19/09/2023.- Algunos males son universalmente asociados a ciertas imágenes, como, por ejemplo, el nazismo a la esvástica o el saludo de brazo alzado y extendido, mientras que otros males son parte del imaginario de menos personas, por la razón de que distintas culturas y espacios humanos crean sus propios códigos. Estos no siempre logran trascender su localidad, en especial cuando se refieren a episodios de la historia o del presente que la clase dominante prefiere no difundir. Es por ello —quizá— que cuando en Colombia y, por alcance, a sus países vecinos (Venezuela, Ecuador y Panamá) se habla de motosierras en el ámbito político, muchos saben de qué horror se trata y a quién o a quiénes involucra; al igual que lo saben en países como Paraguay, donde la dictadura de Alfredo Stroessner también la llevó al panteón del terror en la memoria popular.

Es probable —quizá, quién sabe— que en la sociedad argentina no estén muy familiarizados con ese tema, porque, de otro modo, el uso de motosierras en recientes mítines de campaña por parte del candidato presidencial del ultraderechista partido Libertad Avanza, Javier Milei, se habría leído con más rechazo o miedo del que se leyó. Mientras que la imagen de Milei agitando la motosierra encendida con la cara deformada por los gritos de "tiembla la casta" y sus seguidores riendo a mandíbula batiente causó escozor en otros lares —siendo reseñada en medios de Colombia, España o Venezuela—, en Argentina no pasó de ser catalogada como una excentricidad más de las que suele mostrar el candidato.

¿A qué clase de peligros nos enfrentamos como región cuando el líder de las encuestas presidenciales de un país del tamaño y la relevancia de Argentina blande alegremente una motosierra y nadie se espanta? Sería de una ingenuidad ridícula creer que Milei y su grupo no saben lo que representa y limitarse a tratarlo solo como "un loquito más", pues eso lo beneficia de una manera que bien sabrán aprovechar. Para muestra, Trump: "Está demente el peluca, pero tenía razón". "Que vuelva, ese sí se atreve a hacer lo que hay que hacer". Lo que parece que se olvida al subestimar estas cosas es que, en efecto, estos personajes sí se atreven a hacer lo que dicen sin recato, y hasta más.

Cuando la extrema derecha saca la motosierra no es un mero aviso simbólico, es una amenaza real. Acabar con la casta, o cualquiera que sea estorbo en los planes de negocio y poder, significa que será eliminado, exterminado, mutilado. Moral, política, económica, cultural y físicamente. Ya lo han hecho antes. Y salivan por volver a hacerlo.

Mariel Carrillo García