Tres en 1. Revela tu rollo. Retrato hablado. Viernes de Lira
Roberto Malaver
Memorias de un escuálido en decadencia
Frontera
La verdad es que esta dictadura nos ha jodido bien jodidos
¡Ábrete, sésamo! Lo que no pudimos hacer nosotros con aquella ayuda humanitaria que venía del carajo para salir del dictador, lo está haciendo ahora el guerrillero castrocomunistacolombiano. Nosotros lo intentamos que jode. Pusimos a un gentío a cantar en un concierto emocionante, Venezuela Aid Live. Un concierto que no solo abría corazones, porque allí estaba Juanes y Miguel Bosé y mejor no nombro a más nadie para que no se metan en peos con el hombre del programa la Feria de la Alegría, sino que abría también la frontera, con amor, con mucho amor, a pesar de que un primo del diputado Superlano se fue al motel Penélope y ahí se murió de una vaina rara. Es decir, que nosotros le echamos bolas para abrir esa frontera y quedarnos con el poder, y nos quedamos como unos bolsas, porque el dictador sigue ahí y nosotros esperando tumbarlo en cualquier momento. ¿Dónde estará el compañero Ismael –Instin– García? Ese hombre también luchó por abrir esa frontera para todas y todos los venezolanos, y nadie le reconoce un carajo. Por ahí anda un video donde aparecía que venía en zumba para Venezuela, como Moisés, decía, y uno no sabe a qué Moisés se refería, porque él es así, mete unas citas que solo él conoce en su mundo raro.
La verdad es que esta dictadura nos ha jodido bien jodidos. Nos quitaron Monómeros y abrieron la frontera, y de paso, nos quitaron a Duque y a Uribe, esas dos joyas de la corona que teníamos allí defendiendo al interino y ahora no contamos con ellos. Duque se fue a la FIFA a meter goles con la cabeza, ojalá que le sirva para eso, porque para tener ideas no le sirvió nunca para un carajo. Nos dieron un coñazo noble. Y lo peor es el poeta Leopoldo López, diciéndole a la periodista amiga y compañera nuestra, “que no, que yo no sabía esa vaina, que mi mamaíta estaba metida en ese peo, me estoy enterando por ti”. Y más adelante le declara al periodista Miguel -Lengualarga- Rodríguez: “Yo no sabía nada de lo que estaba pasando allí. Te lo repito, nada”. ¡Qué bolas! ¿Se puede creer en un líder así? Ni de vaina. Y no hay que olvidar que el compañero poeta López, desde Salamanca, en su apartamento de lujo, declaró que iba a demandar a Calderón Berti por todo lo que dijo, y Calderón anda por allí muerto de la risa esperando esa demanda más que un dinamo.
Solo nos queda hacernos los pendejos, o mejor dicho, los güevones, y dedicarnos a las primarias nuestras. Meter a todo el mundo como candidato en esa vaina para decir que eso sí es democracia, y después que Estados Unidos nos diga quién carajo es el tipo que se va echar este peo encima. Eso sí, con Guaidó no queremos nada. Ese tipo demostró que es más inútil que cenicero de moto o parachoque de avión, como dicen por ahí. Nos dedicamos a esa vaina, como está el compañero Manuel –Monómeros– Rosales, haciéndose el pendejo y trabajando por Maracaibo, y deseando que se olviden de esa vaina, porque él sabe que está metido ahí hasta lo más profundo del lago de Maracaibo ha dado tanto.
El papá de Margot vio a Petro dándole la mano a Freddy Bernal en la frontera y dijo: “Qué vaina. Ahí tenía que estar Julio Borges, y miren quién está, Freddy Bernal, no me jodan”. Después vio que la gente se abrazaba y reía y decía que estaban contentos, que es histórico, que es maravilloso… y apagó el televisor y se fue arrecho al cuarto, y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que los vecinos gritaron: “Vete pa' la frontera, muérgano”.
—Entre tu pueblo y mi pueblo, hay un punto y una raya. –Me canta Margot.
“Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes”. Quien afirmó esta frase fue el escritor y periodista Truman Capote. Reconocido por su irreverencia y por ser, junto con Norman Mailer y Tom Wolfe, uno de los iniciadores de lo que se ha llamado el nuevo periodismo. La vida de Truman Capote fue llevada al cine por Bennett Miller, y fue protagonizada por Philip Seymour. La película fue estrenada el 30 de septiembre de 2005, coincidiendo con el día de su nacimiento. Desde los 18 años comenzó a escribir en el New Yorker, y a los 21 años escribe su primer relato, Miriam, que llamó la atención de críticos y fue seleccionado para ser publicado en un volumen de cuentos. En 1948, publicó Otras voces, otros ámbitos. En 1956 publicó Desayuno en Tiffany´s y en 1963 publica su célebre obra A sangre fría. Más adelante, en 1975, publicó Música para camaleones. Había nacido en Estados Unidos el 30 de septiembre de 1924, y murió el 23 de agosto de 1984, en Los Ángeles, Estados Unidos.
ROBERTO MALAVER
Roberto Malaver
Retrato hablado
Tres en 1
Frontera
Colombia Venezuela
Memorias de un escuálido en decadencia