Su biodiversidad es privilegio único

Preservar la naturaleza de Venezuela toda es nuestra tarea

01/12/23-. Los biorrecursos y el potencial biotecnológico de un país megadiverso como Venezuela es preciso conocerlos,  sobre todo de un espacio geográfico que nos pertenece y donde nuestra mirada científica no ha llegado con la profundidad requerida porque somos respetuosos de los acuerdos firmados sobre esta área en reclamación y ahora en recuperación, para estudiar esa biodiversidad, documentar su existencia para la valorización y resguardo de los frágiles ecosistemas que aún se mantienen vírgenes y que componen la Guayana Esequiba.

Nuestro patrimonio en manos extranjeras

La historia de la botánica en Venezuela la comenzaron a escribir, durante el siglo XIX, científicos que llegaron de otras latitudes. Sin ningún tipo de inspección u observación por parte de las autoridades venezolanas sobre las investigaciones realizadas y los recursos extraídos, iniciaron la Taxonomía Sistemática o Botánica Sistémica (ciencia que incluye la identificación, clasificación y nomenclatura de las plantas) de nuestra flora endémica.

Estos científicos y naturalistas en su mayoría provenientes de Alemania, Suiza, Finlandia, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, así como institutos y universidades foráneas, accedieron a nuestro patrimonio natural y ancestral sin ningún tipo de control y se llevaron biorrecursos de estas áreas geográficas.

Biopiratería / Bionegocio

Gran parte de la investigación sobre biodiversidad y su potencial no ha sido realizada por las naciones que conformamos los territorios de la Amazonía, sino por otros países con mayor desarrollo científico tecnológico y también por representantes de la industria farmacéutica.

Los centros mundiales de investigación sobre plantas medicinales, a través de un proceso de georreferenciación, ubican las coordenadas espaciales de las áreas de donde han extraído las plantas, una vez realizada la bioprospección que es el estudio y exploración de la biodiversidad para la identificación de organismos, biomoléculas o genes útiles para la industria que permite generar productos con valor económico.
Esa información reposa en bancos de químicos extranjeros, donde una vez conocidos los centros activos de muchas enzimas o proteínas de interés médico-farmacéutico, son evaluados para medir la actividad, en la mayoría de los casos, con el propósito de generar actividades económicas que sólo persiguen la acumulación de capital y no el beneficio de la población mundial.

Llegó nuestro momento

El Gobierno Bolivariano, sus instituciones, su pueblo, sus investigadores e investigadoras tienen el compromiso, la capacidad, el conocimiento y los recursos para resguardar toda la biodiversidad de la Guayana Esequiba que representa un privilegio único.

Es hora de que la ciencia y tecnología venezolanas asuman con mayor ímpetu la valoración y estudio de estos ecosistemas sensibles. El conocimiento de esa biodiversidad por parte de nuestras mujeres y hombres que hacen ciencia, es necesario para comenzar a ejercer la soberanía sobre ese espacio que por ley pertenece a Venezuela.

La custodia y resguardo por parte del Estado venezolano de los recursos que existen en nuestro Esequibo para la vida y no para el negocio, y la preservación de la naturaleza para las generaciones futuras, es responsabilidad de todas las personas que habitamos en esta patria.

La biopiratería es el uso y acceso no autorizado e ilegal de recursos biológicos y sus componentes además de los conocimientos tradicionales o ancestrales asociados a estos recursos, para ser empleados en procesos de investigación y desarrollo de nuevos productos farmacéuticos, cosméticos e industriales, entre otros. 

CIUDAD CCS

 


Noticias Relacionadas