Bolivarianismo en carne y acción
El Comandante Chávez cimentó su propia existencia política en la Doctrina Bolivariana
02/02/24.- Toma mis espuelas que hay que jinetear de nuevo.
El proceso de reencuentro del pueblo nuestroamericano con la causa emancipadora bolivariana consiguió en Hugo Chávez su máximo cuadro militante. Con el pulso y la pasión del predicador, el hacedor de Sabaneta se cargó al hombro una tarea de largo tiempo y alcance donde, en poco más de tres décadas, supo ir construyendo hegemonía en la figura del Libertador. Primero en las filas castrenses, con éxito logró contagiar la cepa bolivariana a sus camaradas de armas; y el por ahora desencadenó un brote epidémico para el que todavía el imperialismo del norte no halla vacuna.
Tú te vas de pueblo en pueblo a despertar a la gente, que alcen más y más la frente.
La Revolución Bolivariana como movimiento nacional-popular nació devolviendo al pueblo venezolano y nuestroamericano el símbolo verdaderamente subversivo y antimperialista de Simón Bolívar. Un gentío se puso en alerta al ver que la redentora espada empezaba a caminar, trotar y hasta correr. A punta de sablazos por aquí y por allá, desde la Tierra del Fuego hasta el río Bravo, se levantaron dignas la Unasur, ALBA, Celac, y una cantidad de pueblos contestones alborotaron como nunca antes el patio del hegemón.
Para merecer la gloria de hacer de nuevo la historia.
Hasta que Chávez mandó a parar, nunca antes en Venezuela los ricos, amos del valle, los apellidos, como dice el presidente Maduro, habían dejado de gobernar. Acostumbrados a designar ministros, entregar concesiones, digitar mandatarios, también habían construido su narrativa histórica neutralizando la esencia rebelde de la Doctrina Bolivariana. La irrupción del chavismo les explotó en la cara cuando por vez primera se encarnó el proyecto bolivariano y a Miraflores llegó uno dispuesto a mandar obedeciendo al pueblo.
Oigan sonar sus espuelas, va cabalgando otra vez…
Hoy Venezuela lleva el nombre y el sello de nuestro Libertador. Fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar (artículo 1 de la Carta Magna). Es la victoria estratégica, hegemónica y fundante del Comandante Chávez que cimentó su propia existencia política en la Doctrina Bolivariana: desde el anticolonialismo de ayer al antimperialismo de hoy; la igualdad “establecida y practicada” (Discurso de Angostura) fundida en el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI; y el desvelo por el Bien Común (Discurso de Angostura) donde la sustancia de gobierno se dedica a la suma de felicidades y estabilidades para el pueblo.
Si la lucha por la libertad se dispersa, no habrá victoria en el combate.
En esta tercera década del siglo, donde “ya hemos sido libres, y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos” (Carta de Jamaica), cuando la humanidad enfrenta otra hora crucial con viejos y nuevos mundos en tensión y disputa, la vigencia de la Doctrina legada por Simón Bolívar retumba y se hace patente en conceptos como el equilibrio universal y la diplomacia de paz. La multipolaridad, solidaridad, hermandad y cooperación mutua de pueblos y gobiernos es menester para enfrentar los monstruos del claroscuro. El Gobierno Bolivariano que preside Nicolás Maduro está llamado a seguir profundizando en esa senda. En lo local, nuestro pueblo sigue apostando al proyecto histórico bajo fuertes condiciones, donde la Doctrina del Libertador debe continuar siendo la principal espada ideológica ordenadora del proceso revolucionario. En la medida que la unión cívico militar la siga defendiendo y practicando estaremos blindando nuestra Revolución, haciéndola irreversible.
MATÍAS ABERG COBO / CIUDAD CCS