Unesco presenta informe sobre el cambio climático en Latinoamérica

La Cepal alerta sobre las necesidades de financiamiento climático para América Latina

Desastres naturales consecuencia del cambio climático.

 

12/12/23.- La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) publicó este martes el primer informe que habla sobre las consecuencias del impacto del cambio climático en geoparques mundiales y reservas de la biósfera de América Latina.

En el citado informe, la Unesco reveló que en 13 de las 15 reservas y geoparques se prevé un riesgo de incendio forestal de medio a alto. “Los riesgos climáticos para las reservas de la biosfera y geoparques de Latinoamérica son más altos de lo que se creía y las autoridades que los gestionan subestiman esas condiciones, que se agravarán el futuro inmediato y a medio plazo”, señala en el documento.

A través del análisis de 10 reservas de la biosfera y 5 geoparques en 9 naciones latinoamericanas y caribeñas (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, San Cristóbal y Nieves, México y Uruguay), la Unesco ha estudiado desde 2021 la adaptación y el impacto frente a 11 riesgos prioritarios, como incendios forestales, sequía, inundaciones o el riesgo de corte del abastecimiento de agua.

Estos peligros son “peor de lo que se pensaba”, ya que “para casi todos los riesgos, el número de lugares que registraron condiciones de riesgo medio/alto superó las expectativas de los gestores de los lugares”, indica el estudio.

Glaciares del todo el mundo se derriten rápidamente.

 

Además, se prevé que estos 15 lugares; que se tomaron como muestra representativa de las 132 Reservas de Biosfera y los 12 Geoparques Mundiales que existen en toda la región- experimenten “nuevos impactos climáticos” o fenómenos ya registrados, pero a una intensidad mayor si “se mantienen las tendencias”.

Por ejemplo, solo 6 de los 15 lugares estudiados, que incluyen, por ejemplo, la reserva de biosfera de la Mata Atlántica en Brasil, el geoparque uruguayo Grutas del Palacio o la reserva de biosfera Maya en Guatemala, se habían identificado como “prioritarios” en materia de incendios forestales.

Pero el informe reveló que en 13 de los 15 lugares se prevé un riesgo de incendio forestal de medio a alto para 2040-2059 si se mantienen las tendencias actuales.

“Lo que vemos es que los muchos de los gestores que están actuando al nivel del sitio están haciendo su planificación con base en los desafíos a los que se enfrentan hoy en día o que se enfrentarían antes”, indicó a la agencia EFE, Serena Heckler, especialista en ciencias de la tierra y una de las autoras de este informe.

“Y lo que lo que estamos diciendo es que los escenarios de cambio climático que están generando las proyecciones para las próximas décadas nos dicen que va a haber impactos más fuertes”, completó Heckler.

En este estudio también se analizaron 350 mil kilómetros cuadrados de cobertura forestal y se descubrió que se ha “perdido un 4% en tan solo 6 años (14 mil 190 km2 perdidos en 2015-2021), incluido un 0.7% (2 mil 740 kilómetros cuadrados) debido a incendios forestales”.

Pero la amenaza del aumento de desarreglos y catástrofes también tiene consecuencias directas en los humanos.

De acuerdo a este estudio, 3.3 millones de habitantes de las zonas analizadas -donde residen en total 110 millones de personas- viven en lugares susceptibles de sufrir inundaciones; 10.7 millones de habitantes están en zonas expuestas a interrupciones del suministro de agua y otros 8 millones están expuestos a deslizamientos de tierra.

Los expertos registraron en las diferentes zonas estudiadas de la región, aumentos de las temperaturas y de las lluvias, con daños proyectados que van desde la pérdida de vidas humanas y vegetación hasta la destrucción de infraestructura y de cultivos agrícolas.

Además, valoraron la importancia de los geoparques mundiales y las reservas de la biósfera de la Unesco en la comprensión de las afectaciones causadas por el cambio climático, lo cual contribuye con el establecimiento de políticas nacionales e internacionales frente al fenómeno.

Impacto del cambio climático en Latinoamérica

De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), el clima de la región está cambiando debido principalmente a las crecientes concentraciones de dióxido de carbono atmosférico. Los patrones de precipitación están cambiando, las temperaturas están aumentando y algunas áreas están experimentando cambios en la frecuencia y severidad de los fenómenos meteorológicos extremos, como las lluvias intensas.

Los impactos van desde el derretimiento de los glaciares andinos hasta devastadoras inundaciones y sequías. Los dos grandes océanos que rodean el continente, el Pacífico y el Atlántico, se están calentando y acidificando a medida que aumenta el nivel del mar.
Desafortunadamente, se esperan mayores impactos en la región ya que la atmósfera y los océanos siguen cambiando rápidamente. El suministro de alimentos y agua se verá afectado. Los pueblos y las ciudades, así como la infraestructura necesaria para sostenerlos, estarán cada vez más en riesgo. La salud y el bienestar humano se verán afectados negativamente, así como los ecosistemas naturales.

Los cambios en el clima y los fenómenos meteorológicos extremos han afectado severamente a América Latina. Eventos como tifones y huracanes, tormentas eléctricas, granizadas, tornados, tormentas de nieve, fuertes nevadas, aludes, marejadas, inundaciones incluyendo inundaciones repentinas, sequías, olas de calor y olas de frío, son cada vez más frecuentes y severos. Todo esto ha provocado el desplazamiento de personas, numerosas muertes e importantes pérdidas económicas.

Sequías

Los investigadores están conservadoramente seguros de que el Amazonas, el noreste de Brasil, Centro América y partes de México sufrirán mayores sequías. La principal preocupación es la posibilidad de sequías extremas y más frecuentes en el Amazonas, lo cual podría orillar a la región hasta un "punto de no retorno", lo que aumentaría la probabilidad de que se perdieran grandes cantidades de selva amazónica.

Aumento del nivel del mar

Al calentarse, los océanos se expanden y se elevan aún más al recibir grandes cantidades de agua dulce debido al derretimiento de los glaciares y las capas de hielo. Según indican los investigadores, el aumento del nivel del mar amenaza a la población latinoamericana, gran parte de la cual vive en zonas costeras, debido a la contaminación de los acuíferos, la erosión de las costas, las inundaciones en zonas bajas y el aumento del riesgo de marejadas.

A medida que se deshielan los glaciares se eleva el nivel del mar.

 

Aumento del nivel del mar y acidificación del océano

Gran parte del área costera que rodea al arrecife mesoamericano e islas cercanas son zonas bajas y por lo tanto vulnerables al aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático. La erosión costera ya ha sido documentada y, entre otras cosas, puede afectar los procesos de anidación y reproducción de las tortugas marinas. El aumento de la temperatura del agua genera más episodios de blanqueamiento de los corales, lo cual es devastador para los arrecifes y toda la vida marina que depende de ellos. La acidificación del océano, provocada por el aumento de la concentración de dióxido de carbono en el agua, es otra amenaza que afecta a los arrecifes coralinos.

Los océanos se han vuelto más ácidos por absorber la alta concentración de CO2.

 

Informe de la CEPAL

El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), José Manuel Salazar-Xirinachs, presentó, durante la COP28, un nuevo informe que destaca las necesidades de financiamiento climático para América Latina y el Caribe en su lucha contra el calentamiento global.

Cómo resultado, el documento titulado “Economía del cambio climático en América Latina y el Caribe 2023: Necesidades de financiamiento y herramientas de política para la transición hacia economías bajas en carbono y resilientes al clima” presenta las tendencias actuales de las emisiones regionales, los compromisos de acción climática y las estimaciones de inversión requerida para cumplir con las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CND), además de establecer lineamientos a seguir en la búsqueda para alcanzar un desarrollo inclusivo, sostenible y justo para la región, describe la organización en su página oficial.

Asimismo, el informe destaca la importancia del financiamiento en sectores económicos claves como el cambio de uso de suelo, agricultura, ganadería y silvicultura que a nivel regional representan el 58 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. “A pesar de lo anterior, actualmente el financiamiento está dirigido principalmente a la mitigación en desmedro de la adaptación y las acciones transversales”.

Según el estudio, cumplir con los compromisos de acción climática requiere una inversión de entre 3.7 % y 4.9 % del PIB regional por año hasta 2030. Por lo tanto, cerrar la brecha de financiamiento climático requiere aumentar la movilización de recursos nacionales e internacionales entre 7 y 10 veces, señaló Salazar-Xirinachs.

“La inversión en la acción climática puede reportar beneficios no solo medioambientales, sino también económicos y sociales, ya que los niveles de inversión y financiación de las medidas de mitigación y adaptación supondrán un importante impulso para el crecimiento, el empleo y el desarrollo social”, enfatizó.

 

En cuanto a las recomendaciones, el documento también destaca la necesidad de coordinar las políticas y alinear el sistema financiero para canalizar los flujos de inversión hacia actividades productivas que impulsen los sectores que son los motores de la economía, con vistas a lograr un desarrollo más productivo, más inclusivo y más sostenible.

Finalmente, el secretario ejecutivo indicó que los países de la región deben intensificar y escalar sus políticas de desarrollo productivo. Reiteró que la CEPAL ha identificado varios sectores dinamizadores, áreas de oportunidad para el crecimiento económico y la colaboración, entre los que se encuentran la transición energética, electromovilidad, la economía circular, bioeconomía, industria farmacéutica y de implementos médicos, los servicios modernos (digitales) y la economía del cuidado, entre otras.

LUCILA CONTRERAS / CIUDAD CCS


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