Crónicas y delirios | Diálogos absúrdidos

15/09/2023.-

 

Diálogos absúrdidos

—Buenos diáfanos, Don Cornelio, mucho gusto. ¿Qué lo retrotrae por aquí a horas tan equinocciales?

—La gustación es mía, Doña Heriberta. Paseaba solsticio, junto con mi perruno "Kant", y me acordeón repentinamente de que usted demoraba en esta populosa ubre. ¿Cómo está su signe e insigne genitora?

—Oh, Don Cornelio, si le conteo solloza. Mi querida ancestra estiró la patrucia porque la picó una serpentina macho, es decir, un boato tamaño de baño. Usted no tiene ideología de cómo sufrimentó: perogrullaba vocabularios requete-corifeos por los labiodentales, le sonaba la estomatitis a nivel de las venas arterias, gritaba dolores desde las trompetillas de Eustoquio hasta el pendón de Aquiles y, por ultimátum, quedó con la apátrida tiesa en su Kama-Sutra. Ella se fue, Don Cornelio, y me dejó completamente desmadrada.

—La acongojo en sus sentimientos, amiga. "La vida es un embarque", como expresaba hace años tustos o vetustos aquel Calderón de la Barca. Pero no se me achicopale y echémonos un palo aunque sea chico. A propósito, ¿se halla usted totalmente uninominal o está su consorte en el hábitat de adlátere?

—Eso pertenece a otra narrativa de pesimista suerte, Don Corni. A mi esposo lo operaron de la próstata masculina y se quiere pegar un tiroteo en la tapa de los sésamos, porque afirma que ya no posee ninguna micción en la vida. Si falla, desfallezco; y si atina, enviudo. ¿Qué me sugestiona en este trance trascendental?

—Hágase la locuaz y abandone la rábida, pero ponga sus barbitúricos en remojo. Acuérdese de lo que afirmaba el autor del Loro Estepario: "Más vale un marido volando que cien pájaros ajenos, o todo lo contradictorio". Y dígame, ¿se aposentan sus hijos en las calorías del hogar?

—Aaay, Don Corleone, no me toque esa tecla síquica porque me siquitrilla. El mayorazgo se largó con una conjunción musical denominada El Arpa de Noé y vive de matar tigricéridos. A mi niña Virginia le desgració el horóscopo un plomero de punto, o sea, un tal exagente de policía, y se la llevó al río creyendo que era chocozuela. Juliancito júnior, el de minoridad cedularia, abandonó la escolástica pública donde estudiaba y se dedicó a la caficultura: vende café por estas calles. ¡Ya no tengo metas ni metabolismo!

—Nunca perorate pendejencias de sus condescendientes o la histeria la absorberá. Por finiquito, ¿nos bebemos un pequeño equino detenido marca Pampero que cargo en el (Ho)mero bolsillo, Doña Heriberta?

—Sería pendo y estupendo echar una canícula al aire, pero corro la riesgosidad de desvanecerme en el desván, pues no soy una Mata-Hari acostumbrada al beriberi. ¿Me intelecciona, me radioescucha, me computa y sintoniza?

—Te intuyo de tú a tú hasta los tuétanos, Heribertica. Ahora deseo confesarte mi eterno cundiamor, mi erotismo sin derrotismo, mi poema ¡Vente!, mi zozobra como el griego de la película. ¿Esto es mutual? ¿También deseas un horizonte horizontal, unos himeneos fuera del matrimonio?

—HRH positivo, cariño. Vuelve mañana a la misma orimulsión, porque hoy el apróstata de mi marido llegará prontuariamente y es muy capachero de darnos matarile con lirerón.

—Heriberta, si tu hombruno resulta tan fierabrás, mejor yo güil come back cuando al sápido le salgan pélidos. ¡Chado!

 

Del cofre ajeno

La oposición venezolana da risa, lo que se agradece porque la risa es saludable, sube las defensas y es una gozadera. Pero tiene una cara agria porque hay cosas con las que no se juega y non son burlas de burlar, para decirlo en dialecto medieval (Roberto Hernández Montoya, 3-3-2023).

Cifras alarmantes: EE. UU. bate récords con 474 tiroteos masivos en lo que va de 2023 (LaiguanaTV).

Nuestro pleno recuerdo y adhesión: "Hace unos días subió a reunirse con él su amada María Lucía y hoy Aníbal Nazoa, ateo sentado junto a San Pedro desde 2001, estaría cumpliendo 95 años de edad" (Ernesto Villegas Poljak, 12-9-2023).

"Los grandes medios solo publican selfis del imperialismo". Iván Lira.

"No cambiaré de paisaje ni volaré alto, no levantaré vuelo ni pasaré a otro plano, tampoco trascenderé ni liaré el petate: sencillamente, 'partiré canturreando mi poema más triste y, cuando nadie escuche mis canciones ya viejas'… moriré". (La Tía Eloína, en la voz de Luis Barrera Linares).

 

Igor Delgado Senior


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