Ahora los pueblos | Imprescindibles
¿Qué lugar les estamos dando, en la revolución, a nuestros intelectuales y artistas?
…de ese pueblo venimos, él nos ha hecho lo que somos,
y de él proviene el sentido real de la expresión creadora. (1)
Carmen Bohórquez
El pasado 26 de septiembre, el presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, otorgó la Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela en Primera Clase a un conjunto de maestros y maestras, en reconocimiento a su trayectoria y aportes a la creación intelectual y cultural de la nación. Entre los homenajeados se encontraban: Evelia Monascal (músico), Juan Calzadilla (intelectual), Lilia Vera (cantora), Román Chalbaud (cineasta), Aura Rivas (actriz), Iván Pérez Rossi (músico), Carmen Bohórquez (intelectual), Juvenal Ravelo (artista plástico), Jesús Bernardo Sanoja (músico), Dilia Guaicarán (actriz), José Yorlando Conde (Teatro), Iraida Vargas (intelectual), Gualberto Ibarreto (músico), Jesús Sevillano (músico), José Marcial Ramos (intelectual), Vidal Colmenares (músico), Francisco Pacheco (músico).
La intervención de la maestra Carmen Bohórquez resalta por su pertinencia: “Vivimos un momento histórico crucial… El destino de la humanidad está en manos de las presentes generaciones. No habrá otro tiempo ni otra oportunidad. El horror de la guerra y de la destrucción de la naturaleza se ha extendido a escala planetaria, pero también la esperanza y la lucha por la paz resurgen en esa misma escala. Venezuela es hoy vanguardia para los pueblos que luchan por su dignidad y soberanía. Somos protagonistas y portadores de la esperanza de ese otro mundo posible”. Su llamado no puede caer en el vacío, aunque pareciera que las venezolanas y los venezolanos no comprendemos a cabalidad el profundo compromiso histórico que implica proceder de la Patria de Bolívar. En esta hora decisiva para Latinoamérica y el mundo, en su trabajo creador, los y las artistas e intelectuales deben asumir la inmensa responsabilidad de cohesionar al espíritu de la nación hacia la consecución de tan altos propósitos.
Advertía la maestra Bohórquez que “… un intelectual o un creador que no se compromete con su tiempo y con su realidad, es un intelectual y un creador inútil para sí mismo, pero sobre todo inútil para la sociedad. El éxito, la erudición o el simple perfeccionamiento personal podrán servir para masajear al ego, pero no para ayudar a construir un mundo mejor, y este mundo que hoy vivimos necesita urgentemente ser transformado, para que la belleza, el amor, la solidaridad y la paz, que son los valores más sublimes del espíritu humano, puedan volver a florecer entre los pueblos…”. Tarea nada fácil frente a una maquinaria mediática y del entretenimiento que propaga el odio, la guerra, la sumisión, el egoísmo y el consumismo como el mejor estilo de vida, que vende destinos fatales y distópicos, donde el individualismo es la única opción para sobrevivir; maquinaria que amenaza con la alienación absoluta de la realidad a través de universos virtuales.
En Latinoamérica se forja el futuro del mundo por diversas razones. Su población, mayoritariamente en edad productiva, nos ubica en el momento de desarrollar nuestras fuerzas productivas, en medio de una confrontación mundial por la crisis de hegemonía. Venezuela es hoy epicentro creador de ideas. Ni la enmohecida Europa ni los Estados Unidos, que se hunden cada vez más en su profunda crisis civilizatoria, no pueden ya ofrecer salidas satisfactorias a los múltiples desafíos que enfrentamos como humanidad. Se impone hoy más que nunca la premisa robinsoniana: “¿A dónde vamos a buscar modelos? Inventamos o erramos”.
Por ello, se impone la necesidad de atesorar, resguardar y potenciar las fuentes del conocimiento. La sapiencia, el amor, la entrega de estos hombres y mujeres son invaluables para el pueblo venezolano, para nuestras generaciones presentes y futuras. ¿Qué lugar les estamos dando, en la revolución, a nuestros intelectuales y artistas? ¿Hemos valorado sus aportes a la nación venezolana y al mundo? Lo mínimo que deberíamos hacer es atenderles en sus necesidades básicas con un plan permanente de salud, alimentación, recreación. También debemos atender sus necesidades intelectuales: crear espacios para su encuentro como tertulias culturales, foros, simposios (Caracas debería ser la París de mediados del siglo XIX), generar cátedras, seminarios, talleres en las universidades para la formación de las nuevas generaciones, propiciar actividades para su compartir con las comunidades organizadas, coordinar esfuerzos para la difusión en los medios audiovisuales y en las redes sociales, así como la publicación física y digital de sus vidas, pensamientos y obras. Además, debemos reconocer que el conocimiento y el arte pueden constituirse en importantes fuentes de recursos para la sociedad venezolana.
Preservar la memoria de los que se fueron, como Salvador de la Plaza, Mario Briceño Iragorry, Teresa de la Parra, Cruz Salmerón Acosta, Ramos Sucre, Vicente Emilio Sojo, Mario Sanoja, Fruto Vivas, Carlos Lanz; y la de los que están entre nosotros, José Matamoros, Luis Britto García, Judith Valencia, Gloria Martí, Omar Hurtado, Jesús Martínez, Julio Escalona y a tantos otros. Aprovechar el patrimonio cultural e intelectual proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad histórica, potencia su creatividad y, por lo tanto, su bienestar social. Estos combatientes de la esperanza son los que no se cansaron, los que no se rindieron, nuestros artistas e intelectuales orgánicos, los imprescindibles, ellos y ellas son importantes referentes por su sentido histórico y compromiso con la nación.
Propiciar el diálogo de saberes es fundamental para generar la hegemonía cultural que precisa la revolución para hacerse irreversible. Como nos señaló la maestra Bohórquez: “Seamos capaces de abrir cada vez más nuestros oídos, nuestras mentes y nuestros corazones para escuchar la polifonía del saber profundo que viene de aquellos que son los verdaderos forjadores del sentido de la patria y de la nación, es decir, este pueblo participante y actuante que está escribiendo hoy su propia historia”.
Fuentes consultadas
(1) Acto de condecoración a insignes cultoras y cultores venezolanos por parte del presidente Nicolás Maduro Moros, Palacio de Miraflores, Caracas. 26 de septiembre de 2022. Disponible en: https://youtu.be/TrRtek9Ymi8
Anabel Díaz Aché