Psicosoma | Revolcar la vida

21/11/2023.- Así de simple: se vive o no se vive. Revolcá la vida, sea en soledad o en compañía, entre multitudes o en viajes estratosféricos. Duele menos con la "cara pintada de esperanza", sobre todo si hay que sobrevivir al suicidio, a las pérdidas que son previsibles o a las de difícil diagnóstico.

Sin darnos cuenta, nos estamos reconstruyendo en todas las etapas de la vida, a través de tormentas externas e internas, que algunos procesan, sienten y concientizan; frente a las que desarrollan conductas proactivas, empáticas y resilientes. Otras personas "despiertan" en la medianía de la vida —o estando cercanas a la jubilación—, o cuando les toca estar frente al "nido vacío".

Muchos hombres se aburren por no estar haciendo nada e imaginan que son una carga para su familia. Las mujeres sin estima, por su parte, permanecen en búsqueda de aprobación por miedo al rechazo. Los niños y adolescentes le temen al abandono.

El sistema capitalista, neoliberal y salvaje, nos condicionó a la instrumentalización productiva y la funcionalidad, con modelos de masculinidad hegemónica en los roles de proveedor, protector, controlador, productor y conquistador, en contraposición a una femineidad sumisa, débil y caprichosa.

En esa convivencia de socialización continua se hilan sutiles puntos de violencia de diversas formas. Desde la conformación de un hogar maltratado, donde el macho nunca muestra vulnerabilidad y la mujer es la "llorona" o la "cuaima" que siempre reclama. Incluso, en los casos donde ambos trabajan y tratan de cortar patrones patriarcales al cuidar ambos a la prole, él casi siempre conserva sus amistades de soltero, mientras ella venera el santuario de la cocina y le cuesta entender el intercambio de roles y la cooperación. La más común justificación es hablar del "reguero" que provocan los "ayudantes" y que, en realidad, le genera más trabajo. Estas conductas acomodaticias son normalizadas y afectan la dinámica familiar en ese "laboratorio" llamado "dulce hogar".

Estas reflexiones van sumando al cuadro de un potencial suicida. Son hombres y mujeres sin vínculos afectivos. Los hombres se aíslan más y prefieren su mundo varonil, en el que resuelven todo, aunque es paradójico que sienta no tener tiempo para sí mismo para su autocuidado. La esposa reclama y sueña con cambiarlo. No voy a preguntar la incógnita de Freud en torno a: ¿qué quiere la mujer? Prefiero replantearlo: ¿qué quiere el hombre?

Así se diluyen las "verdades" en la magistral conferencia del doctor en suicidología Dagoberto Solano: "¿Por qué los hombres somos como somos y cómo se relaciona ese paradigma de socialización antinómica de hombre y mujer con el riesgo suicida?".

A nivel global, tres mil personas se "eliminan" por día y es la segunda causa de muerte en Costa Rica. Los hombres, en 2022, aumentaron la cifra con 425 y 2.826 intentos suicidas de mujeres. A pesar del estigma y traumas dolorosos, se hace necesario conmemorar y ser parte, a nivel mundial, del Día de Sobrevivientes por Suicidio, cada tercer sábado de noviembre, para visibilizar el aumento de este fenómeno multicausal y llamar la atención con vocerías sensibles y formativas. La indiferencia ante esta nueva epidemia nos estalla en la cara. Existía desde antes del covid y por eso es vital abordar, desmitificar y no juzgar, porque "lo que no se menciona, no existe".

El desconocimiento casi siempre busca culpables y revictimiza al sobreviviente. La ignorancia evita confrontar y comprender, por miedo al tabú.

Los profesionales del área de salud mental abrazamos investigaciones y avances en suicidología. El pasado sábado 18 compartimos visiones en la conferencia del Colegio de Profesionales en Psicología, con un excelente equipo liderado por la doctora Jackie Secades, el doctor Mauricio Campos y Giselle Chanto, Dagoberto Solano, Karol Mora, María José Hernández, Jenifer Bacon, Sharon Brenes y Leany Villafuerte.

Es casi imposible conocer la causa o los detonantes específicos que determinan la conducta suicida, pero sí podemos mostrar algunos desencadenantes: situaciones estresantes, rupturas de relaciones afectivas, acoso o violencia escolar, vivencias de hechos traumáticos, víctima de violencia, abuso sexual, adicciones y alcoholismo, pérdida de empleo, dificultades económicas, enfermedad crónica y/o dolorosa, desarraigo, ausencia de sentido de pertenencia, carencia de vínculos espirituales, el sinsentido de la vida, catástrofes ambientales, desórdenes mentales y depresivos, entre otros.

 

Rosa Anca


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