Arte de leer | Mar nuestro de cada día de Luis Reynaldo Pérez
Realidad y fantasía son una sola estación del tiempo
20/02/2024.- Desde su inmensidad e imaginario, el mar es una gran fuente de inspiración poética, la musa sin rostro que a su vez es faz de deseos y sueños. Sus aguas tocan el cuerpo de cada ser de este planeta, incluso de aquellos que viven aislados o lejanos a cualquier océano.
Playas, acantilados, arena, sol, palmeras, espuma y brisa ya conforman en sí una construcción de ideas infinitas, como lo afirmó alguna vez Luis Alberto Machado cuando expresó que "toda palabra es metáfora", y en el caso del mar, cada uno de sus elementos es impulso y movimiento telúrico:
Mar nuestro de cada día
en el que viven todos los miedos
que están a mi vera desde que abrí los ojos
en ti residen todos los signos y presagios de vida y muerte
en ti habitan los cadáveres mudados en escamas de plata
escamas de muerte
esparcidas en toda el agua que te navega
ahora soy el niño que miraba al mar
buscando siempre el latido asolado de salitre
pulso de peces y noches
encinta de caracolas y estrellas
Luis Reynaldo Pérez es un poeta que pernocta sobre suelo arenoso, con una mirada profunda en el azul de los horizontes perdidos en su obra Mar nuestro de cada día, una sonata de largo aliento publicada por El Taller Blanco Ediciones.
Y es que decir mar significa elogiar el tránsito de este terreno existencial. En su líquida presencia hay esenciales secretos, en la sustancia de su acuoso soma se encuentran las mayores pasiones del cosmos:
qué cuentan tus olas
sino historias de un pueblo que es muchos pueblos
de un hombre que es muchos hombres
de un nombre que son todos los nombres que pueblan la tierra
que repiten leyendas que cubren su piel
leyendas pobladas de
barcos
atabales
espadas
el mar es el libro que cuenta
la voz que dice
dormí en sus palabras
El conjunto de lo narrado, aquello que se construye desde la lengua, desemboca en el gran recipiente de todas las cosas. El mar como tema, como capricho o como fragor del espíritu resuena por doquier en los confines de la palabra. De esta manera, se convierte el verso en leyenda:
el mar es tu sombra
el mar es tu bosque
el mar es tu casa
y tú, Yayael, dios de las olas
de dónde naciste
de qué vientre de rocío saliste
en qué seno te formaste hasta ser asesinado por tu propio padre
Convocar al mar desde el silencio es vibrar con la fuerza y el delirio de la voluntad irrefrenable, sobre todo si ese mar es la patria o la matria, un lugar que nos concede identidad, donde la búsqueda del sentido encontró un destino:
Me acerco a la orilla dando pequeños pasos
con sigilo
y mis ojos son engullidos por los azulísimos latidos.
Regreso corriendo al interior
como quien regresa al regazo de una madre.
Vuelvo a la isla
El poeta siente el salitre que brota de sus entrañas. Su realidad y fantasía son una sola estación del tiempo. Desde sus adentros le pide al corazón que vaya al ritmo de las corrientes del piélago. La palpitación de su honda endecha es también su alegre gemido. De mar somos y al océano vamos:
ven te esperamos
así sea como una ola celeste que nos trague
Ricardo Romero Romero
@ItacaNaufrago
Luis Reynaldo Pérez (Santo Domingo-República Dominicana, 1980)
Poeta y editor. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía Temblor de lunas (2012), Urbania (2013), Ciudad que alucino (2016) y El latido incesante (2019); los libros de minificción Fractal (2020) e Inventario de sangre (2020); y los libros para niños Lunario (2014), Día de lluvia (2017) y Cuaderno de animales (2020). Ha recibido el Premio de Poesía Pedro Mir (Funglode) y el Premio Único del I Concurso Nacional de Haikú. Su trabajo literario ha sido traducido, en parte, al japonés, inglés, francés y creole y publicado en revistas y antologías nacionales e internacionales.1
Pérez, L. R. (2021). Mar nuestro de cada día. Colección Voz Aislada. Poesía. Edición digital: El Taller Blanco Ediciones.
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Referencia:
1El Taller Blanco Ediciones. https://el-taller-blanco-ediciones0.webnode.com.co/