Arte de leer | Entrevista a Ana Cristina Bracho

El feminismo es la fuerza revolucionaria más exitosa en las últimas décadas

21/11/2023.- El libro Mujer tenía que ser, publicado por Vadell, fue presentado por la autora en la Filven 2023.

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A propósito de la reciente Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2023), celebrada en los espacios del Círculo Militar de Caracas, específicamente en el parque "El Laguito", instalaciones abiertas al público en general y que albergaron una de las fiestas culturales más importantes del país, se convirtió nuevamente en un sitio de encuentro para la literatura necesaria.

Con un clima cálido y húmedo, bajo un radiante cielo soleado y una vista acogedora, este domingo 19 de noviembre, Vadell Hermanos, una editorial alternativa y combatiente, que llegó a su 50 aniversario, cerró las presentaciones de sus novedades editoriales con un libro escrito para la reivindicación de las mujeres.

El mundo literario y editorial sigue bajo el dominio masculino, según aprecian entendidos en la materia, y así lo han reconocido escritoras como Giordana García Sojo. Sin embargo, son cada vez más las mujeres que escriben y publican libros, evidenciando ser más visibilizadas que en otros tiempos.

Algunas autoras tuvieron que esconderse bajo seudónimos de hombres para que pudieran ser leídas, mientras que otras estuvieron a la sombra del canon hegemonizado por el machismo académico y editorial. No es el caso de Ana Cristina Bracho, abogada, periodista y escritora.

Precisamente, en su reciente publicación, Mujer tenía que ser —una compilación de sus crónicas publicadas en la revista cultural Épale CCS—, Bracho nos da una muestra del empoderamiento y trascendencia de las féminas.

Aprovechamos esta oportunidad para hablar del libro y el feminismo.
Este volumen se pudiera percibir como un inventario de mujeres luchadoras que a su vez pasaron vejaciones y hasta el martirio... ¿Hay algún cambio de paradigma o siguen las féminas transitando ese camino?

Vamos a empezar por decir que no todas las que están en el libro son sufrientes. No lo son la legendaria Nellie Bly, ni las Brujas Nocturnas, ni nuestra amada Cecilia Todd o Liliane Blaser. No lo es Margot Benacerraf ni Maria Montessori. Creo que tampoco Frida Kahlo ni Chavela Vargas. Ciertamente, un grupo de estas mujeres tuvieron vidas muy duras, pero el libro no se centra en el dolor, ni la desgracia, ni la desventura. Se basa en la fuerza, en el amor, en la esperanza.

Estos textos no tienen, en mi opinión, ni siquiera una forma muy definida, porque si bien muchos tienen de columna una biografía, algunos son denuncias; otros, pedagogía de categorías feministas, y otros, simplemente, empatía hacia las mujeres que han hecho esta ciudad, a las que cargan a sus chamos y lo logran, a las que les atacan por el marido que tienen o no tienen, las que son limitadas por sus compañeros.

Por otro lado, hay mujeres que sobresalen por sus logros y se imponen en diversas áreas, generalmente dominadas por hombres... ¿Son más visibles las mujeres hoy?

Las mujeres son más visibles en la medida en que se vienen desarrollando procesos expresos de visibilización y que denuncian que muchas historias nos las contaron mal. Por ejemplo, la guerra de independencia, donde la arqueología desmiente a la historiografía: las mujeres combatieron en las batallas.

Es interesante que mientras te adentras en estos temas, te das cuenta de que el pasado no es una época uniforme donde no existieron mujeres importantes, sino que muchas veces —como la historia bíblica sobre María Magdalena y las distintas versiones que la desmienten— a las mujeres más destacadas —como la abogada romana Caya o las reinas— se les tildó de locas o se les bestializó, o, se les dibujó como seductoras fatales como a Cleopatra, todo para no admitir lo poderosas y talentosas que son.

En la cotidianidad, en la medida en que, a finales del siglo XX —al menos en nuestro país—, se obtuvo el piso para la existencia jurídica, la independencia del padre o del marido, la posibilidad de educarse y trabajar, así como se derrumbaron los vestigios de la segregación por género, es evidente que, en apariencia, en la superficie, las mujeres son hoy más visibles.

¿Cómo nace la idea de una mujer escribiendo sobre mujeres?

Existe a nivel mundial un movimiento de escritoras y de historiadoras en este sentido. Incluso la literatura infantil comienza a presentar apuestas importantes como los cuentos pensados para niñas rebeldes o que no quieren ser princesas, porque se reconoce la necesidad de mostrar todo el espectro de las mujeres, para favorecer que las niñas y las adolescentes se empoderen.

En mi caso, es importante que tengamos en cuenta que esta es una selección de columnas y nacieron de la constatación de que siendo más de la mitad de los habitantes del país, poco —casi ningún— espacio se dedica a la mujer como ser histórico, político y social, distinto. Es desde una perspectiva más propia de los estereotipos donde conseguimos secciones de moda, decoración o bienestar. Así, que la idea de escribir para mujeres nace de conocer el movimiento global y sus justificaciones, así como evidenciar el vacío en Venezuela.

Sin embargo, también en esto, para mí fue fundamental el tiempo que estamos viviendo, porque en general las crisis económicas sirven para retroceder las conquistas de derecho y el tiempo que vivimos es especialmente violento para las mujeres. Tenemos, por ejemplo, el infinito universo de mujeres que se han quedado con los hijos mientras sus parejas migraron; los retos y peligros para la migración de mujeres cuando han existido tantos ataques xenófobos y la sexualización de las venezolanas.

Así que estos textos nacen desde la idea de que todas las mujeres que se reúnen en este volumen enfrentaron dificultades que cualquiera de las lectoras puede haber vivido o potencialmente vivir, pero también con valentía, amor, humor y ocurrencia las superaron. Algunas de las historias que más me sirvieron para ello fueron las de Modesta Bor y Alicia Alonso. Nada pudo impedir que por sus talentos sean hoy verdaderas leyendas.

¿En qué contribuye tu libro a combatir la desigualdad y hegemonía del patriarcado?

Como sabes, yo soy abogada y, durante muchos años, en distintas sillas, he visto y vivido procesos de violencia de género. Eso me llevó a la certeza de que los tribunales son una garantía fundamental cuyo trabajo debe mejorarse y ampliarse. Las nuevas relaciones, la mujer empoderada, la vida sororal, solo se consiguen a través de la prevención, del acompañamiento y la identificación con la otra, sin ánimo de juzgarla. En ese sentido, este libro no derrumba el patriarcado, pero busca darle reposo, consuelo, ánimo y herramientas para que las mujeres, las adolescentes y las niñas tengan modelos sanos para construirse e incluso para deconstruir todo aquello que el sistema nos deja por dentro y que nos hiere o limita.

¿Es un libro solo para feministas?

No. No sé qué libros pueden ser solo para feministas. Este es un libro que, ciertamente, piensa de manera fundamental en las mujeres, porque les habla directamente, buscando una comunicación consoladora, alentadora e inspiradora, pero es un libro para todo aquel que quiera conocer la vida de mujeres de Venezuela y de todas partes del mundo, y cómo funciona la división del mundo en dos toletes no iguales, así como procurar tener relaciones más empáticas y sentirse orgullosos de la parte de la historia que no les contaron, ponerle cara y nombre al hecho de que ahora en su vida no se les exija ser una máquina que no siente y que solo sirve para la producción económica.

Hoy en día vemos en boca de mucha gente, incluyendo ambos géneros, el despectivo término "feminazi", inventado por Rush Limbaugh. ¿Qué opinión te merece?

Es una expresión detestable, pero una reacción normal. El feminismo es la fuerza revolucionaria más exitosa en las últimas décadas. Fue capaz de cambiarle el rostro al mundo en casi todas partes, de cambiar las leyes y la economía. Poco a poco, gana más espacio en la política. No es extraño que estas reacciones se den: para muchos, el mundo pensado entre seres de iguales derechos, y no de un privilegiado sobre una dominada, causa terror. No es tampoco la única forma de lucha por la justicia que reciba este tipo de ataques.

Algunos especialistas afirman que en la actualidad hay más mujeres y niñas esclavas, tercerizadas y las que están en libertad siguen estando en posición de desventaja frente al hombre... ¿Estás de acuerdo con esa apreciación? ¿Qué han logrado entonces las luchas feministas?

Creo que hay que separar algunas cosas. La primera es que en la actualidad sigue existiendo la esclavitud y son más mujeres las víctimas de las denominadas formas contemporáneas. Así, son la mayoría de las víctimas de la trata con fines sexuales y de la servidumbre doméstica. Esto normalmente se explica por la denominada feminización de la pobreza, que la podemos resumir en que, entre todos los pobres, las más pobres son mujeres, o que el rostro de la pobreza suele ser una mujer.

Ahora —que entiendo es tu pregunta—, te refieres a las mujeres en situaciones de no esclavitud y de cómo la rutina es diferente para hombres y mujeres. Esto es lo que hoy se denomina la segunda jornada y es donde se ha puesto el énfasis en hablar, en los últimos años, de "la economía de los cuidados", que no es otra cosa que decir que, si bien las mujeres en el siglo XX lograron masivamente la escolarización, la libertad financiera y la vida pública, las reglas en el hogar no cambiaron.

Así, a la carga laboral de una mujer se suma la carga del hogar y de los hijos, constituyendo otra jornada que no es pagada. Por ende, su esfuerzo no retorna económicamente a ella o incluso puede ser aprovechado por su pareja, que ni lo hace, ni lo paga.

Con relación a que existe una desventaja, muchos señalan estas causales porque significan que las mujeres tienen más trabajo y cansancio, un "piso pegajoso", porque les cuesta más estudiar o ascender.

Visto esto, es importante que nosotras sepamos que hace cien años, es decir, hace tan solo tres generaciones, las mujeres no votaban y hoy son mayoría electoral; tenían poco acceso al estudio y hoy son la mayoría de la matrícula en casi todas las universidades, y en el campo de trabajo tienen al menos una representación equilibrada.


Las mujeres ganaron mucho: los derechos políticos, el divorcio, la posibilidad de vivir de forma independiente. Lo que no significa que en ese proceso no se den contradicciones o que todo esté alcanzado. Tampoco que no existan amenazas nuevas, por ejemplo, la violencia electrónica, cada vez más agresiva, devastadora y extendida.

Tres escritores españoles usan el seudónimo de Carmen Mola para firmar sus novelas e incluso han sido galardonados con el Premio Planeta. ¿Algo qué decir al respecto?

En las últimas décadas, han girado un poco las cosas. Existe un creciente interés en lo que están haciendo las mujeres escritoras. Hay premios, colecciones y hasta bibliotecas destinadas a ellas y se rompen los prejuicios que las habían mantenido como escritoras de segunda. Así, el caso de "Carmen Mola" parece develar el aprovechamiento de estas consideraciones. Algunas son acciones afirmativas —favorecer a quienes por el sistema quedan fuera—, y es realmente lamentable por ruin.

Sin embargo, hay que tener cuidado en darle más importancia de la que tiene, porque la trampa existe desde que nacieron los concursos y se hace de muchas maneras o por muchas razones. También te demuestra que como ahora más mujeres están ganando premios, como la francesa Annie Ernaux, que ganó el Nobel el año pasado, más querrán quedarse con ellos.

¿Qué les recomiendas a las mujeres para que escriban y cuenten historias?

Yo creo firmemente en que las venezolanas somos cuentacuentos por naturaleza. Nos gustan las historias, nos decimos "échame el cuento" y somos guardianas de esa tradición de la memoria. Sin embargo, es común que las mujeres sientan que su historia no merece contarse y esto no es cierto. Toda vida es valiosa y el escribir es un trabajo de constancia. Se aprende a escribir escribiendo.

Hoy en día, es común que se reconozca la importancia terapéutica de escribir y también que se reconozca el valor de las historias de vida. Quizás, uniendo esas dos ideas —y recordando a mi abuela que fue quien me contó los mejores cuentos—, siempre les digo que se acuerden de ellas, de sus abuelas y de lo maravillosas que son o fueron, para que se den cuenta de que si los libros no están llenos de mujeres no es porque no existían, sino porque las omitieron.

¿De dónde nació tu interés en escribir, siendo tu orientación profesional las leyes?

Yo soy más bien una escritora que estudió Derecho. Desde los ocho o los nueve años ya yo escribía. Mi intención fue siempre esta. Me fascina la escritura en todos sus estilos y he experimentado muchas formas de escritura, desde los documentos jurídicos hasta las canciones. De estudiante, al tiempo que estaba en la universidad, estaba en el Círculo de Jóvenes Escritores, y así ha sido toda la vida. Incluso, cuando decidí estudiar Derecho, me dijeron que quizás eso haría que no escribiera más. Creo que desde allí fue un reto no permitir que pasara. También, creo importante recordar que el Derecho es un oficio literario y que, de hecho, nosotros tenemos una tradición de abogados-escritores a no perder de vista. Algunos ejemplos de esta dualidad son Gustavo Pereira, Andrés Eloy Blanco o Alberto Arvelo Torrealba.

 

Biografía mínima

Escritora y columnista. Abogada egresada de la Universidad del Zulia (2009). Posee un máster en Derecho, Economía y Gestión con finalidad de investigación, mención Derecho, especialidad en Derecho Público y Derechos Fundamentales, otorgado por la Universidad de Caen-Baja Normandía (UCBN). Ha ocupado cargos de relevancia nacional en el ejercicio de la abogacía. En paralelo, como escritora, ha desarrollado una carrera nacional que alcanza más de media docena de libros, individual y colectivamente escritos y un trabajo que le ha valido el Premio de Periodismo Aníbal Nazoa (2019), el reconocimiento como mejor escritora del Premio Nacional de la Juventud Creadora Aquiles Nazoa (2020) y el Premio Nacional Simón Bolívar en Opinión (2023) por la columna "Mejor ni te cuento", publicada en Épale Ccs. Entre sus libros publicados está 23F: la batalla que evitó la guerra (Fundación Editorial El perro y la rana, 2021).

 

Ricardo Romero Romero

@ItacaNaufrago

artedeleer@yahoo.com


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