26/08/2023.- Con el antiguo Twitter, hoy llamado X, siempre hay novedades. Es como el pana que se acostumbró a desconcertarnos con sus giros contradictorios y acciones sorpresivas: nunca se sabe qué preguntarle o cómo reaccionar. Eso mismo nos pasa con la red dirigida por Elon Musk, que ahora ocultará los títulos y los textos de las noticias divulgadas en esta plataforma para forzarnos a escribir publicaciones más completas. 

Próximamente, cuando se comparta una nota informativa, solo se verá la imagen principal de la publicación. Si queremos ubicar a nuestros seguidores y ganar su interés, debemos colocar un “copy” o texto que explique el sentido del contenido. Más trabajo para los community managers y un grado más de desconcierto para aquellos usuarios que aún no entienden hacia dónde vuela X. Pero, sobre todo, es una piedra más en el largo camino que recorre el periodismo en tiempos de incertidumbre digital.

Uno de los retos que enfrenta nuestra profesión hoy es titular con atractivo y sinceridad, sin defraudar a los lectores. Si alguna vez se ha sentido estafado por un título, comprenderá de qué se trata. Seguro le dio clic porque la información le resultó curiosa, sorpresiva, escandalosa o positiva, pero cuando terminó de leer, no consiguió nada de lo que se prometía. Ese fenómeno, tan odioso y desconcertante, se conoce como clickbait o cebo de clics. Y, como está pensando, consiguió campo fértil en las redes sociales.

El clickbait es considerado por algunos expertos del campo digital como una técnica sensacionalista, que exagera los datos de un hecho o simplemente miente para aumentar el tráfico a un sitio web. Es una estafa para el lector que Musk pretende erradicar con su nueva decisión, en un ecosistema donde no basta la buena voluntad y el buen contenido para llamar la atención.

Pero eso no es lo único que mueve al empresario. El cambio en las políticas de publicación de titulares también tiene un propósito más “estético”: reducir el tamaño de los tuits. Es una apuesta que viene a marcar aún más diferencias entre los usuarios gratuitos de la red y los que disfrutan de X Blue, el servicio premium que permite publicar textos hasta de 25.000 caracteres. Visto así, nada garantiza el equilibrio y la armonía que supuestamente se pretende buscar.

Entre la procura de la sinceridad y la búsqueda de la proporción, Musk lanza una propuesta a los periodistas con la publicación directa de contenidos profesionales a cambio de un porcentaje de los ingresos publicitarios. ¿Detrás de todas estas jugadas está la idea de invisibilizar aún más a los medios de comunicación? ¿Pueden ser reporteros y fotorreporteros realmente libres en X? ¿Cómo será ese trato en términos económicos? ¿Será una competencia justa frente a los influenciadores y la artillería del marketing digital?

En medio de esto, debemos agradecerle a Elon el montón de contradicciones que nos está regalando X para debatir sobre nuestra actividad profesional. Si bien se nos responsabiliza de no estar a la vanguardia, también vale preguntarse si las redes sociales nos tienden pequeñas trampas para dejarnos atrás y hacernos sentir en desventaja. Nada está claro, menos si los magnates están a cargo de este camino.

Rosa E. Pellegrino