25/02/2024.- La fe, un concepto arraigado en lo más profundo de la experiencia humana, ha sido objeto de exploración y reflexión a lo largo de los siglos. En este viaje espiritual, las enseñanzas del renombrado autor y teólogo C. S. Lewis resplandecen como faros de sabiduría, iluminando el camino hacia una comprensión más profunda del poder transformador de la fe.

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C. S. Lewis, conocido por su prolífica obra literaria, que incluye clásicos como Las crónicas de Narnia y Mero cristianismo, abordó la cuestión de la fe desde diversas perspectivas en sus escritos. A través de sus ensayos, cartas y obras de ficción, Lewis nos invita a explorar la naturaleza de la fe, sus desafíos y sus recompensas.

La fe es una disposición del corazón

En primer lugar, Lewis nos recuerda que la fe no es simplemente un ejercicio intelectual, sino una disposición del corazón. En su libro El problema del dolor, Lewis examina el papel del sufrimiento en la experiencia humana y aboga por una fe arraigada en la confianza en un Dios amoroso y misericordioso. Para Lewis, la fe no es la ausencia de dudas, sino la confianza en medio de la incertidumbre.

Desde esta perspectiva, la fe se convierte en un acto de entrega y rendición, una aceptación humilde de nuestra limitada comprensión y una confianza en un poder mayor que en nosotros mismos. En sus escritos, Lewis nos anima a abrazar la fe como un acto de valentía y humildad, reconociendo nuestra dependencia de lo divino y nuestra necesidad de guía y protección.

Un viaje desde el ateísmo hasta la conversión al cristianismo

Además, Lewis explora el papel de la razón y la imaginación en la formación de la fe. En su obra Surprised by joy, Lewis narra su propio viaje espiritual, desde su ateísmo juvenil hasta su conversión al cristianismo. 

En este relato personal, Lewis destaca la importancia de la razón en su proceso de búsqueda de la verdad, así como el papel crucial de la imaginación en su encuentro con lo divino.

Para Lewis, la fe no es incompatible con la razón, sino que la complementa y enriquece. Al mismo tiempo, la imaginación desempeña un papel fundamental al abrirnos a la posibilidad de lo trascendente y lo sagrado. En este sentido, la fe se convierte en un acto de integración de la mente y el corazón, uniendo la razón y la imaginación en la búsqueda de lo divino.
Por último, Lewis nos desafía a vivir nuestra fe en el mundo cotidiano, en medio de las realidades y desafíos de la vida diaria. En su obra Cristianismo básico, Lewis explora las implicaciones prácticas de la fe cristiana y nos insta a vivir de acuerdo con los principios del amor, la compasión y la justicia.

Para Lewis, la fe no es un asunto puramente teórico, sino una llamada a la acción en el mundo. Nos llama a ser testigos vivos del poder transformador de la fe en nuestras vidas y en nuestras comunidades, manifestando el amor y la compasión de Dios a través de nuestras acciones y relaciones.

En conclusión, las enseñanzas de C. S. Lewis sobre el poder de la fe nos invitan a una profunda reflexión y acción. Nos desafía a abrazar la fe como una disposición del corazón, arraigada en la confianza en un Dios amoroso y misericordioso. Nos anima a integrar la razón y la imaginación en nuestra búsqueda de lo divino, y a vivir nuestra fe en el mundo como testigos del amor y la compasión de Dios. 

En última instancia, las enseñanzas de Lewis sobre la fe nos recuerdan que, en medio de la incertidumbre y los desafíos de la vida, la fe es un faro de esperanza y un poder transformador que puede iluminar nuestro camino y fortalecer nuestro espíritu.

Isbelia Farías