04/11/2023.- Las autoridades del Estado sionista de Israel tienen licencia para matar. El cometer miles de crímenes de guerra y de lesa humanidad contra la población palestina se ha vuelto un procedimiento político regular de exterminio de vidas civiles inocentes desde hace más de 75 años. Los árabes palestinos han resistido tanta discriminación en todas las esferas de la vida social en Gaza y Cisjordania, cuyas poblaciones sobrepasan la cifra de dos millones y medio de habitantes, para los cuales no hay protección de los organismos internacionales ni derecho internacional que valga y se aplique con la igualdad lícita que se requiere para dotarse de libre determinación, con privilegios que corresponden a Palestina como Estado (observador) miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El Estado de Israel, en alto grado de contubernio con Estados Unidos (EE. UU.), convino en ser el baluarte de la influencia estadounidense en el Cercano Oriente. El ultraderechista Estado israelí actúa siempre explotando el mito de pueblo judío universal, mesiánico y único, con el que sostiene una constante injusticia flagrante contra el pueblo palestino.

Cuando los sionistas proclamaron unilateralmente el Estado de Israel en 1948, en territorio perteneciente a Palestina, allí se encontraban más de 650 mil habitantes de esa población árabe que ya había sufrido la primera operación terrorista israelí que originó la matanza de Deir Yassin en 1947, la cual fue dirigida por los futuros primeros ministros de Israel Menájem Beguín e Isaac Shamir. Debido a ese acto criminal, los palestinos empezaron a huir de las tierras de sus antepasados, amenazados además por las operaciones militares de la primera guerra árabe-israelí, que cesó con la firma de un armisticio cuando ya quedaban 150 mil árabes palestinos en el territorio donde se instaló el Estado de Israel.

La autoridad del Estado de Israel está convicta y confesa por cuatro delitos principales: genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y actos de agresión. Ya van más de 9 mil palestinos asesinados en un mes —73% de ellos niñas, niños y mujeres— y más de 24 mil heridos. Las infracciones del Convenio de Ginebra —de fecha 12 de agosto de 1949— están tipificadas como crímenes de guerra en el artículo 8 del Estatuto de la Corte Penal Internacional. Los crímenes de guerra cometidos por Israel son: muerte intencional; torturas; destrucción de bienes a gran escala y de forma ilícita, por no tratarse de objetivos militares; deportaciones (traslados y confinamientos ilegales); ataques contra la población civil inocente; ataques contra objetos no militares; ataques a pueblos desarmados; ataques a edificaciones y destrucción de edificios residenciales, hospitales, iglesias, escuelas, santuarios, entre otros; declarar que no se dará cuartel; ultrajes a la dignidad de las personas; empleo de misiles con fósforo blanco; bombas de racimos, etc.

Cabe preguntar a las autoridades de la ONU (la Asamblea General y el Consejo de Seguridad): ¿por qué tanta inacción cuando se trata de maniatar a los criminales del Estado de Israel? No basta tanta impunidad, cinismo, muerte y destrucción. ¿Será que no es factible precaver un alto el fuego y garantizar una paz duradera en Palestina e Israel? ¿Entonces para qué sirven los propósitos y principios de la ONU?

J. J. Álvarez