Estoy almado | Diablos que parecen ángeles
30/03/2024.- Asistimos a estos días santos con la percepción de que no dejaron inscribir a la candidata de María Machado. Han hecho creer que la ultraderechista inhabilitada le bloquearon su opción electoral para las presidenciales. Hasta Lula mordió el anzuelo.
La verdad es que a la ultraderecha venezolana no le interesa medirse en las votaciones ni formar parte de este proceso de elecciones presidenciales. Su ruta no es electoral. Nunca lo ha sido.
Si Machado hubiese querido, de verdad, verdad, participar en las elecciones presidenciales, Vente Venezuela, su organización política, se hubiese legalizado y renovado como lo indica la ley en materia electoral. Recordemos que si un partido no participa electoralmente en dos períodos constitucionales sucesivos, queda cancelado.
Y si participó (que no fue el caso de Vente Venezuela) en la última elección nacional, debe renovarse cada año presentando constancia que obtuvo, al menos, el 1% de los votos emitidos. La tolda política de Machado no cumplió ni con lo uno ni con lo otro. La última vez que Vente Venezuela participó en una elección, fue en la de 2015 cuando la oposición ganó las elecciones parlamentarias. Desde ese año hasta hoy, esa organización mantiene una línea abstencionista “no electoral, no dialogante” con los poderes públicos legítimos.
Por estas razones era imposible que Vente Venezuela inscribiera la señora Corina Yoris, porque legalmente en el CNE no existe. Eso explica que el sistema no le permitiera registrarse. Claro, eso no se lo dicen a sus seguidores antichavistas. La narrativa falaz es que le bloquearon la candidatura, porque el chavismo le “teme” a una abuelita.
La otra alternativa que le quedaba a la ultraderecha, según la ley, era inscribirse como grupo de electores o por iniciativa propia. Para ello, debían recoger firmas y validarlas en el CNE. Pero, por supuesto, no lo hicieron porque no les interesa hacer la tarea electoral.
Huelga decir que la señora Yoris podía ser inscrita con la tarjeta de otros partidos opositores que sí cumplieron los requisitos de ley para postular candidatos. Es el caso de UNT, Fuerza Vecinal, Centrados, MUD, Copei y Lápiz.
¿Por qué no lo hicieron? ¿Por qué a última hora UNT sí inscribió a Manuel Rosales? ¿Por qué la MUD sí pudo inscribir sin problemas a Edmundo González?
Hay un detalle de trasfondo que tampoco le dicen a sus simpatizantes: para que los partidos opositores inscribieran a la ungida de Machado, ella debía aprobarlo. Recordemos que Machado considera a los antichavistas Copei, UNT, Lápiz y Fuerza Vecinal como “falsos opositores”, “vendidos y colaboracionistas” con el Gobierno, porque respetan la Constitución, las leyes, además rechazan el bloqueo, las invasiones militares, los golpes de Estado y la desestabilización económica.
Para más señas, Machado dijo que los otros partidos de oposición son “cómplices para cerrar la ruta electoral”.
Por tanto, ella nunca permitiría que su candidata fuera postulada por la tarjeta de los partidos que internamente detesta y considera traidores.
El caso de la tarjeta de la MUD, con Edmundo González, es un enigma. Ni ellos mismos han explicado por qué él sí fue postulado y no la señora Yoris. Lo cierto es que es un asunto interno de la oposición, derivado de sus divisiones y rencillas, y que el CNE no puede solucionar, aunque intenten responsabilizarlo de todos sus males.
Espero que estas líneas sirvan para aclarar la borrasca en la cual nos ha sumergido la ultraderecha y sus megáfonos virtuales. Al parecer en Semana Santa, quienes se venden como “ángeles democráticos” del proceso electoral, son realmente diablos al margen de la ley y de la ruta electoral.
Manuel Palma