27/10/2023.- La nueva y muy larga película de Martin Scorsese ofrece lugares comunes desde un enfoque poco convencional. Los asesinos de la luna cuenta una parcela de la historia de los Estados Unidos sin romantizarla ni hacer disertaciones morales, y precisamente por esto impacta, pero no conmueve.

Aunque el largometraje protagonizado por los actores veteranos Leonardo DiCaprio y Robert De Niro es, en términos estéticos, técnicos y actorales perfecto, es frío, no te involucra en la historia.

A ratos se hace tedioso y no por su extensión. Danza con lobos, otra película histórica estrenada en 1990, dirigida por Kevin Costner, es tal vez mucho más larga, y jamás aburre.

Si Martin Scorsese compitiera consigo mismo en cualquier premiación con esta película, perdería. Cualquiera de sus cintas anteriores supera con ventaja esta. Scorsese sabe filmar y eso ya fue probado hace más de treinta años; eso no está en discusión. Sin embargo, el cine no es solo tecnicismo y buenas actuaciones. No solo es una fotografía perfecta o imágenes que comunican un mensaje.

Una buena película necesita involucrar al público, emocionar, tal y como él lo logra en otras cintas como Taxi Driver (1976), New York, New York (1977), Toro salvaje (1980), El color del dinero (1986), Goodfellas (1990) o, más recientemente, El lobo de Wall Street (2013), El aviador (2004) o The departed (2006).

A Los asesinos de la luna le sobran recursos estéticos, pero le falta lo más importante: alma, intimidad, personajes que generen empatía, rencor o cualquier otra emoción.

El relato histórico, sobre todo aquel que está relacionado con uno o varios hechos violentos, generalmente conmueve. La maldad humana siempre causa un sinfín de emociones; sin embargo, aquí no genera nada. La película es fría, pone entre el espectador, los personajes y la historia una pared que impide que nos podamos vincular con el dolor, la rabia, la impotencia, el cinismo o la desesperación que se nos presenta.

Los personajes crueles o malvados no impresionan y sus víctimas se muestran tan ausentes que no puedes ponerte en su lugar. Particularmente, esperé hasta el final de la película por la emoción, por la tristeza, la rabia, el dolor o la ira de los protagonistas, y solo descubrí una bruma que ocultaba nada.

Grandilocuente, pero aburrida, artística, pero lenta y sin alma: así es Los asesinos de la luna. Seguramente los críticos sesudos dirán que es una obra de arte innovadora, elogiarán su fotografía y su producción. Les concedo la razón en esos ámbitos, pero no por eso deja de ser la última película de Scorsese que recomendaría.

No me gusta el cine hecho para cineastas ni para ganar premios. El arte no está reñido con la emoción. Me gustan las películas con alma que entran a tu vida y no se van jamás. Esta película no es un ejemplo de ello.

Luisa Ugueto Liendo

@cluisaugueto