Vitrina de nimiedades | Una era de caos
10/02/2024.- Representantes de más de 190 países escucharon esta semana una declaración que cualquier descuidado podría asumir más bien como un argumento cinematográfico. Al exponer las prioridades de la ONU para este año, su secretario general, Antonio Guterres, dijo que nuestro mundo “ha entrado en una era de caos". Razones no le faltan para decir eso, así como a nosotros tampoco nos escasean para pensar que eso ocurrió hace rato… Pero ¿cómo fue posible que semejante conclusión finalmente se volviera un diagnóstico razonable en un foro de esas características? ¿Dónde está la novedad?
En el caso de Guterres, los argumentos no admiten discusión alguna: su más poderosa razón para alertar a la humanidad es la evidente ineficacia del Consejo de Seguridad para frenar el actual mapa de confrontaciones, como el genocidio contra el pueblo palestino, a pesar del clamor internacional para el alto al fuego humanitario. Este escenario también incluye las realidades de países como Sudán o Haití y revela, a juicio del secretario general, una disfunción en el sistema de relaciones, provocada por la omisión de los principios básicos del multilateralismo, una falla que se hace “más profunda y más peligrosa".
Pero lo bélico no va solo por ahí creando el caos. La llamada crisis climática es otro punto sobre el que se detiene Guterres para advertirnos sobre esta era, al considerar la agresión continuada contra la naturaleza “una guerra que solo podemos perder”. Los recientes incendios en Chile y Colombia son apenas una pequeña confirmación de esa derrota cantada.
¿Quién le quita la razón al Secretario General de la ONU? ¿Quién será el atrevido que ose decir: “Está loco”? Casi nadie llegaría a tanto, muy probablemente porque sacó esa conclusión desde mucho antes. Y no se trata del famoso “fin de mundo” que suele salir de boca de los abuelos y abuelas. Desde hace un rato, sin ponerle nombre, sin poderlo caracterizar, sabemos que estamos en un mundo que se transforma sin mayor resistencia. No hay posibilidades de contener la corriente que nos arrastra. Somos parte de una maquinaria que va reconfigurando todo sin mayor contrapeso, más allá de las posibilidades económicas y materiales que cada quien posee.
Este caos, a pesar de sus colosales efectos, se mueve más bien entre el silencio de las cosas más simples y comunes. El impacto de la tecnología en nuestra percepción del mundo funciona maravillosamente como una cortina frente a la realidad. Según Google Trends, la palabra caos aparece como uno de los términos de búsqueda medianamente populares. Lejos de cualquier percepción apocalíptica, se emplea para buscar canciones, videojuegos o películas.
Nos sumergimos en la ficción de la misma forma en que no sabemos qué papel jugamos nosotros en la crisis climática, no tenemos herramientas para entender los grandes conflictos geopolíticos o ignoramos qué pasa más allá del panorama que ofrece Occidente. Según investigadores del panorama periodístico, uno de los factores es la evasión de contenidos informativos marcados por la “catástrofe” y que, al parecer, nos señalan el camino de no retorno. Aunque parece lógico propiciar un discurso esperanzador, es bastante desafiante alentar el optimismo cuando decidimos ignorar algo. Quién sabe si el discurso de Guterres tendrá mejor suerte en esta era del caos.
Rosa E.Pellegrino