Araña feminista | Aborto legal, ¿sí o no?
02/10/2023.- Este 28 de septiembre salimos a la calle una vez más para hablar del aborto como una realidad que vivimos miles de venezolanas y que nos cuesta nuestra salud y muchas veces la vida.
En la previa al 28S llegamos a acuerdos más de 20 organizaciones feministas congregadas en la plataforma Ruta Verde, el primero de los acuerdos “seas de derecha, seas de izquierda; pro o contra Gobierno, el ABORTO nos afecta a todas por igual”. No podemos mentirnos, las fuerzas ultraconservadoras que se amparan en los fundamentalismos religiosos y en una supuesta defensa de los valores juegan en ambas bandas, y ojo para un mismo patrón.
El segundo de los acuerdos es volver a las calles a decir: como pueblo, como sociedad necesitamos hablar del aborto como una realidad, como un tema de salud pública, con argumentos científicos y libres de preceptos religiosos. Ese diálogo es una deuda de la Asamblea Nacional que “amablemente” nos recibió el año pasado y propuso establecer una mesa de trabajo, un conjunto de reuniones que sistemáticamente han aplazado, sacado de agenda, etc… en pocas palabras nos pusieron a jugar a la candelita.
También salimos a recordarle al TSJ que seguimos esperando se pronuncie sobre la inconstitucionalidad de los artículos del código penal que criminalizan el aborto por decisión. Vamos para una década esperando que saquen el recurso de la gaveta. El Código Penal venezolano, promulgado en 1915, incluye los art. del 432 al 435 donde se penaliza el aborto por decisión, reconociendo solo de forma parcial la causal salud. Sí, parcial, porque el art 435 establece que no habrá pena si lo practica un médico “…como medio indispensable para salvar la vida de la parturienta”. Resaltamos dos cosas la primera la decisión es toda del personal médico y segundo las palabras “indispensable y parturienta”, es decir, no es en cualquier momento… Este artículo no reconoce la salud mental como una causal, ni enfermedades crónicas, ni siquiera la necesidad de tratamientos para el cáncer.
Recordamos que en Venezuela el Estado y las iglesias son asunto separado y exigimos que siga así. Venezuela es un país con una larga tradición laica, es un poco imperfecta por las presiones económicas de la Iglesia católica, a la que mantenemos con nuestros recursos. Ahora tenemos que sumar que las otras iglesias cristianas quieren su tajada. Para nosotras, militantes feministas que practicamos o no expresiones religiosas, los asuntos de fe son privados y no deberían ser tomado como argumentos para el diseño de leyes y políticas públicas. Imagínense, hoy quiere imponer su punto de vista sobre el aborto y mañana en cómo nos vestimos y ya saben como termina eso… con burkas. Aclaremos, despenalizar el aborto no obliga a nadie a traicionar sus mandatos religiosos, solo garantiza que quienes tengan otras creencias y quieran abortar lo hagan en condiciones que garanticen su salud y vida.
Además, de las actividades de calle en la esquina caliente, hubo foros “Hablemos de maternidades decididas”, en Valencia; “Hablemos de aborto”, en Caracas; y otras concentraciones como la convocada por el Movimiento Mujeres por la Vida en Barquisimeto y el debate transmitido el 28S y que pueden ver todavía en https://www.youtube.com/watch?v=E8_kFDRCvuI.
El debate puso, cara a cara, a defensoras de la vida y derechos de las mujeres con mujeres antiderechos y propenalización. La realidad es que los abortos ocurren en Venezuela y la discusión, aunque las antiderechos la eludan, es si queremos seguir cobrándoles la decisión a las mujeres con su vida y salud o les garantizamos un Estado que realmente vele por sus vidas y salud. El debate es aborto legal o no.
Alejandra Laprea