Comentarios noticiables | Putin responde a acusación de Occidente
16/03/2024.-
I
La paz no producirá el cambio de la confrontación a la coexistencia si Occidente no pone reparo a la rémora del belicismo nuclear. ¿Se podrán desplazar los vientos de la guerra nuclear por los vientos de la inadmisibilidad de esa guerra, como de cualquier otra? Es una pregunta que, sin equivocación ni vacilación, deberíamos, como seres humanos de este planeta, hacer a los incendiarios de Occidente, que mantienen la guerra en Ucrania contra Rusia y son cómplices del genocidio de Israel contra la población palestina.
El presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, entrevistado el pasado miércoles por el director del grupo Rossiya Segodnya, Canal 1, de Moscú, inspirado en un nuevo enfoque de prevención de la guerra nuclear para detenerla bajo medidas concebidas para reforzar la confianza, la paz y la seguridad internacionales, subrayó que: "Nunca hubo necesidad de utilizar armas nucleares en la operación especial en Ucrania".
Se trata de una operación militar solicitada por los gobiernos de la región de la República Popular de Donetsk, que se independizó de Ucrania el 7 de abril de 2014 y fue anexada a la Federación de Rusia el 5 de octubre de 2022; y la República Popular de Lugansk, proclamada el 27 de abril de 2014 y anexada a la Federación de Rusia en 2022. Estas repúblicas han sido atacadas con misiles y bombas por las fuerzas militares de Ucrania, que han causado miles de muertos y heridos, sin que el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hiciera nada en más de diez años por frenar tantos muertos y heridos civiles en estas regiones.
Desde el sangriento golpe de Estado contra el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, el 24 de febrero de 2014, Ucrania pasó a ser rehén de la política exterior de Occidente, con Estados Unidos a la cabeza. El consentimiento de EE. UU. en su actividad militar y financiera prevalece hasta el presente, sin abstenerse de adoptar medidas contra la paz mundial y con la amenaza de las armas nucleares.
En los arsenales estratégicos de la Unión Soviética (actual Rusia) y de EE. UU. se encuentran más de diez mil ojivas nucleares. La URSS, en su afán por crear condiciones favorables al mejoramiento de la confianza entre los dos Estados, ha dado pasos muy significativos. Retiró numerosas tropas soviéticas acantonadas en Alemania Oriental, disminuyó el número de misiles de alcance medio y materializó el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), en fecha 8 de diciembre de 1987, firmado entre el entonces presidente de EE. UU., Ronald Reagan, y el secretario general de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov. El mismo fue ratificado por el Congreso estadounidense el 27 de mayo de 1988 y por la URSS, entrando en vigor el 1.° de junio del mismo año.
Durante la administración de Donald Trump, el 28 de octubre de 2018, EE. UU. anunció que se retiraría del Tratado INF, denunciando que Rusia lo incumplía, aunque sin presentar pruebas contundentes. Formalizó el retiro el 2 de agosto de 2019. Anteriormente, entre 1982 y 1983, EE. UU. guardaba respeto y cumplía la moratoria de despliegue de armamentos nucleares en Europa, pero luego todo se frustró con el emplazamiento de misiles norteamericanos en esa región.
Lo trascendental de todo esto ha sido que Rusia afirmó no ser la primera en usar el arma nuclear.
II
Putin reiteró con firmeza que, en caso de que haya una amenaza para la soberanía e independencia de Rusia, por una posible intervención occidental, las armas nucleares podrían ser utilizadas si se trata de la protección de la existencia del Estado ruso frente a cualquier intento por desatar una guerra nuclear en su territorio.
La búsqueda de soluciones prácticas para el robustecimiento de la paz revive en la mente del presidente Putin al afirmar que su gobierno no tiene intenciones de atacar a Europa, la cual sostiene el artificio de las armas nucleares como respuesta a una supuesta invasión militar rusa.
J. J. Álvarez