Crónicas y delirios | Tu amigo secreto

22/12/2023.- Durante el mes de diciembre, una ráfaga de asombrosa ternura se apodera en nuestro país de la conciencia colectiva. Sus atributos son de fácil detección: amor irrefrenable hacia el género humano ("¡Hermanazo querido!"), reafirmación de los sentimientos familiares ("¡Madre no hay sino una!"), amplia voluntad de convivencia pacífica ("¡Lo que usted diga, compadre!"), ánimo de caudalosas celebraciones ("¡Yo pongo la bebida y tú, mi vida, el rico jamón!"), promesas de cambio de actitudes ("¡El año que viene no tomo más... ni menos tampoco!"), e infinita inclinación para gastar las míseras utilidades en puras inutilidades.

Todo lo anterior es lo que se ha dado en llamar el espíritu navideño; y a cuyo éxtasis de alma contribuyen los adornos del caso, desde la bambalina importada en refulgencia de colores y leyendas gringas, hasta el pesebre comercial tamaño gigante, donde duerme un Niñote Jesús que parece engordado con barriles de compotas Gerber o gaveras del supervitamínico Gatorade. Y no olvidemos, solidarios lectores, ¿cómo podría olvidársenos?, la sana acústica que adereza el susodicho ambiente: triquitraquis, cohetones, tumbarranchos, y gaitas, gaitas y más gaitas para que no exista duda alguna acerca del furruco de decibeles en que nos hallamos inmersos. ¡Qué noches de paz, caballeros!

Dentro del área de trabajo, este espíritu navideño cobra fuerza especialísima, pues se instaura una especie de tregua sentimentaloide (casi lacrimosa), un "taima" en los rencores, un cese al fuego burocrático, y surgen distintas maneras para evidenciar el afecto. Una de ellas, cursilísima en su especie, pero ya institucionalizada, es la modalidad del amigo secreto.

Su procedimiento resulta un lugar común. Paso "A": se reúnen en la oficina, a golpe de mediodía, el jefe, los subordinados y “¡también tú, Moncho!" (Moncho es el joven mensajero de casco y moto). Paso "B": todos ponen rostro de ángeles de la guarda, incluso el arrechílico jefe, y sonríen como si se hubiesen ganado el premio gordo de la trascendencia divina. Paso "C": la secretaria improvisa un cucurucho enano y allí coloca unos papelitos amuñuñados, de visibilidad microscópica, que contienen los nombres de los presentes.

Paso "D": cada quien desenrolla su respectivo papelito y descubre, ¡oh, terror!, que el sangrón de al lado es “su amigo secreto”. Paso "E": luego de las confidencias y susurros, todos saben, pero se hacen los locos, el nombre del asiduo tipo o tipa que les obsequia chocolates, galleticas, "cronchi-cronchis", bolígrafos, tostones y demás etcéteras, junto con almibarados mensajes de cariño: "Eres la persona más hermosa que he conocido" o "la vida vale la pena por gente como tú". Paso "F": los regalos del intercambio son horribles, pero con voz de absorta emoción se expresa lo contrario: "¡Qué‚ belleza de calcetines rosados!"... "Lo que más me hacía falta, ¡una corbata de lacito!"... "¡Mil gracias por el poemario de Winston Vallenilla!".

Paso "G": ya en enero, mes de la evaporación del espíritu navideño, se produce el retorno a los gruñidos, ojerizas, malascaras y sucesivos combates oficinescos ("¡Moncho, no te quedes ahí parado como un zombie idiota, y corre ya a entregar la correspondencia!").

Para nuestra ventura o infortunio, así somos; y cada año, pese al escaso presupuesto, tomamos nuevos bríos “en las rocas” para representar el sempiterno autosacramental.

LA COMUNIDAD JUDÍA CONDENA, DESDE SU INFINITO, EL GENOCIDIO DE ISRAEL CONTRA EL PUEBLO DE PALESTINA

Nosotros, los abajo firmantes, perseguidos y víctimas humanas, morales y terrenales del régimen nazi, hoy desde la eternidad condenamos al Estado sionista de Israel por el genocidio que está llevando a cabo contra el pueblo de Palestina.

Nunca nos imaginamos que un gobierno de origen e ideario judaico, pudiese cometer en este siglo XXI crímenes tan atroces como los de Hitler y su sistema de exterminio. Ni tampoco concebimos que otros países, supuestamente democráticos y avanzados, estén apoyando tales actos de lesa humanidad.

Parece una sinrazón del progreso mundial que Israel arrase poblaciones enteras en la Franja de Gaza, como antes lo hizo con Hiroshima y Nagasaki. No es posible justificar que los invasores judeo-sionistas hayan asesinado en tres meses a 20.000 palestinos, la mayoría niños y mujeres.

También resulta oprobioso e incalificable, el uso de bombas de fósforo blanco, prohibidas internacionalmente; la quema de sembradíos y el corte del agua potable para que todos los pobladores mueran de hambruna y sed; la orden de “tierra arrasada” contra hospitales y el asesinato de sus médicos; el encarcelamiento de niños, el homicidio de casi un centenar de periodistas, el ataque versus templos y universidades, el bochornoso desprecio de gobernantes y soldados invasores hacia el pueblo palestino, la aspiración casi increíble de colonos israelitas para convertir Gaza en otro Auschwitz.

Desde nuestra perpetuidad, no podíamos silenciarnos. ¡Hay que detener este genocidio! Ojalá seamos escuchados por el bien del género humano.

Bertolt Brecht, Julius Fucik, Ana Frank y Margot Frank, Max Brod, Jizchak Katzenelson, Max Jacob, Bruno Schulz, Ilse Weber, Joseph Roth, Sim Gokkes, Etty Hillesum, Walter Benjamin, Else Feldmann, Felix Fechenbach (sigue una multitud de firmas en depósito).

 

Igor Delgado Senior 

 

 

 

 


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