Arte de leer | Entrevista al escritor y científico Oscar Fernández G.
"Creo que cuando se imagina, todo puede ser halado de los pelos"
19/09/2023.- La resolución de problemas complejos en el campo de la ciencia junto al análisis de nuevos paradigmas en las relaciones sociales han establecido otras estrategias de investigación que sobrepasan las limitaciones disciplinarias. Esto derivó en un método que de por sí se desarrolló principalmente en la antropología y que desde hace años superó sus fronteras.
Se trata de la transdiciplinariedad, que integra varias formas y métodos de indagación y experimentación científica. En Venezuela, existen varios académicos que se decantan por lo transdiciplinario y que además han publicado libros que aportan nuevas formas de pensamiento. De igual modo, sus investigaciones y temas los transversalizan al arte, en este caso, a los versos.
En la Fundación Editorial El perro y la rana se publicó el libro Entre el cristal y las nubes. Su autor, Oscar Fernández Galíndez, biólogo, filósofo y docente, también le mete a la poesía y la fusiona con la ciencia ficción. Pero eso no se queda ahí. La relaciona también con lo biológico y lo ético.
Fernández Galíndez accedió gentilmente a contestarnos unas preguntas y hasta nos sorprendió con cuestiones calificadas por muchos científicos como "paranormales".
—Explícanos en qué consiste la transdiciplinariedad, como si fuese para niños de primaria.
—La ciencia de la naturaleza fragmentaria nos ha hecho creer que todo funciona mecánicamente, como funcionan los carros, por ejemplo: si hay un desperfecto, lo que hay que hacer es identificar la falla, que por lo general consiste en algún repuesto que hay que cambiar o algo que hay que ajustar, y ya.
Pero la mayoría de las cosas de la vida no funcionan así. En el ser humano, por ejemplo, todo se relaciona con todo, y si la persona tiene un desequilibrio fuerte, al ajustar una pieza, descomponemos otras en otras partes. La transdisciplinariedad consiste en reconocer que todo se relaciona con todo de algún modo.
Ahora bien, esas relaciones no son aleatorias ni mucho menos caprichosas. Todo responde a patrones, y estos patrones pueden cambiar con el paso del tiempo para que surjan otros nuevos patrones, y a todo eso le llamamos complejidad. O, como Carl Gustav Jung lo llamó, sincronicidad.
—En tu libro Entre el cristal y las nubes podemos apreciar categorías poco conocidas sobre temas de ciencia. Algunos podrían afirmar que son cosas de la new age o quizás considerarlas pseudociencias, como alguna vez las calificó Mario Bunge. Nos gustaría que nos explicaras brevemente de cada una de ellas:
- Bioética y bioestética
- Biosemiótica
- Neurofilosofía
—Estos y otros términos vienen de reconocer en la sociedad la emergencia de tres principales paradigmas vistos como cosmovisiones. Esos paradigmas son el ecológico, el cibernético y el neurocientífico. Podríamos ver a través de ellos de forma independiente el uno del otro como la aparición de todo un diccionario.
El ecodiccionario, el ciberdiccionario y/o el neurodiccionario. El mundo por sí solo podría explicarse con solo uno de estos enfoques, sin embargo, en el 2003 tuve la intuición que estos tres paradigmas podrían configurar un metaparadigma, al que denominé teoría metacompleja del pensamiento biológico.
Hoy día, veinte años después, tuve una segunda intuición que sintetiza en un término todo lo anterior y este término lleva por nombre endoepignosemiosis. El mismo parte de la expresión generada por el maestro Sócrates que dice: "Conócete a ti mismo". A partir de allí surge la invitación al autoconocimiento en todos los niveles de la vida.
Los ámbitos de estudios a través de los cuales se analizan estas relaciones no los inventé yo. Hay mucha gente estudiando esto: la bioética, la biosemiótica y la biopolítica, por ejemplo, son solo algunos de los campos de estudios derivados de este enfoque transdisciplinar a través de los cuales me valgo para realizar mis reflexiones.
Si definiéramos, por ejemplo, la bioestética, diríamos que se trata del estudio de la relación entre el arte y lo biológico, que va en varios sentidos. Uno de ellos es cuando los artistas de cualquier área se inspiran en lo biológico, por ejemplo, Eduardo Kac y el arte genético, o mi persona con el poema Rosa cibernética, o cuando los científicos se aproximan al arte; allí podríamos colocar como ejemplo imágenes de micrografía electrónica que son coloreadas y convertidas en obras de arte.
También podríamos estudiar como se comporta el cerebro con la creación artística y luego colorear las imágenes creadas por un aparato de resonancia magnética funcional.
Y así con cada término del biodiccionario.
—Eres biólogo, filósofo y profesor de ciencias naturales. Además eres poeta y escritor. ¿Cómo haces para conjugar todas estas disciplinas?
—Y también soy mucho más. Hace poco, jugando con imágenes en el celular, descubrí que también era artista digital. Por insistencia de un primo que es artista plástico, envié una obra a una convocatoria de más de trescientos participantes, entre nacionales y extranjeros, y la obra que envié quedó entre las sesenta seleccionadas.
Creo que aún hay talentos en mí que ni siquiera he descubierto; me gustaría, por ejemplo, hacer doblaje de películas. Porque soy locutor y he hecho actuación en alguna etapa de mi vida. ¿Cómo hago con todo? Pues, simple, en mí no hay separaciones. Y todo es fácil para mí.
—Eso de la poesía de ciencia ficción... ¿no es como halado de los pelos?
—Creo que cuando se imagina, todo puede ser halado de los pelos. Conozco un poeta que hace lo que él llama criptopoesía, donde mezcla símbolos, imágenes y palabras, y una vez conocí a un poeta, creo que de Canadá, que hacía onomatopeyapoesía (poesía no verbal). Eso, creo, puede ser más loco que lo que yo hago, y existe.
—Otra categoría que llama nuestra atención es el ciberarte. ¿Con qué se come eso?
—Esa pregunta puede ser la síntesis de mi vida. Siempre me han preguntado: ¿con qué se come eso? Y, para ser sincero, antes no tenía respuesta, pues siempre he sido intuitivo y las palabras siempre llegaban como respuestas a preguntas inexistentes. Hoy después de muchos años creo tener algunas de ellas, siempre parciales.
Sobre el ciberarte podría leerse de dos posibles formas. Primero, como la expresión de cualquier manifestación artística a través de los medios electrónicos y en especial el internet.
Segundo, la expresión del arte digital con el apoyo de recursos tecnológicos. Incluso el primero y el segundo pueden conjugarse de algún modo.
—¿Cuál es tu propuesta para un nuevo paradigma en la educación?
—No sé si el término "nuevo" sea lo adecuado, pero creo y siento que es lo que necesita la educación venezolana. Se conoce como neuroeducación y consiste en reconocer los distintos estilos de aprendizaje de los niños y jóvenes y potenciarlos desde allí, primero para que descubran sus propios talentos y luego para que aprendan a cooperar con los otros para que así aprendan unos de otros. Nada de esto es nuevo, pero me parece muy necesario.
—Por otra parte, has expuesto otras categorías asociadas al socialismo como neurosocialismo, cibersocialismo, semiosocialismo y el ecosocialismo que ya hemos leído en Andrés Bansart. ¿En qué se diferencian de los postulados clásicos de Marx y Engels?
—Cuando me encontré con los textos de Andrés Bansart, ya había intuido y publicado algunos materiales sobre ecosocialismo; lo mismo con los otros términos. Todo ese discurso se decantó en el término bioanarquismo, así que más que filiación al marxismo hay críticas al mismo.
Hoy día tengo una comprensión más completa de todo esto y lo llamo neuroterrorismo y tanto los de derecha como los de izquierda tienen su participación en este enfoque que se centra principalmente en establecer el control de la población a través del miedo. O, dicho de otro modo, a través de la estimación de las hormonas adrenalina y cortisol en nuestros neurosistemas.
Para entender todo esto, propuse la creación de un centro de investigaciones en neuroinmunologia social. Pero no he recibido respuestas.
—En esta era de singularidad e inteligencia artificial, ¿estamos en peligro de extinción?
—Como ya decía en la respuesta anterior, el ser humano ha sido inoculado por el miedo para ser manipulado y controlado, y esa manipulación no posee ideologías.
Nos han asustado con la inminencia de la guerra nuclear, con el terrorismo, con la ingeniería genética, con el bioterrorismo y ahora el nuevo coco es la inteligencia artificial. No estoy diciendo que todo eso sea falso, lo que estoy diciendo es que aún estamos aquí y creo que desde una perspectiva eminentemente lógica, aún seguiremos. ¿Por cuánto? No sé, pero en realidad no es ese mi tema de interés.
—Hace poco, en el Congreso de México se celebró una audiencia con científicos y especialistas en los FANI (anteriormente, ovnis), donde se mostraron presuntos restos de fósiles no humanos y otras evidencias que pudieran ser conducentes a la vida no terrestre.
De igual modo, dieciséis especialistas de la NASA presentaron un informe sobre estos fenómenos, hasta ahora considerados paranormales. Por los momentos, no niegan, pero tampoco afirman, nada, salvo que crearán un observatorio para estudiar los fenómenos. ¿Estas presuntas evidencias podrían cambiar el rumbo de las ciencias, la historia y hasta la cultura tal como la concebimos?
—Para mí nada de esto es novedad y se sabrá más de todo esto en próximos días. Esto que estamos empezando a ver es el resultado de la fecha de vencimiento de un acuerdo que se firmó entre las grandes potencias mundiales y nuestros hermanos mayores del espacio hace unos cincuenta añosmás o menos. Pero todo eso requiere de mucha explicación.
Solo puedo decir que los responsables de la NASA seguirá queriendo meter miedo con todo esto, pero lo que muestran no es porque quieren, sino porque se están viendo obligados. Vienen muchos cambios hasta en la política mundial a raíz de todo esto. Solo eso puedo decir en pocas líneas.
—¿Hay razones para temer la presencia de "alienígenas"?
—Ninguna, y vuelvo a la lógica: si hay evidencia de su presencia desde hace millones de años, ¿por qué no nos han invadido si en verdad son hostiles? Y por último nosotros, todos los "terrícolas", somos sus hijos. Nuestro ADN deriva del suyo.
Sí existe una lucha galáctica, pero no es contra nosotros. De hecho, los seres invasores que por mucho tiempo controlaron el planeta ya están siendo expulsados. Pero no me crean a mí. Observen los eventos en los próximos meses y años.
Ricardo Romero Romero
@ItacaNaufrago
artedeleer@yahoo.com
Biografía mínima de Oscar Fernández Galíndez (Caracas, 1971)
Profesor de Ciencias Naturales, mención Biología, con doctorado en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Filósofo, fotógrafo, poeta, artista digital, actualmente jubilado y dedicado de lleno a la investigación filosófica, sistematizando todo lo aprendido a través de charlas y talleres sobre ciencia, filosofía, arte y espiritualidad. Algunos de sus libros publicados son: Compendio aforismático (Universidad de Río de Janeiro, 2010), Entre el cristal y las nubes (Fundación Editorial El perro y la rana, 2012), Espiralario (Fundación Editorial El perro y la rana, 2012), Aphoristic compendium (Universidad de Río de Janeiro, 2012), Las aventuras de Cachapo, Sardina y Mortadela (Fundación Editorial El perro y la rana, 2019), Bioaforismos (Universidad Bicentenaria de Aragua, 2022), La metáfora de la vida (Universidad Bicentenaria de Aragua, 2022), Tormenta solitaria (Editorial Atopos, 2023).
Fernández Galíndez, O. (2012). Entre el cristal y las nubes. Ensayo. Colección Heterodoxia. Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana, 221 pp.
Oscar Fernández Galíndez
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