Letra invitada | Gaza
08/02/2024.-
Yo, que no pude hacer otra cosa
sino cubrir mi rostro de vergüenza,
de indignación, de rabia, de dolor,
de impotencia y de llanto;
de fervoroso dolor ante la masacre.
Colocaré en cualquier edificio destruido
de Gaza,
en cualquier ruina,
en cualquier hospital,
en cualquier escuela,
donde antes cantara y riera la vida
bajo un cielo de olivos,
el más extenso pergamino del mundo
con todos los nombre de los niños
muertos.
Para que sus vidas: breves, risueñas,
temerosas, sucias, inocentes y puras,
como el espíritu de lo que no perece,
no queden en el olvido.
Y el siroco del Mediterráneo
traiga tatuado entre las olas
un murmullo de voces,
sus nombres, sus risas, el grito
en medio de la plaza
tan solo unos segundos
antes de la tragedia
sobre la ciudad inerme.
Será una larga lista. ¿Quién lo duda?
Luego, nada será lo mismo.
La humanidad se muere
y nosotros con ella.
Wilfredo Machado