Tinte polisémico | ¿Cómo se fija el tipo de cambio hoy en Venezuela?
02/02/2024.- En la actualidad, con todos los avances de la ciencia económica en materia cambiaria, sigue resultando un marco teórico insuficiente para explicar cuáles son los mecanismos que permiten determinar, con precisión, el precio de un signo monetario en particular con respecto a otro, es decir, el tipo o tasa de cambio.
La incertidumbre, que se manifiesta por la volatilidad de los precios referenciales entre las distintas monedas, en los distintos mercados, de contado y futuros, ha impulsado a que, en el campo de las finanzas internacionales, se desarrollen instrumentos y estrategias para mitigar, por parte de los administradores, estos riesgos cambiarios.
Los especialistas que han desarrollado modelos econométricos coinciden en considerar que las tasas de inflación, las tasas de interés y la liquidez monetaria, así como las expectativas de los agentes del mercado, resultan factores determinantes en la fijación de los tipos de cambio.
No obstante, en Venezuela, cuyo signo monetario y moneda de circulación legal es el Bolívar, podemos observar que el precio de la moneda norteamericana sirve de referencia para los cálculos y las estimaciones que realizan los agentes económicos diariamente en sus operaciones transaccionales, de inversión y de especulación, incluyendo a las personas naturales.
Una forma de aproximarse a comprender hoy cómo se fija la tasa de convertibilidad Bs./US $ consiste en conocer qué instancias participan y a través de qué procesos se actúa o interviene en el mercado cambiario, para establecer el valor de esta variable que constituye un indicador imprescindible de nuestra cotidianidad.
Vale antes acotar que, después de conversiones monetarias y períodos de inestabilidad política y económica inducidas, traducidos en desabastecimiento, acaparamiento y contrabando de extracción, hiperinflación, generados y articulados por parte de factores adversos al gobierno nacional y alineados a intereses foráneos, así como la imposición de medidas coercitivas unilaterales aplicadas por EE. UU. y la UE, que apuntaban al debilitamiento de nuestra moneda, es decir, utilizar el tipo de cambio como arma política, han sido neutralizados, pues nuestro Banco Central ha logrado, de forma efectiva y eficaz, controlar el precio de la divisa.
El Banco Central de Venezuela (BCV), como autoridad monetaria, con la atribución legal de mantener la estabilidad monetaria y cambiaria, interviene suministrando los montos de divisas a un "precio de venta predeterminado" —sin arbitraje—, a los bancos universales. Estos, a su vez, suplen la demanda de sus clientes corporativos y empresariales. Con este mismo tipo de cambio prefijado por el BCV (precio), se permite, además, que puedan también ser adjudicados a los clientes particulares bancarizados que así lo soliciten. No obstante, se autoriza, adicionalmente, a que los bancos transen divisas, a través de sus propias tesorerías, participando en las mesas de cambio, operando y disponiendo solo de sus propias posiciones en divisas para, mediante este proceso, satisfacer las necesidades suplementarias del mercado cambiario corporativo y al detal.
Como último canal, se cuenta con la modalidad denominada menudeo, que consiste en la compra y venta de divisas que realizan los particulares interesados, por las taquillas bancarias, siempre y cuando exista disponibilidad de moneda extranjera en efectivo.
Como en todo negocio que implica cambio de monedas, están involucradas las comisiones bancarias —también estipuladas por el BCV— que representan gastos para los clientes, y que deben ser consideradas como costos por los servicios que involucra la compra y venta de divisas.
Se ha implementado, por parte del Estado, por la institución que es el banco de los bancos, como ente regulador, una política pública en materia cambiaria de intervención directa en el mercado. La misma propende a la estabilidad, en la búsqueda de los equilibrios en la economía por el interés colectivo, que ya no depende, como en el pasado, para la procura de divisas en forma preponderante, de la renta petrolera tradicional. Se adelanta el diseño de un nuevo modelo económico en este tránsito que emprende la nación en el siglo XXI.
Héctor E. Aponte Díaz