Punto de quiebre | La policía puso fin a las andanzas de "Carlos Capa"

12/03/2024.- El criminal se había convertido en el azote de los Valles del Tuy y aparecía en la lista de los diez criminales más buscados del país.

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Nadie se atrevía a decir su nombre, ni siquiera en voz baja. Su sola mención provocaba náuseas, rabia y miedo. En la policía sí sonaba con mucha frecuencia, sobre todo en los últimos veinte años. Eran muchos los funcionarios que soñaban con ponerle la mano encima o mandarlo para el otro mundo, como una manera de vengar a sus compañeros uniformados caídos. Sin embargo, muy pocos se atrevían a enfrentarlo. Sabían que era un hombre muy peligroso, sanguinario y sin escrúpulos. Además, estaban informados de que su banda era muy numerosa y tenía conexiones con otras pandillas criminales que operaban a lo largo de los Valles del Tuy.

El nombre de Deiber Johan González no decía mucho a vecinos o policías, pero su alias, "Carlos Capa", sí. Así lo conocían desde hacía bastante, pero no el porqué.

Carlos Capa era oriundo de San Francisco de Yare, municipio Simón Bolívar, de los Valles del Tuy, en Miranda, pero su poder estaba extendido por todo Ocumare, Santa Teresa, Charallave e incluso Cúa.

Desde el año 2009 era buscado por todos los cuerpos policiales y militares de la región, acusado de los delitos de homicidio, porte ilícito de armas de fuego y drogas. Posteriormente, incursionó en asaltos, secuestros y extorsión.

Hace unos diez años se alió con otro delincuente de nombre Kelvin Yánez Muñoz —que era nada menos que hijo de Saúl Yánez, para entonces alcalde de San Francisco de Yare—, aunque luego rompió con él y ordenó su asesinato. El hecho ocurrió en julio de ese año, cuando el joven se encontraba en su vivienda celebrando su cumpleaños.

Días después, el gobierno implementó la Operación de Liberación del Pueblo para dar con el paradero de delincuentes temibles, sobre todo con Carlos Capa. Por supuesto, el alcalde Yánez apoyó y colaboró activamente con la realización del operativo. No pudieron ubicarlo, pues el criminal logró evadir el cerco. Siguió con sus andanzas y extendió su dominio por todo el territorio mirandino.

En 2022 se implementó la llamada Operación Trueno, en la que, según se dijo, participaron varias centenas de policías. Se pensaba que en esa oportunidad sí lograrían darle caza, pero el resultado fue el mismo, es decir, detuvieron a algunos, dieron muerte a otros, pero entre ellos no figuraba Carlos Capa. Para entonces ya estaba registrado en la lista de los diez delincuentes más peligrosos del país.

Se dice que una de las razones por las que nunca era aprehendido era la de sus fuertes conexiones con los cuerpos de seguridad del Estado. A varios de sus funcionarios los tenía comprados. De hecho, en septiembre del año 2022, fue detenida Patria Rodríguez, quien fungía como directora de la Policía del municipio Simón Rodríguez (San Francisco de Yare), al igual que otros funcionarios, entre ellos Manuel Araque Márquez, Osmer González Suárez, supervisor agregado y jefe de Operaciones de la Policía del municipio Rafael Urdaneta (Cúa).

En febrero de este año, el gobierno nacional ofreció una recompensa de 150 mil dólares a quien pudiera dar pistas que permitieran la ubicación del criminal, quien rondaba ya los 36 años de edad. Estaban intentando que alguien —incluso algún miembro de su propia banda— lo delatara.

No se sabe con certeza si fue esto lo que funcionó, pero lo cierto es que, a comienzos de este mes de marzo, se organizó la llamada Operación Tigre, desplegada en una zona montañosa de Ocumare del Tuy. Se decidió que la mejor forma de llegarle al criminal era a pie, porque la presencia de patrullas policiales lo alertarían. Los funcionarios tuvieron que caminar por más de cuatro horas entre la zona boscosa. Desde la noche anterior tomaron y controlaron varios accesos, incluso por los lados del santuario de Betania, así como San Francisco de Yare, municipio colindante.

Asimismo, se colocó un piquete policial en la zona montañosa que limita el municipio Simón Bolívar con la autopista Ocumare-Charallave y tomaron policialmente las urbanizaciones aledañas, Salamanca de Yare y Jardines de Betania, en Ocumare del Tuy.

La banda fue detectada en el sector conocido como La Pica y allí se inició el tiroteo e intercambios de granadas. Esta vez sí tocaron con suerte, pues los ayudó el factor sorpresa. Carlos Capa resultó abatido por numerosos disparos en todo el cuerpo, que le desfiguraron parcialmente el rostro. Además, murieron en la batalla un delincuente de nombre Jesús Castro y otros dos, conocidos como "el Negro Siquire" y "Boca de Pato".

Los criminales habían levantado tres ranchos de madera en el sitio, dos de los cuales les servían para pernoctar. El tercero, ubicado en una posición estratégica, hacía las veces de garita de vigilancia. Les incautaron varias armas de fuego, entre ellas un fusil AR-15 y una granada que no llegaron a utilizar.

Carlos Capa presentaba catorce solicitudes emitidas desde distintos tribunales mirandinos por diversos delitos, entre ellos: resistencia a la autoridad, comercio de estupefacientes, homicidio intencional, porte, detención u ocultamiento de arma de fuego, extorsión y secuestro.

Las investigaciones continúan, pues varios de los cabecillas de la banda lograron escapar, entre ellos "el Puerco", "el Wilkermán" y David "La Baba". Este último se presume que fue herido en el procedimiento.

 

Wilmer Poleo Zerpa


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