Mundo alerta | Assange: suicidio o cadena perpetua

22/10/2023.- En junio de 2021, el exeditor de WikiLeaks, Julian Assange, vio una pequeña luz al final del túnel: ya no moriría en una prisión norteamericana. La cárcel de Belmarsh en Londres, donde está recluido, es llamada con razón la "Guantánamo británica", la prisión más severa del Reino Unido, según la abogada Stella Moris, esposa de Assange, pero es mil veces preferible a la norteamericana de Guantánamo, donde le espera una probable sentencia de hasta 175 años, suficientes para morir de viejo sin cumplir la pena.

Además, una jueza providencial, Vanessa Baraitser, declaró sin lugar su deportación a Estados Unidos, atendiendo a su fragilidad física y emocional después de doce años de feroz persecución internacional desatada por la CIA. En su decisión, Baraitser alegó el peligro de que Assange se suicidara por no poder resistir el sistema carcelario norteamericano. Fueron puntos a favor, pero en junio de 2022 la luz desapareció como una luciérnaga al final del túnel: la ministra del Interior, Priti Patel, aprobó la deportación. Lejos, muy lejos, quedó la esperanza de que el Reino Unido siguiera el ejemplo del presidente Barack Obama en 2017, cuando se negó a deportar al fundador de WikiLeaks, tomando en cuenta que la decisión sentaría un precedente mundial muy peligroso para la libertad de expresión. Frente a ese hecho, el Reino permaneció implacable, inconmovible.

 

Morir luchando

Tras aprobarse la deportación, una desconsolada Stella Moris concluyó que "este caso tiene severas implicaciones para la prensa en todo el mundo". Condenar al fundador de la plataforma WikiLeaks "crea un nuevo estándar para que los gobiernos puedan perseguir a periodistas o disidentes". Ese día, Stella confesó a la agencia EFE los detalles de su última conversación con Assange. "¿Qué haces?", le preguntó. "Seguir luchando hasta ganar", le respondió.

 

El silencio de Australia

Julian Assange es australiano y su familia lo sabe. Por eso le hizo un llamamiento al primer ministro de ese país, Anthony Albanese, para que ayudara a salvar a Assange. Durante la campaña electoral, Albanese dijo: "Ya basta", dejando claro que pondría fin a la persecución del fundador de WikiLeaks. Sin embargo, luego de asumir el cargo, no se ha producido ningún avance, según denuncian ahora su padre y su hermano. Hasta ahora, no han conseguido una cita con el primer ministro para esta causa.

En una declaración pública, Albanese señaló que estas negociaciones deben llevarse a cabo de forma diplomática, en silencio, entre bastidores. Hay silencios que gritan.

 

Entre amigos lejanos

A Julian Assange le faltan compatriotas, pero le sobran amigos. Hace apenas dos días, fue designado por unanimidad "Ciudadano de Roma". El anuncio lo hizo Virginia Raggi, exalcaldesa de la Ciudad Eterna. "Assange es un símbolo de la libertad de expresión, esencial para cualquier democracia genuina", expuso a Reuters Raggi, quien dirigió el Ayuntamiento de Roma entre 2016 y 2021.

"Ha estado privado de su libertad durante años, en condiciones horribles, por hacer su trabajo como periodista", enfatizó.

La moción fue presentada por el izquierdista Movimiento Cinco Estrellas, pero obtuvo el apoyo de todos los partidos representados en el ente.

"Assange es un símbolo de la libertad de expresión, que es esencial para cualquier democracia genuina", dijo.

 

Los oídos sordos de Trump

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recordó que solicitó a Estados Unidos un trato "humanitario" para Assange y pidió al presidente estadounidense, Donald Trump, antes de concluir su mandato, que le otorgara el perdón, reiterando además su oferta de concederle asilo.

Assange está solo en su calabozo, pero rejas afuera lo acompaña el mundo.

 

Raúl Pineda


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