Letra fría | Y dale con los 80
25/08/2023.- Cuando llegamos al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, luego de la semana extrabonificada por la ruleta y el rector de la Autónoma de Santo Domingo, veníamos contentos con sendos bolsos de cuero que compramos a nuestras esposas y regalitos para los hijos. Mi gran sorpresa fue no encontrar a Dilcia esperándome como toda la vida. A lo mejor mi cara de póquer animó a Miriam, la esposa de Álvaro a decirme rapidito que Dilcia estaba en el Teresa Carreño esperando a Ligeia que actuaba en la ópera Evita con Paloma San Basilio.
Fue, entonces, cuando recordé que mi amiga guajira Gladys Hernández me había pedido autorización para incorporar a mi hija al elenco de niños de la obra que duró un mes en Caracas. Ahí sentí dos respiritos, uno al disiparse la tempestad sentimental que presumí por la ausencia en el aeropuerto, y dos, que Ligeia se ganaría unos cuantos dólares por sus presentaciones y se aliviaría la presión económica. Se compró la casa de la Barbie, un deseo anhelado que no habíamos podido complacer, nos autorizó a comprarle carromato grandísimo a su hermano Marcel y llenó la nevera. ¡Tan bella Ligeia, desde los 8 años ya me mantenía! Jeje.
Después vino la exposición de Jesús Soto en la Galeria Lea de Barquisimeto, de Alvarito Montero y su esposa Miriam, y el sempiterno cuento del primer disco que produjimos con Alvarito de Soto y Riera… Como ya lo he contado fui jefe de prensa de la exposición del maestro, al final del vernissage de la inauguración nos fuimos a una finca de Alvarito, y acompañado por Rodrigo Riera, Soto cantó aquellos boleros y sambas argentinas que cantaron en la Scale de París a finales de los años 50. Al finalizar la tenida me acerqué para plantear la grabación de un disco y Soto me dijo: "Tú eres el número 28 que viene con ese cuento", y yo le contesté que los otros 27 no estaban pelando como yo, acababa de llegar de París, adonde me fui por 10 días y me quedé 3 meses, y por supuesto, al regresar, me habían botado de El Diario de Caracas y de la universidad donde daba clases. Aquella campaña de prensa fue la más fácil de mi vida, nunca logré tantas páginas completas y primeras planas en todos los periódicos regionales, e incluso nacionales, fue no solo gratificante, sino salvadora de mi desempleo temporal. Álvaro, además de poeta, era un exitoso abogado proveniente de una familia acaudalada, con excelentes relaciones comerciales en la ciudad, por lo que fue fácil lograr el patrocinio del Banco de Lara y que su presentación ocurriera en el teatro Juáres de Barquisimeto, un ícono cultural de Nueva Segovia de Barquisimeto.
Un último detalle es que por los días de la grabación, Fran López, hermano de Miriam, dirigía un teatro cabaret en la Galería Lea, al terminar los ensayos nos íbamos con parte del elenco a un sitio delicioso que regentaba una excelente pianista, sino me equivoco se llamaba Doris, de aquellas largas noches con las meretrices de utilería, mereció aquel inolvidable comentario del maestro Soto: “Los recuerdos que tengo son como un sueño poético, en el cual pasaron miles de cosas, unas más fuertes que otras, y sin duda eso será un recuerdo muy agradable en mi vida... esa especie de semana extravagante que pasamos tocando toda la noche, amaneciendo todos los días hasta las siete de la mañana... esa semana me trajo al presente aquellos días de París".
Humberto Márquez