Punto de quiebre | Les secuestraron a sus hijos...
para obligarlas a ejercer la prostitución
Una banda criminal, conformada por venezolanos, plagió a los seis menores, venezolanos también, en una ciudad pobre ubicada al norte de Perú
***
05/03/2024.- Dos de las mujeres se habían ido del país por convicciones políticas, pues eran contrarias al Gobierno, pero las otras tres se fueron engañadas. Se dejaron embaucar con la ola migratoria que desde hace años promueven algunos, que si la vaina está jodida, que si no hay oportunidades, que si la inseguridad, que si los bajos sueldos. Como si en Colombia, Perú y Ecuador, no hubiesen problemas económicos ni inseguridad, incluso peores que los nuestros. Pero por las redes, por radiobemba, en los ascensores, en la cola para la gasolina, la comadre, el compinche, y en el mercado, les habían dicho que sí, que en esos países, alejados de la familia, de sus entornos culturales y de sus amigos, tendrían "full" oportunidades de superación.
Lo cierto es que tomaron a sus hijos y se fueron. Tres de ellas eran madres solteras y las otras dos tenían sus maridos, pero los dejaron en Venezuela con la esperanza de reencontrarse alguna vez. A las pocas semanas, varias de ellas se dieron cuenta de su error, pero ya el mal estaba hecho y había que arrear el burro. Algunas de ellas habían vendido todo para poder reunir para los pasajes y eso complicaba el retorno.
Y si, ya el mal estaba hecho. Había sido calculado meticulosamente por una banda criminal, que se encargó de acrecentar ese mal. Las mujeres ya no hallaban qué hacer (alguna hasta pensó en la posibilidad del suicidio, pero rápidamente desechó esa idea). Los miembros de la banda las captaron, les dieron un adelanto de dinero en efectivo y les ofrecieron hospedaje y trabajo como supuestas modelos en una agencia de modelaje, que resultó ser una fachada. Lo que pretendían era introducirlas en el mundo de la prostitución y del tráfico ilegal de mercancías prohibidas, incluidas las drogas. Cuando las mujeres intentaron negarse, les exigieron el pago inmediato de todo lo que le habían dado.
A las cinco mujeres no les quedó otra alternativa que acceder a las pretensiones de los criminales, pero el pago nunca fue el ofrecido y pronto se percataron que ni trabajando largos años podrían zafarse de las garras de sus contratantes. Decidieron renunciar y buscar la manera de regresarse al país, así fuera con una mano adelante y otra detrás. A partir de ese momento sus vidas se convirtieron en un calvario. Recibían amenazas de muerte que las incluían no solo a ellas, sino a algunos de sus parientes, incluso en Venezuela, pero las autoridades no les prestaron mayor atención, porque “eran venezolanas”.
La noticia del secuestro de dos niños en el barrio pobre de Florencia de Mora, ubicado a 116 kilómetros de Chimbote, una ciudad portuaria al norte del Perú, conmocionó la ciudad y puso a las autoridades policiales peruanas en estado de alerta. Pero a los dos días varios hombres armados ingresaron a un hotel donde se hospedaban las mujeres venezolanas y se llevaron a otros cuatro infantes. La angustia, la incertidumbre y el terror de apoderaron de todos los habitantes.
Para la policía fue todo un reto, porque de hecho ya venían luchando contra la realidad del aumento de secuestros en Perú. Lo nuevo, en este caso, fue la utilización de niños por parte de las bandas criminales, lo que disparó las alertas.
Las primeras pesquisas condujeron a la detención de dos de los integrantes de una banda de secuestradores conocida como “Los Gallegos” que, según la policía, es dirigida por hampones del denominado Tren de Aragua, con estrecha conexión con bandas delincuenciales venezolanas. Estos arrestos fueron fundamentales para obtener información sobre el paradero de los niños.
Días después, los seis menores fueron hallados por las autoridades en un inmueble ubicado en el pueblo 26 de Marzo, en el mismo distrito de Florencia de Mora. Hubo seis personas detenidas y para sorpresa y rabia de muchos, resultaron ser también venezolanos.
“Todavía se están realizando las primeras diligencias. Los ocho detenidos son ciudadanos venezolanos. Los seis niños recuperados son ciudadanos venezolanos también. Además, se ha logrado la incautación de un arma de fuego y la incautación de dos vehículos”, explicó la coronel Carol Vigo Catter, jefa de la División Policial de Chimbote, una ciudad a 372 kilómetros al norte de Lima.
Wilmer Poleo Zerpa