Al derecho y al revés | Feliz Navidad

20/12/2023.- Más allá de la imposición cultural de los Estados Unidos y sus aliados anglosajones, por encima de los horrores que significaron las cruzadas o las guerras cristeras de México, o la conquista del continente americano por parte de los imperios europeos, sin olvidar la imposición del consumo del opio a los  chinos por parte de los muy cristianos ingleses e incluso la trampa que significó entre nosotros, y me refiero al primer gobierno del presidente Caldera, de radios transistores regalados a los indígenas del estado Bolívar principalmente, de radios que solo sintonizaban una fastidiosa emisora católica que pretendía así convencerlos para que se bautizaran. Por encima de tanta sangre derramada en nombre de Jesús, que con esos hechos no tuvo nada que ver, quisiera hoy rescatar en esta entrega la especificidad de la Navidad como época donde los humanos, salvo Netanyahu, pretendemos ser mejores.

Jesús de Nazaret fue el primer apóstata de la religión hebrea al proclamar la paz y el amor para todos los humanos, rompiendo con la violenta tradición que empañó el invento de Moisés cuando proclamó hace tanto tiempo el monoteísmo del “ojo por ojo y diente por diente”.

Esto desde luego no justifica todos los asesinatos  cometidos por el cristianismo desde que el imperio romano adoptó la comodidad de abrazar el monoteísmo, pero en versión cristiana.

Tal hecho desde luego merece explicación aparte porque antes del monoteísmo era más difícil dominar grandes masas humanas, cuando cada aldea tenía sus propios dioses y como es sabido el imperio romano iba desde lo que hoy es Inglaterra hasta la India.

La escogencia del monoteísmo por parte de los romanos, hoy día se ve lógica toda vez que los otros monoteístas del momento porque aún no existían musulmanes, es decir, los judíos de religión hebrea,  estaban peleados con los romanos que llegaron hasta a deportarlos de lo que hoy es Palestina, Jordania e Israel, acusándolos de “no ser de aquí”, de eso ya van 1.700 años.

Bien, la Navidad como época de paz, salvo en la franja de Gaza, donde están asesinando inocentes, es universal como símbolo y nadie creería en memes con el niño Jesús portando metralletas o incluso con San Nicolás –personaje no europeo- lanzando bombas desde el trineo.

Que la Navidad no es nuestra en tanto aquí no cae nieve y nuestros pinos son distintos, vale; pero esa falta no solo se debe atribuir a “los otros”, porque vale la pena protestar contra nuestros maestros de la cultura que no han sido capaces de reaccionar, salvo el maestro Pocaterra con su Panchito Mandefuá.

Pero como escribí al introducir este tema difícil de la Navidad, por encima del consumismo que nos imponen desde los medio es bonita, solo porque nos da la oportunidad de ser y sentirnos mejores seres humanos, razón por la cual les deseo a los lectores.

¡Feliz Navidad!


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