Memorias de un escuálido en decadencia | Millones

08/12/2023.- —¡A llorar al valle! Nos volvieron a joder. Y todo porque entre nosotros no hay nadie al que le podamos decir que una palabra tuya bastará para sanarnos. Carajo, hay que estar claro. Algunos de nosotros queríamos que la dictadura fracasara. Otros querían quedarse con el Esequibo. Y otros estaban recibiendo su parte de la ExxonMobil, y, como siempre, no le avisan a uno para formar parte de la banda de "El Estado soy yo". Y muchos de nosotros, desde temprano, ya venían diciendo por X (antes Twitter) que la dictadura había fracasado porque no había nadie en las bocas de urna. La gente llegaba, votaba y se iba para el carajo. En verdad que la vaina era rápida. Pero, por lo visto, el Amoroso fue más rápido que todos nosotros al decir que fueron más de diez millones, diez, los que nos clavaron por el buche, como diría el dictador anterior. De paso, uno no se explica cómo un hombre con ese apellido, Amoroso, haya generado tanto odio entre nosotros, que somos tan amorosos. Y además, no hay que arrecharse mucho porque ese mismo Amoroso es el que nos vamos a calar en las elecciones del 2024, si las hay. Y todo el país vio la alegría con que Manuel —Monómeros— Rosales entregó su voto al señor referéndum. Allí se vio claramente que votó con los brazos y nos saludó con las manos. También vimos al compañero Embajada Radonski saliendo de votar y dando unas declaraciones demasiado pendejas. Tiene que ponerse en modo Milei para ver si levanta votos, porque ahora lo que está levantando son calumnias. También Ramos —Espoleta— Allup dejó su voto para defender el referéndum y dijo que todo le pareció que estaba muy bien organizado, incluso que parecía que había sido organizado por Acción Democrática. La cultura adeca nos ha hecho mucho daño. Y con esos tres líderes nuestros, ¡cómo carajo nos vamos a poner a hablar pendejadas después que Amoroso nos clavó esos diez millones de votos!, que después supimos que eran votantes y que no era un referéndum revocatorio, como intentó decir el Amoroso y caluroso rector.

Y al principio decían que el referéndum no era vinculante, pero bastó que dijeran que eran más de diez millones de votos y lo vincularon. Arrancaron a nombrar autoridades en el Esequibo y aprobaron, el miércoles, en una reunión de emergencia de la Asamblea Nacional, la ley para crear el estado de la Guayana Esequiba, y al carajo los enfermos. Si la dictadura no puede atender veintitrés estados, mucho menos va a atender veinticuatro. Todos esos estados están en estado lamentable.

Lo que también se demostró en estas elecciones por la recuperación del Esequibo es que nosotros no servimos para un carajo. Somos incapaces de ponernos de acuerdo para ver qué carajo íbamos a hacer. Somos incapaces. Pero a la hora de hablar estupideces somos muy buenos. Inventamos vainas y decimos pendejadas como esa de "la soberanía no se consulta, se ejerce", y salen los más pendejos a repetirla por ahí, como si dijeran: "Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca".

El papá de Margot, cuando escuchó la cifra en boca del Amoroso, se paró en medio de la sala y dijo: "Carajo, pero si mi compadre Pancho y yo, cuando fuimos a votar, no había nadie, tanto que los testigos de la mesa nos brindaron un café y todo, entonces, ¿de dónde carajo sacó este Amoroso esa cifra?". Después se sentó y volvió a decir: "Pero si lo dice el CNE, hay que creerle, porque ahí estaban dos compañeros nuestros. Y, además, si fuimos capaces de creer en las cifras de María —Súmate— CM, que fueron hechas con palo, palo, palito, palo, eh, no tenemos moral para salir a hablar pendejadas". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Te dolieron que jode los diez millones, muérgano".

—Entre pitos y matracas, entre música y sonrisas… —me canta Margot.

 

Roberto Malaver


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