de izquierda Por estas calles hizo una labor inmejorable contra ese aspecto abominable de nuestra cultura, es decir, la cultura adeca, y perdona el contrasentido. Aunque Acción Democrática dio a Rómulo Gallegos y a Andrés Eloy Blanco. No todo ha sido Ramos Allup.
—Hay intelectuales que mientras fueron de izquierda realizaron sus mejores obras, en cambio, ahora que están en la derecha, no producen una gran obra, ¿por qué será?
—Ni pequeña. No producen nada. Vargas Llosa es idiota cuando hace política, pero cuando escribe sus magníficas novelas es brillante. Porque son novelas de izquierda, como La fiesta del Chivo. ¿Es posible una gran obra en loor de la banca? Por eso se esterilizan. No imagino una oda a Mike Pompeo. No tengo talento para escribirla.
—Usted que se mantiene activo en Twitter, aparte de bloquear y silenciar a los que ofenden, ¿qué otra cosa se puede hacer con ellos?
—Reírnos. Es cruel, pero inevitable. Hay bolsas que te preguntan dónde te vas a meter cuando caiga el chavismo. ¿Y dónde se están metiendo mientras el chavismo es gobierno? O quienes dicen que el chavismo es ignorante y lo escriben con errores de ortografía. No soy fetichista de la ortografía, pero si vas a presumir de erudición más te vale tener cuidado al escribir, porque como dijo Perón, del ridículo no se regresa.
CIUDAD CCS