Lanzando letras | Guyana adentro

10/11/2023.- La clase política de Guyana se ha lucrado con el discurso agresivo y guerrerista.

Pretenden hacerse víctimas cuando en realidad son culpables de una agresión continuada contra Venezuela.

Tal como lo expuso el presidente Nicolás Maduro, en su excelente presentación al país, la clase política de Guyana ha agredido a Venezuela de manera permanente a lo largo de la historia. En cinco momentos, descritos por el presidente Maduro, se evidencia de manera clara la verdad histórica y jurídica de esa agresión continuada, que ha servido para intentar concretar el robo de nuestro territorio y nuestras riquezas.

Ese robo continuado de tierra y riquezas a Venezuela no ha servido en modo alguno para ayudar al desarrollo económico y social de la Guyana Esequiba. Por el contrario, puertas adentro tienen a un pueblo sumido en miserias y penurias, independientemente de los ingresos que manejan, provenientes de los pagos de la ExxonMobil.

A pesar del dinero que ingresa al gobierno guyanés, este país está en el puesto número 169 en el índice de desarrollo humano y el 36% de su población vive en pobreza extrema, con menos de un dólar al día. El 46,6% vive con menos de cinco dólares, es decir, en el umbral de la pobreza, según el Banco Mundial.

La población infantil, en particular la amerindia, se encuentra excluida y marginada, al vivir en zonas extremas, apartadas, sometidas a carencias en educación y salud, pero, además, coaccionadas por leyes donde los menores de diecisiete años son juzgados como personas adultas y aún hoy, en el siglo XXI, los someten a castigos físicos de látigo y garrote.

Esta situación hace que no muy adentro de su territorio, sino en la propia Georgetown, se viva una situación delictiva agobiante, que llevó a la propia embajada de los EE. UU. a recomendar a sus coterráneos no viajar a ese país.

Según el Monitor Seguridad y Riesgos de Guyana, la inseguridad general en ese país es de 68,8%, la preocupación de sufrir un atraco o robo es del 79%, pero la preocupación de ser objeto de un delito relacionado con algún hecho de extorsión o corrupción es del 88%.

Es decir, se vive Guyana adentro una sensación de inseguridad extrema, mientras sus gobernantes títeres, pagados por la ExxonMobil, usan el discurso guerrerista y de país víctima para distraer la atención de problemas sustantivos de la población, mientras ellos continúan su buena vida pagada con los dividendos del robo de tierras y riquezas a Venezuela.

 

Luis Lira Ochoa


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