27/10/2023.- Desde que Wilfredo Machado ganó el concurso de cuentos del diario El Nacional con su texto Contracuerpo, su nombre se incorporó a la narrativa venezolana, revelando una maestría en el arte de contar. Justamente ese texto se publicó en Fundarte en 1988 junto a otros cuentos suyos que testimoniaron de sus buenas dotes para el relato a través de una clara voluntad narrativa de inmensas posibilidades líricas.

Su siguiente libro de cuentos ya continuaba una de sus principales obsesiones: los animales; cuestión que hizo explícita en su Libro de animales (Monte Ávila, 1994), con certeza una de las obras mayores de este escritor en cuanto a su personal manejo del citado tema. Recuerdo que nuestro gran narrador Oswaldo Trejo, cuando este libro apareció, me habló de él con gran admiración, lo cual no era poco tratándose de uno de nuestros narradores más exigentes. Es decir, que el fabulario animal de Wilfredo Machado ya se encontraba en un camino de búsqueda y permanente revelación.

Todos los libros de Wilfredo, de uno u otro modo, se refieren al hecho animal en mayor o menor medida. Toman como punto de partida los animales para sugerir una imagen o metáfora donde nos reconozcamos como animales, por la sencilla razón de que el ser humano es básicamente un animal dotado de memoria e inteligencia, pero que también puede llegar a ser uno de los bichos más deplorables cuando se toman en cuenta sus habilidades para el odio o la guerra masiva, o para poseer o manipular a sus semejantes.

En efecto, vale la pena llevar a cabo una pesquisa del ente animal en su obra, para plantear desde ahí todo tipo de metáforas. Tal es el caso de su libro Diario de la gente pájaro (2009) y recientemente la magnífica novela El pez de los sueños (2022). Tuve el privilegio de presentarla en la Feria del libro del pasado año y por muchos motivos puede ser considerada una obra maestra, siendo quizá el libro más ambicioso de nuestro escritor, señalándolo para recibir un importante galardón nacional. Se trata de una novela que puede ser tomada como punto de referencia para una nueva historia de la narrativa venezolana contemporánea.

Ahora nos sorprende con una galería de seres organizados bajo el título de Animalia y el subtítulo de Y otros seres monstruosos, lo cual es como si aludiéramos a una estética de lo feo o lo deforme: breves fábulas animales de todo el mundo hermosamente ilustradas, cuyos méritos de diseño en el libro editado por Fundarte en 2023 corresponden a Edgar Álvarez Estrada, Héctor González y David Arneaud.

A continuación, una de las fábulas elegidas por Wilfredo en su libro, entresacada de una gran novela:

Y también en mí se alza la ola. Se hincha, arquea el lomo. Una vez más tengo conciencia de un nuevo deseo, de algo que surge en el fondo de mí, como el altivo caballo cuando el jinete pica espuelas y después lo refrena con la brida. ¿Qué enemigo percibimos ahora avanzando sobre nosotros, tú, sobre quien ahora cabalgo, mientras piafamos en este pavimento? Es la muerte. La muerte es el enemigo. Es la muerte contra la que cabalgo, lanza al ristre y melena al viento, como un hombre joven, como Percival cuando galopaba en la India. Pico espuelas. Contra ti me lanzaré, sincero e invicto, oh, muerte. (Virginia Woolf, Las olas).

Gabriel Jiménez Emán