Ahora los pueblos | Colonización de la erótica 

El oprimido supremo es la mujer india…

Enrique Dussel

 

21/09/2023.- En la 14.° Feria del Libro de Caracas, realizada entre el 9 y el 17 de septiembre, tuve el honor de presentar el libro de la maestra Carmen Bohórquez, La mujer indígena y la colonización de la erótica en América Latina1, una obra que en la difícil tarea de la descolonización de la memoria es fundamental para la construcción de nuestra identidad como pueblos que resistimos al proceso de imposición colonial.

La tarea intelectual implica grandes retos para la mujer, pues pesan sobre nosotras siglos de prejuicios que, en definitiva, obstaculizan el libre desenvolvimiento de nuestra personalidad. Por eso, el doble reconocimiento merecido a las mujeres que, rompiendo esquemas, se dedican a la labor investigativa y al ejercicio del libre pensamiento. Una de ellas es la maestra Carmen Bohórquez, oriunda de nuestro estado Zulia, investigadora, docente y escritora, con maestría en filosofía de la Universidad de Michigan, Estados Unidos (1973); doctorado en Historia, summa cum laude, en la Universidad de la Sorbona, en París (1996), y doctorado honoris causa por la Universidad del Zulia (2009).

En esta obra, la autora nos va guiando en la construcción de conclusiones que nos ayudan a desmontar la leyenda dorada de la conquista española sobre los territorios americanos, que “se sustenta sobre la negación total de la existencia de los grandes valores civilizatorios que poseían los pueblos y culturas que habitaban este continente miles de años antes de la invasión” (Bohórquez, 2022). La negación absoluta de lo que fuimos ni siquiera nos permite reconocer los elementos culturales identitarios que hemos heredado de las civilizaciones de las que descendemos, haciendo que prevalezcan como únicos aportes válidos la lengua, la religión y la cultura, impuestas a sangre y con violento sometimiento a millones de seres humanos.

Las versiones que han distorsionado la verdad histórica sobre tres siglos de ultraje y opresión pretenden esconder "el más grande genocidio y etnocidio cometido en la historia de este planeta" (Bohórquez, 2022). En estas narrativas hegemónicas, la visión sobre la mujer indígena que se ha impuesto es occidentalizadora, cristiana y machista, dejándola en una condición social doblemente marginada, como mujer y como india. Bajo la visión patriarcal, la mujer indígena ocupa un lugar en la sociedad no solo por debajo del hombre, por su condición de mujer; también por debajo de la mujer blanca, que por ser "racialmente superior y cristiana" no estaba expuesta de igual modo a la violencia sexual y a la indefensión material y cultural.

En su visión dicotómica civilización-barbarie, el colonizador construye una narrativa que intenta justificar el acceso masivo, carnal y violento contra las mujeres indígenas como un impulso provocado por la actitud "incitadoramente pecaminosa" de las mismas. La romántica narrativa sobre el mestizaje como resultado de formas extremas de violencia física y cultural intenta "exculpar al macho conquistador de los actos de violación, individual o colectiva, perpetrados contra la mujer indígena". Así se dio nacimiento al mito de la Malinche, con el que la autora concluye, explicando cómo la mujer de los pueblos colonizados se expone a la visión del otro "desde el ego conquistador, que es, al mismo tiempo, un ego fálico; la india se constituye como mujer solo cuando opta por el varón español" (Bohórquez, 2022).

En la erótica de la teogonía bíblica,

… la mujer aparece despojada de toda sexualidad posible al quedar la expresión de esta sexualidad originariamente identificada con la generación de males de todo tipo. Por ello, aunque la existencia de la mujer sea necesaria para la propagación de la especie humana, su maternidad queda condenada, desde el propio momento originario, al dolor.

Mientras, por el contrario, en las teogonías amerindias, "… los principios femenino y masculino participan por igual en la creación del mundo y de la humanidad (...) en ambos está implícita una sexualidad activa: la Gran Abuela y el Gran Abuelo, la Gran Madre y el Gran Padre" (Bohórquez, 2022).

Las nuevas sociedades surgidas de la desaparición física del varón indígena y de la posesión del colonizador de la mujer indígena redefinieron la feminidad originaria en el ejercicio de una genitalidad reproductiva, desde cuyos vientres germinaron los hijos e hijas que repoblaron los territorios conquistados.

Estas profundas reflexiones nos tocan desde la intimidad de reconocernos en nuestras abuelas indígenas, cuyos genes han logrado imponerse mayoritariamente en la población nortecostera de Venezuela. Muchos caminos faltan por recorrer en la construcción de los feminismos decoloniales. ¡Gracias, maestra!

 

Anabel Díaz Aché

 

Fuentes consultadas:

1Bohórquez, C. (2022). La mujer indígena y la colonización de la erótica en América Latina. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana. https://monteavilaeditores.com/download/la-mujer-indigena-y-la-colonizacion-de-la-erotica/


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