Hablemos de eso | Continuidad de la doctrina Monroe

08/10/2023.- En diciembre de 2023, se cumplen doscientos años del discurso del presidente estadounidense James Monroe, en el que estableció las bases de la que después sería denominada doctrina Monroe. Para entonces, no faltaron latinoamericanos que vieran con buenos ojos la voluntad proclamada de considerar toda nueva colonización europea en el continente americano como atentatoria contra los intereses de Estados Unidos.

Los añorantes de la dominación vieron en el discurso un mensaje de protección de Nuestra América, bien al contrario de Bolívar, quien entendió siempre que esas ofertas de amistad no se compaginaban con la indiferencia que mostraron siempre los gobernantes de Estados Unidos para auxiliar o ayudar de cualquier forma a la lucha por la independencia de nuestros países. Por el contrario, su supuesta neutralidad siempre había sido más favorable hacia los españoles. Y la soberbia con la que el vecino del norte nos trataba casi no se podía disimular.

Se muestran aquí dos momentos de la relación entre Estados Unidos y Nuestra América que dan testimonio de la continuidad de la doctrina Monroe.

 

La doctrina Monroe y el "panamericanismo"

Ya para la época de la proclamación de James Monroe hubo un esfuerzo propagandístico por hacerla ver como una acción generosa de los Estados Unidos. Esa acción de propaganda se prolongó en el tiempo, con amplia colaboración de las élites instaladas en América Latina con ínfulas de colonialismo interno.

En noviembre de 1898, se celebraba en Washington el Congreso Panamericano. Congreso Internacional de Washington se le llamó. José Martí vivía entonces en Estados Unidos y dejó una amplia reseña de aquel Congreso, en que los Estados Unidos convocaban a América Latina "para unirse".

Escribió Martí:

Jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso que el convite que los Estados Unidos potentes, repletos de productos invendibles, y determinados a extender sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder

Se buscaba enfrentarlas con Europa para establecer su propio dominio. No hay que olvidar que, para entonces, Gran Bretaña era el imperio dominante, extendido por todo el mundo; que Francia y Alemania eran potencias coloniales con las que a Estados Unidos les era difícil competir. El llamado "panamericanismo" sería la búsqueda de afianzar el dominio imperialista de Estados Unidos sobre Nuestra América. Y todavía en algunas escuelas se enseña el Himno Panamericano en actos cívicos.

Martí describe la política de Estados Unidos hacia América del Centro y del Sur como

... la política secular y confesa de predominio de un vecino pujante y ambicioso, que no les ha querido fomentar jamás, ni se ha dirigido a ellos sino para impedir su extensión, como en Panamá, o apoderarse de su territorio, como en México, Nicaragua, Santo Domingo, Haití y Cuba, o para cortar por la intimidación sus tratos con el resto del universo, como en Colombia, o para obligarlos, como ahora, a comprar lo que no pueden vender, y confederarse bajo su dominio.

Una política que no ha dejado de contar "con la complicidad posible de las repúblicas venales o débiles".

Recordaba entonces, en una mención tácita a la doctrina Monroe, que los Estados Unidos nunca "tendieron sus brazos" para auxiliar la independencia y solo nos reconocieron cuando ya todo estaba decidido:

... cuando el sur, libre por sí, lo convidó a la mesa de la unidad, no se le puso los reparos que le hubiera podido poner, sino que con los labios que acababan de proclamar que en América no debía tener siervos ningún monarca de Europa (he aquí la referencia al discurso de James Monroe), exigió que los ejércitos del sur abandonasen su proyecto de ir a redimir las islas americanas del golfo.

Porque, en efecto, los Estados Unidos interfirieron con los recursos de los que disponía el proyecto bolivariano de ir a liberar Cuba y Puerto Rico, aún bajo el poder español.

Poco después, en 1898, los Estados Unidos harían la guerra a España para tomar dominio sobre Cuba, Puerto Rico, Filipinas y otras colonias españolas en el Pacífico. Se cumplía así la llamada doctrina de "la fruta madura", por la cual se consideraba conveniente que los pueblos bajo dominio español se mantuvieran como colonias hasta que Estados Unidos estuviera en condiciones de tomarlos para sí.

 

La doctrina Monroe en el siglo XXI

Por supuesto que las élites "venales y débiles" de América Latina permanecieron en una interpretación según la cual, aunque se sabían bajo el dominio estadounidense, preferían considerarse "socias" de los amigos del norte. Según ellas y la propaganda del gobierno estadounidense, no habría nada de malo y sí mucho de bueno en eso de proclamar "América para los americanos". El propósito imperialista de la doctrina sería un invento o una exageración de las izquierdas bajo el influjo de la "guerra fría". Pero el mismo gobierno norteamericano se encargó en el siglo XXI de desmentirlos.

En su discurso ante la OEA, en noviembre de 2013, el secretario de Estado de Obama, John Kerry, admite la conducta imperialista resumida en la doctrina Monroe y muestra sus propósitos de enmienda. En palabras de la nota oficial de la OEA:

... el secretario de Estado rechazó expresamente las políticas seguidas por su país en el pasado hacia Latinoamérica y el Caribe a través de la doctrina Monroe, y abrió la puerta a una relación de igual a igual entre Washington y el resto de países del hemisferio.

Más claro reconocimiento, por parte de un vocero autorizado, en un discurso oficial, ante un organismo internacional, es imposible. Veamos sus propias palabras:

La era de la doctrina Monroe se terminó. La relación que buscamos y que hemos trabajado duro para instaurar no consiste en una declaración de Estados Unidos diciendo cómo y cuándo intervendrá en los asuntos de otros países de las Américas. Se trata de que nuestros países se vean los unos a los otros como iguales, compartiendo responsabilidades, cooperando en asuntos de seguridad y adhiriéndose no a una doctrina, sino a las decisiones que tomemos como socios para defender los valores e intereses que compartimos.

Ojalá así fuera. Este pareciera un discurso más acorde con la que sería una relación sana entre pueblos que compartimos esta casa común que es nuestro planeta. Sin embargo, ese "trabajo duro" no parece haber dado resultados ni en su propio gobierno. Pues, si tuviera algo de sinceridad, ese discurso estaba de espaldas a la historia. Otra vez, como escribió Bolívar en 1820, pretendían "lisonjearnos" con ofertas falsas para "engañarnos y someternos a sus miras egoístas y realmente tortuosas". El gobierno de Obama estaba ya en guerra en Siria y Libia. El 9 de marzo 2015 declaraba a Venezuela como "una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos".

 

Humberto González Silva

 

Referencias:

Martí, J. (2005). Nuestra América. Tercera edición. Caracas: Biblioteca Ayacucho.

Bolívar. S. (1820, 25 de mayo). Carta a José Rafael Revenga, ministro de Relaciones Exteriores, fechada el 25 de mayo de 1820 en San Cristóbal, sobre la política internacional y en especial las relaciones con los Estados Unidos. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/doctrina-del-libertador--0/html/ff6f5f94-82b1-11df-acc7-002185ce6064_30.html

Comunicado de Prensa. (2013, 18 de noviembre). Secretario de Estado de EE. UU. llama en la OEA a fortalecer las democracias, invertir en educación y combatir el cambio climático. Organización de los Estados Americanos (OEA). https://www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-441/13


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