Estoy almado | "Déjame vivir de mi ilusión"

28/10/2023.- La falsa candidatura de Machado, barnizada con unas primarias plagadas de inconsistencias e incongruencias, pareciera ser la pieza de un rompecabezas aún no revelado. Y, la verdad, eso es lo que causa suspicacia, sobre todo porque ella ha mantenido una postura "no electoral, no dialogante", como ella misma se encargó de repetir hasta la saciedad a lo largo de los años. Se sabe que es partidaria del "uso de la fuerza" para llegar al poder. Y lo ha demostrado con creces, mediante su participación y promoción de guarimbas y las "salidas" (I y II), además de su solicitud exaltada de que invadieran militarmente el país, al convocar al TIAR. De hecho, aún mantiene en su discurso una carga de violencia con el mantra de llegar "hasta el final".

Cualquiera que lo piense en frío le parecerá extraño: una persona que está inhabilitada sabe para sus adentros que no podrá inscribirse de manera formal en las presidenciales, ni en ningún cargo de elección popular. Cuando llegue el momento, simplemente no podrá participar. Entonces, ¿para qué hacerlo? Sería una lucha en vano perder tiempo y esfuerzo en algo que, de antemano, sabes que no se concretará. Si eso es así, ¿qué espera Machado que pase? ¿Para qué participar si sabe que su candidatura no tendrá validez al momento de inscribirse? Sin duda, algo falta, y por su perfil de ultraderecha contumaz, esto no puede parar bien.

Por lo demás, su ilusoria candidatura, evidentemente, es un nuevo engaño para buena parte del electorado opositor, que ya venía frustrado porque fue estafado por un falso presidente, autoproclamado en una plaza, con la venia de EE. UU.

El oposicionismo habla de que era necesaria una primaria para "recuperar" su electorado. Lo cierto es que nunca lo han perdido, más bien lo han enfermado inoculándole odios, mentiras y falsas esperanzas. Un antichavista en la red X publicó que cuando se acerquen las presidenciales, la mentira de la candidatura de Machado se caerá por sí sola. Resignado, otro opositor le contestó en las respuestas: "Déjame vivir mi ilusión, no me importa lo que pase". Ese pareciera ser el sentimiento de algunos: querer vivir un espejismo, aunque sepan que la realidad, fuera de las redes y medios electrónicos, será diametralmente opuesta a lo que les vendieron.

De momento, a Machado no le importa que la burbuja de su candidatura explote en octubre del año entrante. No tuvo escrúpulos cuando convenció en las guarimbas a jóvenes para que se inmolaran como los nuevos "libertadores". Ahora mucho menos tendrá reparos para capitalizar unas primarias, aunque sepa que se pagó y se dio el vuelto con su propio CNE paralelo (Súmate).

Además, logró lo que siempre quiso: tener la vocería opositora con EE. UU. que por años detentaron los partidos AD, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, partidos que la excluyeron con alevosía y premeditación. Dentro del espectro opositor, ahora será la "líder" de Ramos Allup, Manuel Rosales, Leopoldo y Capriles. Serán doce divertidos meses, si es que su falsa candidatura no se desinfla antes de tiempo.

Hay que mencionar que la ficticia candidatura de Machado en términos mercantilistas no será "un mal negocio". Tras el robo de los activos estatales en el extranjero y saqueo de las finanzas públicas por parte de Guaidó, ahora le toca su turno de recibir los churupos milmillonarios que envían oenegés y gobiernos para usufructuar lo que ha sido el negocio más rentable de la oposición: "Luchar por la libertad de Venezuela".

Aunque, en su descargo, tal vez no necesite el dinero para sus arcas, pues ella proviene de una familia que se enriqueció en el siglo pasado a costa del Estado puntofijista. Pero, al igual que Guaidó, será una rentable fuente de ingresos para los partidos antichavistas.

Por otro lado, lo más seguro es que su candidatura de mentirita sea usada como vehículo de choque contra las instituciones del Estado. Por la forma irregular como fue realizada las primarias, pareciera que este plan del antichavismo no es competir de modo formal en el terreno de los votos. Ojalá no busque (no sería extraño) crear condiciones a largo plazo para, nuevamente, convocar al caos y a la desestabilización, cuando, ¡oh, sorpresa!, Machado no pueda inscribirse en las elecciones porque está inhabilitada.

Es previsible que la candidatura de Machado no es un movimiento independiente de la oposición venezolana. Más bien luce como una piecita que EE. UU. mueve a su antojo en el tablero de negociación, en procura de lograr, a mediano plazo, un control político real que le permita hacerse de las reservas de petróleo, gas y oro que abundan en Venezuela.

Estos dos últimos meses del año serán cruciales: noviembre es la fecha límite que imponen desde el norte para mantener pausadas algunas sanciones, y en diciembre será el turno del chavismo para calentar el músculo electoral mediante el referendo del 3 de diciembre sobre el territorio en disputa con Guyana. Falta mucho por ocurrir y esto apenas empieza. Veremos.

 

Manuel Palma


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