Crónicas y delirios | Candidatos para cándidos                       

 Cada uno desempolvó su currículum contra el taburete

En nuestro país ha empezado una competencia de autoelogios entre los vivianes de las fuerzas vivas de la oposición para lanzarse como candidatos a la Presidencia de la República. Cada uno desempolvó, del polvorín de los últimos tiempos, su currículum contra el taburete, sus frases hechas (en casa) y su ideología foreign made, con el objeto de aparecer entre los postulantes.

Aunque restan dos años para la lid electoral, más de cincuenta prohombres y mujeres que se estiman la última “reinapepeada” del desierto han manifestado sus aspiraciones contantes y sonantes a la alta magistratura de la nación. Y no sería extraño que si prosigue ese ritmo, en el 2024 haya más candidatos que electores.

Por delirio de cronista, salimos en avanzada reporteril para entrevistar a algunos de los aspirantes. Un ratico a pie y otro echándole pierna, llegamos a la sede de Fedecámaras, y allí el portero nos informó: “¡Negativo, pana! Ahorita no hay nadie laborando, todos tienen puesta su fe (de cámaras) en ser candidatos a la presidencia. ¡Vuelve después para que los entrevistes y les entresaques algo!”.

En mototaixi, fuimos hasta el partido (por la mitad) Acción Democrática. Del lado 1, salió Ramos Alud junto con su plancha (no comicial sino dentaria) para aclarar mediante chillidos: “¡Aquí todos somos candidateables, señor fablistán!, pero si me escogen a mí, con el favor de Dios y la rabia de Diosdado, impondré desde el gobierno el cuánto hay pa’ eso obligatorio, ¿entendiste?”. Del lado 2 adeco, emergió luego la geriátrica estampa de Bernabé, el que le pegó a Muchilanga, según la canción de Celia Cruz, para ratificarnos con lágrimas en las cataratas que sería el próximo abanderado de su (des)organización.   

Tomamos el autobusete y arribamos al Centro Empresarial Los Cortijos. “Quisiera formularle algunas preguntas al tercio Polar, perdone, al señor Lorenzo Mendoza, sobre su candidatura”, le dijimos a la recepcionista-cajera, y ella de inmediato nos entregó la respuesta multigrafiada: “Amigo(a), las venideras elecciones estarán muy polarizadas, lo que no es ninguna mantequilla (Mavesa); pero si me lanzo, estoy seguro de obtener gaveras de votos, adhesiones como arroz (Primor)  y, aunque me saquen  la chicha (Quaker), haré Toddy lo posible para que se restablezca Cadivi y su Rikesa, pero eso es harina (P.A.N.) de otro costal. Mr. Ranch, el Choco Man de USA, está enterado de todo esto, thanks you”.

Como Manuel Rosales, el filósofo gobernador del Zulia, es otro de los ungidos desde el Norte para ser presidente de Venezuela, lo llamamos por WhatsApp a los fines y confines de que opinara al respecto. Y él, con innata capacidad reflexiva, contestó: “El pez muere por la boca en la fecha de su deceso, como asentaban Aristóteles (Onassis) y Homero (Simpson), por ello es preciso nunca jugar adelantado. ¡Hay que darle tiempo al temporal y callarnos en silencio para no decantarnos con un canto de premura veloz!, he susodicho”.

Apelando a una colita solidaria, proseguimos la ronda. En el domicilio de Eduardo Fernández, nos participaron que El Tigre estaba durmiendo la siesta sobre sus laureles de la Cuarta República, y que no podía declarar hasta tanto las masas lo escogieran por consenso y sin censo del CNE.

Delsa Solórzano, lideresa remodelada de Desencuentro Ciudadano, tampoco pudo recibirnos porque se hallaba ocupadísima contando unos barriles de petróleo y de bótox.

En un paréntesis, telefoneamos a Antonio Ledezma, quien con vox española nos dijo desde su exilio (a)dorado que le echaría tierra al destierro si lo elegimos como próximo mandatario.

De seguida tocamos el timbre de Vente Venezuela, y un mayordomo-secretario abrió la puerta para informar: “Doña María Corina Machado Zuloaga Parisca Pérez en estos momentos está almorzando su plato favorito de chicharrón con pelos, regado por champán Brut Imperial, o sea, que no lo puede atender”.

En el grupo prismacolor Alianza del Lápiz, su candidato Antonio Ecarri tampoco nos recibió, porque estaba haciendo borrón y cuenta nueva en el cuaderno del partido por enésima tercera vez.

A Juan Guaidó lo quitamos de la lista por ser un Juanito Alimaña que solo tiene audiencia en su apartamento y en el Departamento de Estado.

Y, por último, hicimos un rodeo para ver si ya estaba ahí, como es tradición (o extradición), el solicitado Rafael Ramírez, pero alguien dijo que aún se escondía tras sus docenas de inmuebles en el Principado de Mónaco.

¡Seguiremos informando, no se aparten de nuestra sintonía y pónganse las pilas, pues a cada hora sube el número de interesados en agarrar el coroto gubernamental!

 

Igor Delgado Senior

 

 


Noticias Relacionadas