Comentarios noticiables | Israel desprecia los DD. HH. de Palestina

17/02/2024.- Que Israel desprecia los derechos humanos de los palestinos es una afirmación que se desenmascara en todas sus declaraciones y modalidades políticas, tanto chovinistas como terroristas, que ha pretendido encubrir con un engañoso ropaje de victimismo y pacifismo. Esto ha estado sobre el tapete desde 1948, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) posibilitó la creación del Estado de Israel, que nació sirviendo a los intereses del imperialismo norteamericano en el Medio Oriente y obstaculizando con actitud demoledora la creación del Estado palestino.

Benjamin Netanyahu, es decir, la máxima autoridad del Estado sionista de Israel, goza de la fogosa admiración y protección de líderes del mundo occidental, reproduciendo lo que el padre del sionismo, Theodor Herzl, dijo al advertir, en 1895, lo siguiente: "Vamos a intentar ahuyentar a la miserable población lugareña [árabe palestina] fuera de nuestras fronteras". También el otrora jefe militar israelí, Rafael Eitan, articuló estas denigrantes palabras: "Cuando hayamos colonizado esta tierra, los palestinos corretearán de un lado para otro como cucarachas drogadas dentro de una botella". Esa postura en curso del proyecto de ocupación sionista originó los primeros choques entre palestinos y colonos. El 1.° de mayo de 1921 —al calor de unas marchas de trabajadores— sobrevino la adopción de medidas extremas por parte de la resistencia palestina para dar respuesta ante la agresividad en el despojo de su terrorismo. Un conflicto (quizás la primera intifada) que duró muy poco, pues la fuerza militar británica de ocupación sobre Palestina, con la venia de Occidente, se encargó de aplastarla con gran ensañamiento.

Desde entonces el resentimiento entre palestinos y judíos se calentó más y más por la llegada de colonos. Así, la relación cordial entre los pobladores palestinos y judíos irremediablemente cayó al precipicio. Entre 1936 y 1939, Palestina fue escenario de una guerra feroz y desigual y sus habitantes fueron objeto de violación de derechos humanos por el agresivo método infame del ejército británico de 25 mil soldados y colonos bien armados, sin considerar la condición de seres humanos de los palestinos.

En el verano de 1947, la Gran Bretaña abandonó Palestina y a continuación se aplicó el llamado plan Dalet, un plan militar sionista de conquista para apoderarse de Palestina. Así ocuparon violentamente 200 de sus poblados y masacraron a hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, cuyos cadáveres fueron dejados en filas en las zanjas de las carreteras entre el 13 de marzo y el 13 de mayo de 1948. Ese hecho fue conocido como la Nakba (catástrofe), constituyendo para el sionismo la primera victoria militar contra sus debilitados adversarios palestinos, vale decir, también contra los árabes.

Después de esta y otras masacres de palestinos, el 14 de mayo de 1948, el sionista mayor, David Ben-Gurión, autor de las carnicerías de ese año, declaró la independencia de Israel. Al siguiente día proclamó el Estado de Israel con el apoyo de la ONU.

La afirmación de Ben-Gurión preludiaba con brutal crudeza la realidad de la tragedia palestina en materia de violación de derechos humanos al excluir la creación del Estado palestino. Hoy acontece en la Franja de Gaza un genocidio orquestado por Israel contra la población palestina, que tiene como gran espectadora a la ONU por su dilación en accionar conforme a su Carta. Este genocidio que se cierne sobre Gaza amenaza con superar los 30 mil asesinatos de civiles y 70 mil heridos.

Pero hay algo que no puede ignorarse: si el Consejo de Seguridad de la ONU hubiera cumplido con el estacionamiento de las Fuerzas para el Mantenimiento de la Paz en la Franja de Gaza y las hubiera mantenido desde el 7 de octubre de 2023, hoy se tendría a los civiles palestinos gozando plenamente de sus derechos humanos fundamentales, sin discriminación.

La muerte no ha debido dejar tantas consecuencias para hombres, mujeres y niños en la Franja de Gaza de Palestina. Hay que evitar la guerra entre Israel y Palestina. Continuarla con muertes, provocaciones, amenazas y chantajes no tiene futuro alguno, y sí riesgos enormes para el Medio Oriente y el mundo.

 

J. J. Álvarez


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