Vitrina de nimiedades | Buscando oficio (II): Ser optimista

28/10/2023.- Si un ser humano está buscando un nuevo oficio después de prolongados intentos, es probable que lleve sobre sus hombros un saco de escepticismo. Ya sabe que el exceso de buena fe en el futuro puede ser perjudicial, porque hace pasar con tonterías asuntos serios. Pero, paradójicamente, tampoco está interesado en vivir en estado general de pesimismo. Frente a quienes se mueven entre estas dos aguas se ha erigido una legión dedicada a elevar la moral colectiva. Nuestras dudas existenciales son la materia prima de su trabajo. Nosotros somos su principal ocupación.

Podría ser muy sencillo pensar que ese grupo está integrado por psicólogos y afines, que han tomado el mundo de las redes sociales para dar orientaciones frente a los problemas emocionales más frecuentes, entre ellos las crisis vocacionales, derivadas en muchos casos de problemas económicos. Pero el universo de los promotores del optimismo es mucho más amplio: va desde expertos hasta quienes ofrecen su testimonio como un piso para poder ayudar a otros. A todos los une el propósito de sacarnos de nuestro estado de duda y contrariedad frente al mundo.

Así, es posible conseguir distintas fuentes para salir de la incertidumbre e inspirarse en el diseño de un proyecto laboral. Testimonios, consejos, videos motivacionales, espacios en vivo y hasta bailes se convierten en las herramientas para decirnos que sí es posible dejar de dudar, lanzarnos por el camino de algún trabajo por cuenta propia y lograr la libertad laboral tan soñada (repetimos: es soñada). Es como una segunda adolescencia, en la que deseamos independizarnos dentro de un modelo que, sin embargo, no es capaz de garantizarnos esa autonomía.

En la legión de los optimistas están aquellos que quieren compartir su conocimiento. Desde hablar un idioma hasta cocinar: todo eso puede aprenderse con estas voces de la experiencia, que comparten sus aciertos y también sus fracasos. Convierten su saber en un área específica como un motor para ayudar a otros y, por supuesto, ganar dinero. Cursos, canales en streaming y plataformas de contenido brindan testimonios de estos casos. Si se quiere abono para el optimismo, este ejemplo es bastante bueno. Nos dice a quienes nos gana la duda que es posible hacer aquellos que vemos bastante lejano. ¿Lo mejor? También lo puedes emular.

Además de quienes predican con el ejemplo, están aquellos que quieren convertirnos en optimistas irremediables mostrándonos cómo cambiaron su pensamiento. Ellos, sin duda, están tomando el camino más difícil. Esa ruta se complica más cuando no nos hablan desde la experiencia profesional o los resultados tangibles. No es tan claro como se hace. No hay tutorial que pueda derribar una estructura de pensamiento.

No importa qué camino se elija. El llamado es simple: seamos optimistas a toda prueba. El detalle, como todo, es que muchos seguimos sin tener claro cómo hacerlo. Al parecer, el pesimismo militante es nuestro camino, uno que no da plata, por cierto. Seguimos en la búsqueda.

Rosa E. Pellegrino 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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