Araña feminista | Nuestramérica sigue de parto
28/08/2023.- Hace unos años se anunció la muerte del ciclo progresista, nombre con el que se intentó abarcar todos los procesos de insumisión a las democracias burguesas representativas y al neoliberalismo de finales de siglo.
Esta afirmación establece la supuesta muerte del “ciclo progresista” como natural, parte del proceso, y oculta que todos estos gobiernos y sus alternativas fueron y son sometidos a golpes de Estado, medidas coercitivas extranjeras, saboteos institucionales, judicialización de sus liderazgos y un largo etcétera. Pero la historia y la vida misma, más que ciclos cerrados o líneas rectas, son una gran espiral que se mueve y retuerce una y otra vez. Nuestros caminos de lucha son muchos, sinuosos y, a pesar de los augurios, Xiomara está en Honduras y Lula de nuevo en Brasil, y más.
La semana pasada el continente tuvo una de esas contracciones del parto en el que estamos desde hace 200 años (sí, 200 años, porque el nacimiento de nuestras naciones será cuando nos libremos del imperialismo capitalista, racista y colonialista que comenzó con el español).
¿Sorpresa en Argentina?
Estamos muy de acuerdo que lo que se pone en juego con fenómenos como el de Milei es la democracia. Sin embargo, como dice la investigadora feminista brasileña Sonia Correa, más que una sorpresa, con la victoria de Milei en las primarias, lo que tenemos es la constatación de un patrón continental de avance de la ultraderecha y de neoconservadurismo religioso. Estrategia que se ha ido consolidando desde hace 50 años y que se observa en los discursos de Trump, Bolsonaro, Milei y otros y, cuidado, algunas trazas también se encuentran en supuestos líderes progres que, con la excusa de los votos, dejan colar ideas religiosas antiderechos.
Según Sonia, se evidencias tres tendencias estructurales: la penetración del neoliberalismo como un modo de vida. La restauración conservadora religiosa, es decir, fundamentalismos religiosos y su intento de teocratizar la política. Y, por último, las distorsiones de la redemocratización social, donde se responsabiliza por la precarización económica a la conquista de derechos. Como parte de la estrategia, se sitúan los avances sociales como solo para una “nueva élite”. Además, se hace un constante llamado al autoritarismo para un necesario retorno al orden que volverá las cosas a un pasado idílico, por cierto, históricamente inexistente. Ej.: la lucha por el aborto que la presentan como demanda de algunas y no de miles de mujeres de todas las edades que exponen sus vidas y salud por embarazos no deseados o, el retorno de las mujeres a la “santidad de la familia”, esa santidad que, por ejemplo, en Venezuela no reconocía la patria potestad de las madres sobre sus hijes antes de 1982.
Ecuador, más que una primera vuelta
Si bien los titulares se centraron en el pase a segunda vuelta de la correista Luisa González y del heredero bananero Noboa, en estas elecciones hubo mucho más en juego. Se celebró una consulta popular sobre la explotación petrolera en el amazonas y elecciones legislativas .
A pesar del clima político extremadamente violento, con candidatos asesinados, tiroteos en mítines, que según las palabras de la socióloga feminista Irene león, son la evidencia de la presencia del crimen organizado en la política ecuatoriana, Ecuador dijo sí a la vida y esto quedó claro no solo con el triunfo de Luisa González, sino también con la negativa de continuar con las explotaciones petroleras en Amazonas.
Sin embargo, como hemos visto antes, con la derecha en el poder siempre hay que hacer más que votar. Es así que luego de las elecciones se dan debates en el Ecuador sobre cuáles son los votos que valen y para qué, quedando para el próximo gobierno poner o no en efecto la decisión popular por la vida del Amazonas.
Todas las voces por Guatemala.
El domingo 20 de agosto se celebró la segunda vuelta en Guatemala y salió victorioso el binomio de Bernardo Arévalo y Karin Herrera.
En un país que vive sumido en la violencia política desde hace décadas y donde las instituciones han defraudado constantemente a sus pueblos, los movimientos sociales lograron hacer coalición y movilizar el voto de mujeres y hombres mayas, ladinos (criollos) de clase trabajadora, gente del campo y la ciudad. Hicieron que los pueblos, una vez más, creyeran en un proceso electoral como opción para un “renacer”. Este es el contexto de la victoria del “Movimiento Semilla”. Por otro lado, están las fuerzas oligarcas, corruptas y conservadoras, aliadas con el neoliberalismo empresarial y religioso que se aferran con todas sus pezuñas al poder.
Después de la victoria de Arévalo y Herrera pocas noticias se encuentran de Guatemala, pero les contamos que al momento de escribir esta nota, nuestras compañeras nos informan: el presidente y la vicepresidenta están siendo amenazados de muerte, la candidata perdedora Sandra Torres y su partido aún no reconocen su derrota, como tampoco lo hacen las autoridades electorales y, para colmo, está en marcha una maniobra leguleya que pretende anular la participación del Movimiento Semilla y, por tanto, sus candidates. Mientras tanto, los medios internacionales siguen callados, los pueblos guatemaltecos están en la calle defendiendo sus votos, su decisión y su derecho a una democracia popular y protagónica, y nosotras desde nuestras organizaciones nacionales y continentales gritamos con elles: “Guatemala merece florecer”.
Alejandra Laprea