10/09/2023.- Antiguamente las emociones no eran tomadas en cuenta, ya que siempre las habían separado de la mente y el cuerpo. Afortunadamente, muchísimos profesionales en varias áreas, incluyendo la holística, de un tiempo hasta ahora se han dedicado a estudiar la influencia de las mismas y ciertas dolencias o enfermedades dándole la importancia que se merecen.

Las emociones se expresan a través del cuerpo, ya que ellas liberan sustancias que generan sensaciones físicas en nosotros. Hay una frase popular que es muy cierta, el cuerpo grita lo que la mente calla. Es necesario que nosotros sepamos comprender la relación que guardan todas las partes de nuestro cuerpo para conocer lo que es el dolor emocional y qué desencadena finalmente.

Debemos aprender a escuchar nuestro cuerpo ya que él puede identificar lo que nos está pasando y lo que necesitamos; cuando prestamos atención a estos signos de alarma antes que la mente, es que podemos empezar a escuchar sus mensajes. Las experiencias y vivencias de cada persona son únicas y esto hace que sean somatizadas de manera diferente.

La atención de cada persona debe ser individual por lo antes descrito, ya que algunos casos de dolencias merecen especial cuidado, sin embargo, describiré de manera general algunas dolencias experimentadas por el individuo al no saber manejar las emociones.

La tensión en los músculos de la cervical, el cuello y la mandíbula pueden venir generados por el estrés, el miedo, la ansiedad y llevar un ritmo de vida acelerado, esto también puede generar dolores de cabeza e inclusive mareos. El miedo o la ira reprimida pueden desencadenar dolores de mandíbula y bruxismo.

Aquello que callamos, las emociones que no expresamos o bloqueamos, aquello llamado nudo en la garganta produce dolor de cuello, en algunos casos amigdalitis, el exceso de responsabilidades, cargar culpas ajenas, asuntos sin resolver, mucho trabajo y posturas prolongadas producen dolores de espalda. 

El estado de alerta constante genera un exceso de tensión y adormecimiento en las manos, la ansiedad y tristeza acumulada, duelos sin resolver o transitar, produce dolor en el pecho, generando gases estomacales, estreñimiento y malas digestiones, dolor y presión en el estómago, ya que aquí es donde se acumulan las emociones más frecuentemente.

En conclusión, una persona cuando tiene habilidades suficientes para hacer frente a esas situaciones generadoras de cargas emocionales, es poco probable que causen algún daño; sin embargo, en ausencia de esas destrezas, la persona se ve afectada directamente en su salud y es el momento de buscar la ayuda profesional.

Ydalmis BRAVO