Memorias de un escuálido en decadencia | Asamblea

12/01/2024.- ¡Aprobado! La doctora Dinorah Figueroa, siguiendo el heroico ejemplo del compañero Guaidó, también se autojuramentó ante las cámaras de todo el mundo, que es ancho y ajeno, como presidenta de la Asamblea Nacional en el exilio, la propia, la indiscutible, la legal. Es decir, el poder legislativo legítimo, apoyado por Estados Unidos, para que más les duela. Allí la vimos autojurando, ante todos nosotros, a seguir comprometida a sacar a la dictadura del poder a como dé lugar. Mientras tanto, vamos a recibir setenta millones de dólares desde el gobierno amigo de Estados Unidos, que son dólares de nuestro país, que están en buenas manos y ahora estarán en mejores manos, es decir, en manos de nosotros, que nos hemos jodido tanto. Después salieron algunos de los representantes de la dictadura a decir que estamos violando el acuerdo de Barbados y todo ese tipo de cosas que se dicen cuando saben que la derrota está cerca. Desde acá le pedimos a la compañera Dinorah que, por favor, por lo que más quiera, nos envíe los nombres de todos los compañeros que forman esa ilustre Asamblea Nacional, para darlos a conocer, y que el pueblo venezolano sepa quiénes son sus héroes, sepa quiénes están luchando a brazo partido y a punto de dejar la vida en esta guerra donde nos ha metido la dictadura. Es bueno conocerlos, porque cuando triunfemos, y eso será más temprano que tarde, y esos compañeros no estén, a lo mejor colocamos sus nombres en escuelas, universidades, calles, y todo lo que se merezca el buen nombre de esos luchadores. Se agradece el pronto envío, doctora Dinorah.

Y la dictadura sigue encontrando héroes. Ahora descubrieron que hubo un general que sacó del territorio venezolano a los ingleses. Domingo Antonio se llamaba el hombre. Desde Tumeremo se lo trajeron para el Panteón Nacional. Si siguen metiendo generales en el Panteón, a lo mejor organizan un levantamiento. Y en esa caravana histórica le hacían un homenaje en cada plaza. Así son las dictaduras, atienden muy bien a los que ya no están, pero a los que estamos aquí, pasando las de Caín y Abel, no nos tiran nada, nadita de nada. Mientras tanto, también se juramentó, aquí en Caracas, la otra Asamblea Nacional, la ilegal, porque, como todo el mundo sabe desde el 2015, la verdadera Asamblea Nacional es la que está en el exilio. El dictador se fue hasta la sede de la Asamblea y allí le pidió a sus diputados que sean humildes —yo te aviso, chirulí—, que sean honestos —yo te aviso, chirulí—. Es decir, fue a pedirles cosas imposibles, cosas que el mismo dictador sabe que no las cumplirán. Solo nosotros, la gente decente y pensante de este país, somos los que podemos cumplir con esas características, porque estamos dotados de la capacidad de amar… Qué bueno me quedó eso…

Y con el peo que tiene el compañero Netanyahu con los palestinos, nosotros, como saben los compañeros, defendemos y apoyamos a Israel, pero, aquí entre nos, en voz baja. Eso que lo diga con todas sus fuerzas la compañera María —Súmate— CM, pero nosotros mejor callamos y nos hacemos los locos. Porque, aquí entre nos, coño, ese Netanyahu se está pasando. Cómo será la vaina que los negros de Sudáfrica le montaron un juicio en la Corte Internacional de Justicia para que respete y se deje de vainas y pare ese genocidio.

El papá de Margot llegó de la calle leyendo un periódico donde se decía que la compañera Dinorah Figueroa se había autojuramentado como presidenta de la Asamblea Nacional en el exilio. El hombre se paró en el medio de la sala y dijo: "Aprobado. Eso sí, compañera Dinorah, mire a ver cómo hace para que parte de esos setenta millones de dólares que tiene en caja lleguen hasta aquí, a nosotros, que los defendemos y también estamos dispuestos a dejar la vida, como ustedes, en esta lucha". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "No te llegaron los dólares de la Asamblea de Dinorah, ¡muérgano!".

—Tómate esta botella conmigo… —me canta Margot.

 

Roberto Malaver


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