Memorias de un escuálido en decadencia | Mensaje

19/01/2024.- ¡A correr todo el mundo! Después del mensaje anual del dictador, aparecieron miles de analistas diciendo que solo se había aumentado el bono de guerra, y también se había aumentado, que jode, la arrechera de la gente. Salieron los analistas por todas partes explicando y explicando, y la gente que no quería entender. Y mientras tanto, nosotros, que nos queremos tanto, pescando en río revuelto, como hemos hecho siempre. Lo que sí nos cagó, literalmente, fue cuando el dictador habló de cuatro conspiraciones de un solo coñazo. Y de paso, habló del compañero Antonio —Pensionados— Ledezma, quien, por lo visto, antes quería asesinar al poeta Leopoldo —Verso Largo y Corto— López, y ahora se quería llevar por delante a Bernal, uno que es gobernador del estado Táchira, al ministro de la Defensa, Padrino López, y al dictador, es decir, que gracias al mensaje del dictador nos enteramos de que el compañero Ledezma es un asesino en serie. También dio una cifra ahí que nos dejó locos de bola. El dictador dijo que por el bloqueo y las sanciones de los compañeros de Estados Unidos, la dictadura ha dejado de percibir 642 mil millones de dólares. Carajo, eso es mucho real. Así ningún país sobrevive, pero aquí le han echado bolas que jode, porque con una cifra así se puede hacer de todo, pero si te falta esa cifra tienes que ir a llorar al Valle de la Margarita. También el dictador aprovechó y le dio un cargo al colombiano Alex Saab. Lo puso al frente del Centro Internacional para la Inversión Productiva. Con ese nombre, esa vaina tiene que ser bien arrecha. Ahí estaba uno que antes fue ministro de Turismo y canciller y embajador, y ahora no sabemos para dónde irá. Se trata del doctor Félix Plasencia. Así son los chavistas, ocupan tres, cuatro y cinco cargos, y después no saben qué hacer con tantos choferes.

Lo bueno es que nadie quedó contento con el mensaje del dictador porque aumento no hubo. Todavía están explicando la diferencia entre salario mínimo e ingreso mínimo. Unos dicen que el bono de guerra se disparó a sesenta dólares y el cestaticket a cuarenta dólares, y esos son los cien dólares que la gente, es decir, nosotros, tenemos ahora para sobrevivir. La realidad es que entre el cestaticket y la cesta básica, la diferencia la hacen un montón de bolívares. Además, salió gente a explicar cómo era la vaina, porque nadie había entendido un carajo. Y ahí apareció el ministro del Trabajo, con su lenguaje almibarado, a decir simpáticamente que todo estaba del carajo, y al rato apareció en tendencia en Tuiter como uno de los jaladores del dictador. Es decir, que aquí no se perdona a nadie. La vicepresidenta también salió a explicar en una entrevista cómo era la diferencia entre el pensionado y el jubilado, y parece que la diferencia era de muy pocos dólares. Ahí nadie dijo un carajo. El compañero candidato de AD, Bernabé Gutiérrez, salió a decir que no hubo aumento y que él, como candidato del partido, ofrece aumento para el 2025, es decir, cuando gane.

Y el peo se formó después en Barinas. Allí descubrieron que había un compañero que estaba conspirando en una de esas cuatro conspiraciones de las que habló el dictador, y hasta allá lo fueron a buscar, y el hombre del programa del garrote se tuvo que presentar allá porque la cosa se puso pelúa. Cuando presentó al alcalde que lo acompañaba, la pita fue grande, porque nosotros somos buenos en eso, pitando, marchando e insultando por Tuiter o X o como lo llamen. Por lo visto, entre las cuatro conspiraciones que denunció en su mensaje el dictador, también había militares y civiles, es decir, había unidad cívico-militar, según dice el hombre del garrote en su programa de televisión.

El papá de Margot decía: "Cuatro. Cuatro conspiraciones. Es que nosotros no aprendemos un carajo. ¿Y quién nos va a apoyar ahorita? Ya Biden abandonó a Zelenski y no nos para bolas a nosotros. ¿Quién carajo está dispuesto a ayudarnos a nosotros, que lo único que sabemos hacer es robar? Como hicieron Guaidó, Carlos Vecchio y todos los líderes del exilio. Esto no lo aguanta nadie". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "Ojalá te vengan a buscar como conspirador, muérgano".

—Estoy en el rincón de una cantina... —me canta Margot.

 

Roberto Malaver 


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