13/12/2023.- Este jueves se reunirán en una isla del Caribe los Presidentes de Guyana y el nuestro, a dialogar cara a cara sobre el diferendo territorial que tienen Venezuela y Guyana.

Lo que dirá la oposición borbónica —por aquello de que los reyes españoles de esa dinastía "ni olvidan ni aprenden"—, aparte de carecer de importancia, es muy fácil de predecir.

Los hinchas de Mari Cori —como si ellos no fuesen venezolanos— dirán que fue "otra derrota de nuestro gobierno", aunque la razón —como viene siendo de costumbre— no esté de parte de esa canalla.

Y un observador imparcial tendrá que admitir que Guyana viene de derrota en derrota, y no es por el referendo solamente…

El que los dos Presidentes se reúnan a conversar sobre el Esequibo en San Vicente y las Granadinas de por sí es otra derrota para Guyana, que hace una semana pretendía que la CIJ detuviera el referendo. Y también para Mari Cori, que coincidía con esa posición, a pesar de que los acuerdos vigentes obligan a que las dos partes diriman sus desacuerdos sin árbitros parcializados, al estilo del laudo que a finales del siglo XIX pretendió quitarle a Venezuela lo que era y es parte de la heredad española.

Pero es que si uno se pone a analizar las cosas, es evidente que esta reunión de los Presidentes denota lo alicaídos que están los en otros tiempos imperios yanqui y británico.

Si estos abusadores aún tuviesen el poder que algún día tuvieron, habrían impuesto como solución quitarnos el Esequibo sin negociar nada, porque en esas tierras llenas de mosquitos solo podrían trabajar las empresas inglesas y yanquis.

Pero no es así y los poderes ascendentes —que son Rusia y la China, principalmente— apoyan, como lo hicieron en el Consejo de Seguridad de la ONU, el diálogo entre nuestros dos países, en vez de una guerra estúpida a la que nos estaba arrimando el Comando Sur, cuando montó una base en terreno reclamado por Venezuela.

Son signos de otros tiempos y ya veremos si de este primer diálogo sale un acuerdo, aunque sea parcial, porque está claro que el referendo empoderó, sobre todo, a las generaciones de venezolanos que aún no han nacido.

De ellos será el Esequibo, y de los venezolanos vivos, lo que en estas rondas se acuerde.

Domingo Alberto Rangel