Libros libres | Juan Sánchez Peláez, la poesía revelada

10/11/2023.- Muy lejos estoy de establecer para las obras literarias de mi país cánones o rangos de calidad que pudieran parecer parcializados. Sin embargo, según mis particulares gustos, sobre poesía venezolana del siglo XX tengo mis figuras tutelares (la lista es aleatoria, no rigurosa) como José Antonio Ramos Sucre, Elías David Curiel, León Bienvenido Weffer, Salustio González Rincones y Enriqueta Arvelo Larriva; más adelante a poetas como Vicente Gerbasi, María Calcaño, Andrés Eloy Blanco, Luis Fernando Álvarez, José Ramón Heredia, Elisio Jiménez Sierra, Ana Enriqueta Terán e Ida Gramcko, siguiendo en el tiempo a figuras como Juan Sánchez Peláez, Ramón Palomares, Arnaldo Acosta Bello, Teófilo Tortolero, Víctor Valera Mora, Gustavo Pereira, Eugenio Montejo y Ludovico Silva; poco después a Rafael José Álvarez, Lydda Franco Farías, Reynaldo Pérez Só, Celsa Acosta y William Osuna, casi todos amigos míos. Hoy deseo rememorar –teniendo en mis manos uno de sus libros– a Juan Sánchez Peláez: Obra poética (Lumen, España, 2004), el cual registra íntegramente los libros del poeta nacido en Altagracia de Orituco, que vivió casi toda su vida en Caracas y luego viajó por Francia y Chile, donde recogió el legado de los principales poetas surrealistas y vanguardistas de estos países para acrisolarlos en su voz. A mí particularmente me influyó de manera determinante, aparte del trato extraordinario que recibí de él y de su esposa Malena, cuando lo visitábamos en su casa de Altamira en Caracas, donde solíamos reunirnos para la buena conversa.

Un día me decidí y escribí un ensayo de acercamiento sobre su obra (“Juan Sánchez Peláez, el lugar de la revelación”) que fue editado en España y Venezuela, y así pude mostrar en parte cuánto lo admiraba y quería. También influyó en muchos poetas de mi generación debido a la expresión lírica donde se aquilata lo mejor de la vanguardia. El libro editado por Lumen recoge todos sus libros, a saber: Elena y los elementos (1951), Animal de costumbre (1959), Filiación oscura (1966), Lo huidizo y permanente (1969), Rasgos comunes (Premio Nacional de Literatura, 1975), Por cual causa o nostalgia (1989), Aire sobre el aire (1989) y Poemas inéditos (2004). Juan Sánchez Peláez nació en Altagracia de Orituco, estado Guárico (donde por cierto nació otro de nuestros grandes poetas, Juan Calzadilla), en 1922 y murió el 20 de noviembre de 2003 en Caracas. Este año 2023 están por cumplirse, en el mes que corre, dos décadas de su fallecimiento, y el pasado año celebramos el centenario de su nacimiento.

Yo amo la perla mágica que se esconde en los ojos de los silenciosos, el puñal amargo de los taciturnos.

Mi corazón se hizo barca de la noche y custodia de los oprimidos.

Mi frente es la arcilla trágica, el cirio mortal de los caídos, la campana de las tardes de otoño, el velamen dirigido hacia el puerto menos venturoso o el más desposeído por las ráfagas de la tormenta.

Yo me veo cara al sol, frente a las bahías mediterráneas, voz que fluye de un césped de pájaros.

Mis cartas de amor no eran cartas de amor sino vísceras de soledad.

Mis cartas de amor fueron secuestradas por los halcones ultramarinos que atraviesan los espejos de la infancia.

Mis cartas de amor son ofrendas de un paraíso de cortesanas.

¿Qué pasará más tarde, por no decir mañana? murmura el viejo decrépito. Quizás la muerte silbe, ante sus ojos encantados, la más bella balada de amor.

"Profundidad del amor" (fragmento) del libro Elena y los elementos (1951).

 

Gabriel Jiménez Emán 

 

 


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